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Rajoy a Zapatero: "Usted deja una herencia envenenada"

En el último cara a cara en el Congreso, Rajoy se despide mordiendo mientras que el presidente renuncia a la pelea. 

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Tras casi ocho años de enfrentamientos en el Parlamento, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy vivieron su último cara a cara, su última sesión de control al Gobierno. Nunca más volverán a verse las caras. Era hora de hacer balance. Y eso le preguntó Rajoy al presidente del Gobierno: '¿Qué balance hace de estos cuatro años?'

El debate se preveía de guante blanco, con tono amable y sabor a despedida. Pero no, al contrario: Rajoy se despidió mordiendo. Ni una palabra de despedida, ni un amable 'hasta luego'. El líder del PP optó por el enfretamiento y pintó un panorama poco menos que apocalíptico, como si quisiera ponerse la venda antes de tener la herida. El conservador recordó los casi cinco millones de parados, la alta tasa de paro juvenil, el crecimiento de la deuda o que la renta de los españoles ha bajado a los niveles de 2004.

Zapatero adoptó un perfil bajo en su respuesta. Asumió que esta es 'la peor crisis en 80 años'. Recordó el carácter internacional de la misma, que ha afectado a toda Europa y Estados Unidos, principalmente. Se reivindicó sin mucha convicción al destacar que ha intentado 'preservar al máximo la cohesión social' pese a todas las dificultades.

'Esta legislatura ha sido un combate durísimo contra la crisis, con una consecuencia nefasta que es el paro. Siempre he dicho que me siento responsable. El Gobierno ha asumido sus responsabilidades haciendo reformas estructurales muy necesarias y cuyos efectos se notarán el futuro. Hemos preservado al máximo la cohesión social y hemos contribuido responsablemente a preservar el Estado de Bienestar en la zona Euro'. 

Zapatero vino a decir que no es él único culpable: 'Olvida usted que en la anterior legislatura, con este Gobierno, se alcanzó la tasa de paro más baja de la historia. Si ahora estamos como estamos tendrá alguna explicación más allá de lo que haya hecho el Gobierno.'

Rajoy fue aún más duro en la contrarréplica:'Usted deja una herencia envenenada y también unas cuantas lecciones para el futuro. La primera lección es que hay que hacer un buen diagnóstico de la realidad y no engañar; la segunda es que hay que gobernar con un plan, sin improvisar; tercera: no hay que generar falsas expectativas; cuarta, tampoco se puede decir que estamos en la Champions League de la economía cuando no es verdad; quinta, no se pueden hacer previsiones a la ligera; sexta, no se puede gastar lo que no tiene y séptima, no se puede vivir constantemente de la herencia o de la inercia'.

Zapatero: 'Los ciudadanos quieren líderes que hagan algo y que no sólo ataquen y eso es lo que van a elegir' 

Se esperaba una respuesta contundente, pero Zapatero renunció a la pelea. Prefirió la ironía: agradeció la 'cortesía' que había tenido el líder de la oposición. Sus últimas palabras fueron breves para criticar a Rajoy pero sin ensañarse: 'Tengo confianza en el futuro de este país, y por eso sé que los ciudadanos quieren líderes que hagan algo y que no sólo ataquen. Eso es lo que van a elegir'. 

Y así acabó todo. Sin ni un simple adiós. Luego en los pasillos, Rajoy se acercó al todavía presidente del Gobierno y le dijo un escueto 'que tenga usted mucha suerte'. Rajoy prefirió el enfrentamiento a la despedida elegante. Todo lo contrario de lo que hizo el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, que en la última sesión de control en la Cámara Alta le deseó al presidente 'lo mejor en su vida personal y familiar'. Escudero, además, reconoció y agradeció a Zapatero que se sometiera al control de la Cámara Alta, algo que no había ningún presidente del Gobierno antes.

Rajoy no hizo nada de eso. Atacó hasta el final. Cuando le preguntaron por su no despedida, el líder del PP se justificó: 'El Parlamento tiene sus tiempos'.

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