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"La oposición guineana se siente abandonada por el Gobierno español"

Torturado por la dictadura de Obiang, el líder de la Convergencia para la Democracia Social (CPDS) critica que la UE nunca haya verificado las elecciones de Guinea

HENRIQUE MARIÑO

Su infancia transcurrió en plena degollina, cuando el dictador Francisco Macías implantó un régimen de terror tras asumir en 1968 el sillón presidencial de Guinea Ecuatorial, que con la celebración de elecciones se sacudía el influjo colonialista y la sumisión a España. La esperanza aperturista de Teodoro Obiang, que descabalgó al autoproclamado Líder de Acero con un golpe de Estado, se quedó en una dictadura que cumple tres décadas, las mismas que lleva luchando Plácido Micó por la democratización de su país.

Le ha costado la cárcel y la tortura, pero no ceja en su empeño, consciente de que los comicios son un previsible número de circo: en 2008, Obiang se otorgó el 96,7% de los votos y las migajas rebañadas por la Convergencia para la Democracia Social (CPDS) le valieron a Micó el único escaño de la oposición. Invitado por la Fundación Ideas, acaba de visitar Madrid, donde el también vicepresidente de la Internacional Socialista estudió Ingeniería Química.

'Obiang es un dictador sin escrúpulos y ávido de riqueza, pero menos sanguinario que Macías'

Hace 15 años creía que la democracia era imparable, pero...

Lo sigo manteniendo. Aunque en los noventa ocurrió una desgracia, la explotación del petróleo, que ha condicionado la democratización del país. Las potencias occidentales y sus multinacionales aprovecharon la falta de respeto de Obiang a la ley para obtener enormes beneficios. Lo apoyaron en términos económicos, propagandísticos y hasta políticos. Para evitar una desestabilización de Guinea y no ver peligrar su capital, llegaron a ayudarle a reprimir al pueblo. El petróleo tendió un manto de impunidad, pero la gente ha abierto los ojos y es consciente de la necesidad imperiosa de luchar por las libertades.

¿Ha pasado la UE de una actitud paternalista a una pragmática?

Europa ha sido tibia a la hora de ejercer presión debido a sus intereses petrolíferos. Pese al discurso a favor de los derechos humanos, nunca llegó a mandar observadores para verificar la transparencia de las elecciones, que han sido auténticos pucherazos. Y en los últimos diez años no ha habido pronunciamientos de condena.

¿Es más fácil relacionarse con un dictador que con una democracia?

Desde un punto de vista egoísta, sí. Muchos negocios serían impensables en un país democrático. Las multinacionales se acomodan mejor a sistemas corruptos y autoritarios que les permiten sacar provecho. Pero para un inversor mediano, es un mal negocio, porque las dictaduras conllevan una inestabilidad política y una inseguridad jurídica. Muchas terminan siendo relaciones personales mafiosas entre el sátrapa y alguien que saca provecho, aun a espaldas del sector privado al que representa.

¿Cómo son las relaciones de España con Obiang?

Malas, de desconfianza. Si le tocan la democracia y los derechos humanos, ve cualquier intento por ayudar al pueblo ecuatoguineano como una injerencia. España se equivoca si piensa que, con adornos y paños calientes, sus intereses están garantizados.

¿Y con ustedes?

Es lamentable, pero ha habido una falta de solidaridad y de compromiso con la democratización de Guinea. Los opositores nos sentimos abandonados moral y políticamente.

¿Cuál es la fuente de financiación de su partido y de sus cuadros?

No existe. Es uno de los mayores obstáculos de la oposición. Sobrevivimos con las escasas cuotas de los militantes y dirigentes, frente a un sistema que utiliza el dinero para captar y pervertir a la gente, para comprarlo todo e impedir nuestra labor.

'Si se desata la violencia en Guinea Ecuatorial, los culpables serán los mismos que la predican' ¿Mantienen contactos con los opositores en el exilio Francisco Jones Ivina y Severo Moto?

