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Romney espera ganar la Casa Blanca apoyándose en los votos de los hombres blancos y anglosajones

El candidato de los republicanos pretende desbancar al presidente Obama sin contar con

ISABEL PIQUER

Tras la Convención Republicana de Tampa, Mitt Romney inicia la recta final hacia la puerta de la Casa Blanca, que abrirán las urnas el 6 de noviembre, sin contar con el apoyo de las mujeres, los latinos ni los afroamericanos, electorados donde el candidato conservador está en clara desventaja frente a Barack Obama. Un problema de calado para los republicanos que se agravará con el tiempo, ante los profundos cambios demográficos que se avecinan en Estados Unidos.

Durante la convención, los republicanos hicieron todo lo posible por demostrar su diversidad. Uno de los hijos de Romney, Craig, dijo unas palabras en un español más que decente. En el podio de los oradores se sucedieron los conservadores más étnicos: la gobernadora por Carolina del Sur, Nikki Haley, hija de emigrantes indios; sus colegas latinos de Nuevo México, Susana Martínez, y de Nevada, Brian Sandoval; y el aspirante a senador por Texas y simpatizante del Tea Party, el cubano-americano Ted Cruz.

Pero lo cierto es que los votantes republicanos siguen siendo mayoritariamente blancos (87% según los datos del Pew Center). Los demócratas están algo más diversificados, 67% son blancos, 21% negros, 10% hispanos. Son cifras importantes cara al futuro porque la realidad demográfica de Estados Unidos está cambiando. Según los datos del censo, ahora nacen más niños 'no blancos' que blancos. En los últimos diez años, las minorías han sido responsables del 85% del crecimiento demográfico del país.

Algunos políticos conservadores se dan cuenta de que los republicanos deben cambiar su estrategia. Lo decía muy claramente Jeb Bush, ex gobernador de Florida, y hermano del ex presidente durante una conferencia celebrada durante la convención al increpar a sus colegas y pedirles que dejarán de 'actuar estúpidamente' en el tema del voto hispano. 'Para asegurar el futuro del partido debemos tener un tono más abierto' insistió Bush.

'Este año o ya en 2016 serán las últimas elecciones en las que los republicanos podrán apoyarse exclusivamente en el voto blanco', decía estos días Henry Olsen, vicepresidente de American Enterprise Institute, uno de los centros de análisis ultraconservadores de Washington. 'En un futuro no muy lejano tendrán que mejorar sus resultados entre las minorías si quieren seguir ganando'.

El caso de los hispanos es bastante flagrante. Primera minoría de Estados Unidos, son 50 millones de personas y serán 78 millones en 2030, el 22% de la población. Un electorado que este año los republicanos han conseguido marginar por completo al incluir en la plataforma de la convención un programa extremadamente duro contra la inmigración ilegal aunque en el último momento añadieron una pequeña cláusula a favor de la 'regularización de la mano de obra extranjera', sin dar más detalles.

'Están locos', asegura Deedee García, una republicana de Arizona que creó hace tres años la página web Somos Republicans para demostrar que se podía ser latino y a la vez conservador. 'Está claro que han tomado la decisión estratégica de abandonarnos a favor del voto ultraconservador'. García está tan descontenta con su partido, al que no va a votar, que piensa cambiar Somos Republicans a Somos Independents.

George Bush, que al ser de Texas tenía una visión algo más práctica del asunto, consiguió el 44% del voto latino en 2004; John McCain, quien cambió unas ideas relativamente tolerantes por un discurso radicalmente anti-sinpapeles, sólo se llevó el 31%. Romney no llega al 30%, según las últimas encuestas.

Como declaró el alcalde demócrata de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, no se puede 'lanzar un apellido hispano o una cara morena y esperar que la gente vote por tu partido', referiéndose sin mencionarlo al senador cubano-estadounidense por Florida, Marco Rubio, una de las estrellas del partido y que los republicanos consideran como su gran baza latina.

Del voto negro ni hablemos: en Tampa tan sólo 2% de los delegados eran afroamericanos. La minoría, que representa algo más del 12% de la población, votará masivamente, y por razones obvias, por Barack Obama.

Más relevante aún, el voto femenino se ha convertido en uno de los quebraderos de cabeza para los republicanos. Tradicionalmente demócratas, las mujeres dan este año a Barack Obama una ventaja de 12 puntos (54% frente a 42% según la CNN) sobre Mitt Romney. Polémicas como la más reciente del aspirante a senador de Misuri, Todd Akin, quien habló de una supuesta 'violación auténtica', que no generaría embarazo porque 'el cuerpo femenino tiene manera de evitarlo', han creado un gran malestar incluso entre el electorado conservador. Y el hecho de que el candidato a vicepresidente, Paul Ryan, rechace el aborto incluso en casos de violación o peligro para la madre tampoco va a ayudar a Romney.

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