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El Gobierno sitió policialmente Madrid para desvirtuar el 25-S

La protesta, masiva, acabó con disturbios entre manifestantes y policía. Los agentes actuaron con virulencia ante el envite de pequeños grupos de alborotadores. Al menos 36 personas fueron detenidas y 64 resultaron heridas, 27 de el

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Madrid amaneció sitiada por la policía. Y así siguió durante toda la jornada. La protesta convocada por la plataforma ¡En Pie! y la coordinadora 25-S, que discurrió de manera pacífica durante todo el día, acabó convirtiéndose en una verdadera batalla campal en las primeras horas de la noche. Los disturbios comenzaron cuando algunos grupos de alborotadores intentaron avanzar hacia el perímetro de seguridad que rodeaba el Parlamento y buscar el contacto con los agentes, que respondieron con virulencia. Algunos manifestantes llegaron incluso a lanzar trozos de adoquines y otros objetos a los policías. Mientras, otros, intentaban relajar los ánimos, llamar a la calma e intentar que la movilización, como defendieron sus convocantes desde un principio, no derivara en una acción violenta. A pesar de los porrazos y de lo contundente de su actuación, la policía no consiguió atajar la protesta.

No obstante, las primeras actuaciones violentas de policía y manifestantes tuvieron lugar antes de las 21.30 horas, que era el límite que la Delegación del Gobierno había establecido para la celebración de cualquier acto de protesta. Más tarde hubo otros conatos de violencia, que fueron respondidos con sentadas ante los agentes. 

Los diputados pudieron salir del Congreso sin ningún problema

Los momentos más tensos se vivieron a partir de las 19.00 horas en las inmediaciones de la plaza de Neptuno, a apenas 100 metros de la Cámara, donde los diputados debatían en sesión plenaria. