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"Que los responsables de la crisis no se crean que nos hemos callado"

Manifestantes de varios puntos de España han comenzado a llegar a Madrid. Antes de que empiecen las marchas programadas para esta tarde, algunos de ellos explican a 'Público' sus motivos para la protesta

E. HERRERA / L. GIMÉNEZ

Son jóvenes y están hartos de mirar a su presente y a su futuro y sólo ver 'un panorama negro, desolador'. Por eso han decidido acudir con su indignación a Madrid y gritar ante el Congreso de los Diputados –en cuyas inmediaciones hay convocada este martes una concentración pacífica– que no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados mientras les 'roban' sus oportunidades, sus derechos y sus sueños.

Guillermo García y Fernando García, ambos de 23 años, se juntaron con tres amigos más con los que viajar a la capital desde Valladolid en un coche particular. Ambos forman parte del 53,28% de jóvenes menores de 25 años que quieren trabajar y no pueden hacerlo. El primero cursó una diplomatura en Nutrición y un máster y no encuentra trabajado. El segundo perdió su trabajo en una empresa de mantenimiento eléctrico. 'Encadené varios contratos temporales. Cuando se acabó el último no me renovaron, así que tampoco tuve indemnización después de trabajar durante dos años y medio', asegura. 

Sentados en los jardines de la Plaza de España de Madrid, uno de los dos lugares habilitados para la recepción de manifestantes este 25-S, debatían sobre el lema que iban a poner en la pancarta que pasearán en la tarde del martes por las calle del centro de la capital. 'No estoy de acuerdo con que todas la decisiones políticas se rijan por intereses económicos. Vivimos en una dictadura financiera', aseguró Fernando. 

En el mismo emplazamiento, un grupo de mujeres que acababa de conocerse debatían sobre el sentido de la convocatoria. 'Es imposible quedarse en casa. Cada día seremos más', apuntaba Rita Novoa, de 28 años, y procedente de Ourense. En ese lugar se han llegado a juntar hasta 200 personas. En las inmediaciones de la estación de Atocha, otro de los lugares previstos por los organizadores para la recepción de manifestantes, alrededor de 500. En las calles colindantes al Congreso, que este martes ha amanecido sitiado por la policía, también se han concentrado pequeños grupos de ciudadanos durante toda la mañana. La mayoría de ellos criticaba el 'desproporcionado' despliegue policial.

Entre los activistas también eran muy recurrentes las críticas a los políticos conservadores que, en los últimos días, han calentado la convocatoria con duras declaraciones. 'Los golpistas son los que entran en el hemiciclo con pistolas. La izquierda es la que, desde fuera, pide a los políticos que cumplan con su deber', aseguraba Ana María Yunta, militante del PSOE, que ha acudido a Madrid desde Valencia. En un corrillo cercano, Marian Martínez, estudiante de 25 años, también hablaba de los motivos que la habían llevado a participar en este 25-S: 'Que los responsables de la crisis no se crean que nos hemos callado'. 

'Vivimos en una dictadura financiera', dice un manifestante

En las inmediaciones de la estación de Atocha, en corrillos, la gente, la mayoría de ellos recién llegados, hablaba sobre el viaje y, con algo de nerviosismo, sobre la convocatoria de esta tarde. 'Hoy hay una convocatoria y he venido de Barcelona para adherirme a esta concentración ciudadana porque lo que queremos es que se marchen, que se vaya el Gobierno y los diputados, porque no los queremos', relató emocionada Aurora Martínez, una catalana de mediana edad recién llegada de Barcelona y que pertenece a las ‘las Asambleas Ciudadanas Constituyentes'.

Siguiendo con los objetivos que había marcado la convocatoria, tanto de la plataforma ¡Een Pie! como la coordinadora 25-S, Martínez explica a Público que lo que el objetivo de los manifestantes es 'una Constitución nuestra, ciudadana, elaborada de abajo arriba. En la que se decida todo democráticamente. Porque nuestra Constitución está absoleta y no la hicieron los ciudadanos, la hicieron unos señores que se reunieron en la Transición e hicieron un texto que hoy no nos representa'. Y es que ella se pregunta '¿Dónde están los artículos de la Constitución que amparan a los ciudadanos cuando la Policía detiene a gente por desplegar una pancarta?'

'¿Dónde está la Constitución cuando la Policía detiene a gente por desplegar una pancarta?', se pregunta una activista Las pancartas de un colectivo de Pontevedra se mezclaban en la Cuesta de Moyano con las del Sindicato Andaluz de Trabajadores. A esta organización pertenece Víctor García, un madrileño de Vallecas, pero 'con relación con Andalucía desde siempre', que está imputado por la expropiación de alimentos que llevó a cabo junto a Juan Manuel Sánchez Gordillo. Se siente orgulloso de que hoy se hayan desplazado tantos compañeros suyos a la capital y explica el amor que siente por ellos: 'Yo conocí a Sánchez Gordillo en 1979 y me pareció que sus ideales eran una cosa muy digna, y el tiempo lo ha demostrado, como hemos visto en Marinaleda'.

Víctor García, con una barba igual que la de Gordillo y camiseta del SAT, a unos metros del cordón policial con seis furgonetas de la Policía Nacional, relató que 'ahora es como en el franquismo, cuando llegaba el primero de mayo y venía la Policía a mi casa y se llevaban a mi padre'.

De forma parecida piensan Gonzalo Gómez y Jesús Jurado, los dos venidos de Sevilla y pertenecientes a la asamblea del 15-M del barrio de Triana. 'La única alternativa que les queda para desmovilizar es el miedo', cuentan mientras dejan en el suelo bolsas llenas de pancartas y carteles. Estos dos jóvenes universitarios relatan que esta fecha les parece 'muy importante' porque es 'el pistoletazo de salida para el proceso destituyente', aunque, adiferencia de Aurora Martínez, ellos creen que la constituyente está aún lejos, pues 'de momento no tenemos una alternativa propia y autónoma'.

'Es imposible quedarse en casa. Cada día seremos más', señala una participante  Del norte también han llegado manifestantes. 'Somos de Asturias, de Avilés y de Mieres. Hemos venido muchos en coche y está llegando un autobús lleno', cuenta Paula García, una joven que ha llegado con su sindicato, la Corriente Sindical de Izquierdas de Asturias. Ellos esperan que hoy 'salga mucha gente a la calle y que el movimiento sea cada vez más fuerte'. Mirand oa sus compañeros no puede evitar hablar de lo que viven en Asturias, donde 'hay conflictos en las grandes fábricas y todo va a salir a las calles en otoño'. Y es que, a su parecer, 'la gente está muy cabreada y por mucho miedo que metan la desesperación de una gran parte de la población es mayor'.

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