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Cuestionan uso de láminas de colores para tratar problema visual

Reuters

Por Amy Norton

Un estudio sugiere que el usode láminas de colores especiales en los materiales de lecturano mejoraría rápidamente la capacidad lectora de los niños conuna enfermedad discutida conocida como síndrome Irlen.

Este trastorno se les diagnostica a algunos niños y adultoscon problemas para leer, aunque ese no es el único signo. Otrosson la sensibilidad a la luz, las distorsiones visuales, eldolor de cabeza, los problemas de concentración y atención y lapercepción de la profundidad.

Algunos expertos aseguran que casi la mitad de las personascon dislexia u otros trastornos del aprendizaje tendría elsíndrome Irlen y podría beneficiarse con el tratamientodisponible: el uso de láminas de colores, o láminas plásticas,sobre una página impresa.

El síndrome sería la manifestación de un problema en laforma en la que el cerebro procesa la información visual yquienes lo padecen no percibirían bien la tinta negra sobre unfondo blanco. Las láminas de colores minimizarían lasdistorsiones visuales.

"El síndrome Irlen se estudió durante años, perocientíficos y médicos no están convencidos de su existencia osi los síntomas que se le atribuyen se deberían a otrosproblemas de salud", dijo el doctor Stuart Ritchie, de laUniversity of Edinburgh, en el Reino Unido, y autor principaldel estudio.

Para la investigación publicada en la revista Pediatrics,el equipo de Ritchie le pidió a un experto certificado en eluso del método Irlen de diagnóstico, que evaluara a 61 alumnoscon problemas de lectura. El 77 por ciento del grupo (47 niños)tenían el síndrome Irlen, según el diagnóstico especializado.

Otro día, los niños rindieron un examen de lectura bajotres condiciones: con la lámina Irlen recetada; con una láminade otro color, o con una lámina plástica transparente.

Para reducir la probabilidad del "efecto placebo", a losniños no se les comentó el diagnóstico ni cuál era el color delámina recetado. El tipo de lámina no influyó en los resultadosde las pruebas.

Un hallazgo interesante, según consideró Ritchie, es quedos niños conocían el color que debían utilizar (los padresconsultaron en un centro especializado en Irlen después de laevaluación en el estudio, pero antes de los test de lectura. Demodo que cuando los niños hicieron los exámenes ya habíanutilizado las láminas durante "algunos días").

Esos niños, "fueron los únicos participantes que obtuvieronbeneficios significativos con el uso de las láminas, lo quesugiere que el tratamiento incluye un gran efecto de laexpectativa".

Pero Helen Irlen, psicóloga y terapista educativa que ledio nombre al síndrome, criticó el método de estudio utilizadoy señaló que se concentró sólo en los efectos inmediatos en lalectura.

"A los pacientes no les decimos 'Tiene problemas delectura, así que le vamos a dar una lámina para que pueda leerbien'", dijo la directora del Instituto Irlen, de Long Beach,en California.

"Nadie espera obtener un efecto inmediato. Las láminas novan a convertir un mal lector en uno bueno de la noche a lamañana", agregó. En cambio, explicó que están diseñadas parareducir los problemas de percepción que les impiden a los niñosdesarrollar buenas habilidades de lectura.

Irlen comentó que otra limitación del estudio es que el 54por ciento de los participantes con el síndrome diagnosticadono había pasado el test oftalmológico básico, por lo que no sele habían corregido los problemas visuales (con anteojos olentes de contacto) antes del test de lectura.

FUENTE: Pediatrics, online 19 de septiembre del 2011

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