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La NASA lanza un telescopio a la caza de agujeros negros

Se cree que dos de cada tres agujeros aún están ocultos

DAVID BOLLERO

La NASA culmina hoy un proyecto que arrancó hace dos décadas: el lanzamiento del NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescope Array), un telescopio cuya principal misión será medir los rayos X emitidos por los agujeros negros. Dado que la atmósfera terrestre absorbe la radiación energética, para obtener los mejores resultados es preciso ubicar este tipo de telescopio en una órbita por encima de la Tierra.

El lanzamiento, que se ha podido seguir hoy en directo a través de la página web de la NASA, se ha realizado desde el atolón Kwajalein con la ayuda de un cohete Pegasus XL que fue llevado bajo el fuselaje de un avión LLL-1011 Stargazer.

El telescopio NuSTAR supone un hito en la investigación de los agujeros negros, pues permite ver 'los objetos más calientes, más compactos y más ricos en energía con fotos de mayor profundidad y definición', según explica la jefa del equipo del NuSTAR, Fiona Harrison, desde el Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Pasadena. No en vano, el físico Daniel Stern, que también ha participado en el desarrollo del NuSTAR, asegura que 'dos de cada tres agujeros negros aún están ocultos' bajo una capa de gas y polvo que sólo es traspasada por los rayos X altamente energéticos.

El proyecto ha contado con un presupuesto de algo más de 130 millones de euros, y gracias a su tecnología incorporada es posible enfocar altas radiaciones, obteniendo imágenes mucho más nítidas que las obtenidas hasta la fecha (resolución hasta diez veces superior). La clave, según explican los responsables del proyecto, reside en su sistema de 133 capas concéntricas de pequeños espejos curvos, una óptica especial y un mástil de diez metros que no será desplegada hasta dentro de diez días, dotándole de 100 veces más sensibilidad que sus predecesores.

Ello le permitirá, no sólo estudiar los agujeros negros y sus corrientes de chorro, sino también los densos núcleos de estrellas muertas, lo que contribuirá a despejar dudas acerca de cómo se forman los planetas con elementos procedentes de explosiones de estrellas o, incluso, la atmósfera misma del Sol.

Este nuevo telescopio cósmico se unirá a los ya instalados en los observatorios Chandra y Fermi (de rayos gama) de la NASA y el XMM-Newton de la agencia europea ESA.

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