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El reloj de la aspirante vuelve a detenerse

Chacón, la primera mujer que llegó a Defensa, se queda otra vez a un palmo del poder socialista

JUANMA ROMERO

Primero, el 26 de mayo de 2011, la derrotó la olla de presión interna en que se convirtió un PSOE al que Zapatero había dicho adiós. Ayer, la venció la fuerza de las urnas, aunque por poco, muy poco: 22 votos. Pero una y otra vez, se impuso el mismo adversario: Alfredo Pérez Rubalcaba.

Carme Chacón Piqueras (Esplugues de Llobregat, Barcelona, 1971) pone de nuevo en pausa una carrera que, aunque más corta que la de su rival, también recorre numerosas estaciones: afiliada a las Juventudes con 16 años, licenciada en Derecho y con estudios en las universidades de Manchester, Friburgo, Toronto, Quebec y Montreal, edil de su ciudad y primera teniente de alcalde a los 28, diputada con 29, vicepresidenta primera del Congreso a los 33, ministra de Vivienda a los 36 y primera mujer al frente de Defensa con 37.

Aquel día, 14 de abril de 2008, cuando tomó posesión de su nueva cartera, su imagen dio la vuelta al mundo. Mujer, embarazada de siete meses y pasando revista a las tropas. '¡Capitán, mande firmes!', gritó por vez primera. Una orden cuartelaria que ayer desfiló por Twitter según avanzaba en su discurso de candidata, con voz firme, segura y hasta un punto chillona.

Defensa ofreció a Chacón la plataforma para vestirse como mujer de Estado y mostrar una pulcra imagen institucional. Ya entonces se le afeó su excesivo celo y su reticencia a dar explicaciones públicas ante la prensa. Como ministra, impulsó la Ley de la Carrera Militar, modernizó el Ejército y le dotó de una Ley de Derechos y Deberes aprobada por consenso, ordenó el fin de las bombas de racimo, retiró las tropas de Kosovo, las mantuvo en Líbano y Afganistán y las llevó a Somalia y (con polémica de por medio) a Libia.

Chacón emergió de nuevo de las cenizas del 20-N. En torno a ella se articuló el manifiesto Mucho PSOE por hacer que daría todas las pistas de por dónde discurriría su candidatura: el partido necesitaba 'ilusión', 'levantarse ya', sin 'interinidades' y ser coherente. 'Si decimos primarias, hacemos primarias', no cesó de repetir. También ayer, cuando su sueño de ser la primera secretaria general del PSOE estalló en añicos.

La 'niña de Felipe González', la catalana, la nieta de andaluces, la hija de una castellana y un 'aragonés indomable', el más fiel reflejo de un Zapatero al que apoyó ya desde la primera hora, en 2000, vuelve a pararse. Falta saber si su reloj echará de nuevo a andar.

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