Sus partidos no tienen ninguna implantación real en Guinea. El PP de Moto la tuvo, pero desde que decidió exiliarse en España y participó en aventuras armadas, la ha perdido. Las relaciones con Jones son buenas, pero su formación, creada en el exilio, no pudo echar raíces en el país.

¿Qué opina del Gobierno en el exilio formado por Severo Moto?

Es un caso insólito en la historia, una idea nada brillante. Los gobiernos en el exterior sólo tienen sentido cuando alguien que legítimamente ha accedido al poder se ve obligado a exiliarse. Pero que se forme por la voluntad de dos o tres personas me parece un disparate: ¿qué legitimidad puede tener si no es representativo?

Aboga por la vía pacífica, pero ¿ve posible que estalle la violencia?

Nos gustaría que la gente supere el miedo que la paraliza y salga a la calle. Los ciudadanos sometidos a un régimen de opresión, esclavitud o explotación adquieren con el tiempo la conciencia de lucha por la libertad. Claro que la violencia puede desatarse, porque su germen son los regímenes injustos que siembran el odio, la desigualdad y la discriminación. Los únicos responsables serán los mismos que la predican y la siembran.

¿Se imagina una revolución al estilo de la Primavera Árabe?

No se dan las circunstancias de esos países. Tenemos un régimen policial que controla cada paso que damos y que ha empobrecido al 90% de la gente. La libertad de expresión no existe, la única radio y televisión está en manos del Estado, casi nadie tiene acceso a internet...

A Obiang se le escapó ante Moratinos aquello de que 'aquí prácticamente no se tortura'.

Se tortura todos los días, aunque a lo mejor quería decir que no se hace con la misma brutalidad que antes.

¿Diferencias entre la dictadura de Obiang y la de Macías?

Obiang es un dictador sin escrúpulos ávido de poder y riqueza, pero no lidera un régimen sanguinario como el de Macías. Antes se mataba a la gente por cualquier motivo, incluida la forma de vestir.

¿Fue bienvenido por el pueblo?

Los ecuatorianos iban a aplaudir a cualquiera que le librara de la pesadilla de Macías, porque era una locura sangrienta, la destrucción total. No estaba en su sano juicio. Llegó a nombrar a sólo tres ministros y uno acaparaba seis carteras, algo sin pies ni cabeza. No había economía ni Estado. Obiang accedió al poder con el apoyo de los países occidentales y, para romper con el discurso anterior, mostró una actitud aperturista. Luego empezó a cogerle gusto al poder y a endurecerlo. Comenzaron las persecuciones y no cumplió la promesa de organizar elecciones y regresar a su cuartel.

'El Gobierno en el exilio de Severo Moto es un caso insólito, una idea nada brillante' ¿Llegará la democracia con un Obiang en el lecho de muerte?

No me atrevería a decirlo, pero si así fuese, sería bienvenida.

¿Ve a Teodorín como sucesor?

Sería un desastre para Guinea. Otra cosa es que Obiang quiera imponer a su hijo cueste lo que cueste, pero la mayoría de la gente y de las personas que le rodean se oponen.

¿Cree que podría haber una lucha interna por la sucesión?

No, porque tiene a los suyos como esclavos. Quien se atreva a levantar la voz cae en desgracia. Formalmente, nadie está en contra del Gobierno, pero es sólo una apariencia.

¿Hay reformistas dispuestos a implicarse en una transición?

Nadie quiere perder sus privilegios, pero muchos verían con buenos ojos un cambio. Ahora bien, los altos cargos no tienen posibilidad de organizarse ni de expresar sus opiniones, porque son los primeros que viven bajo vigilancia permanente. La gente no puede reunirse sino es por un motivo justificado y público: una boda, un bautizo, un entierro... Sólo se habla de política en la más absoluta clandestinidad, porque te pueden acusar de conspiración.

¿Se ve como presidente?

No me lo planteo.

¿Pero usted ha sido candidato?

Puedo estar un poco loco, pero no tanto como para creer que iba a ganar a Obiang en unas elecciones sin las mínimas garantías. En 2009, sabía que el dictador iba a proclamar los resultados que se le antojasen. Si hubiesen sido transparentes, seguro que las habría ganado yo.

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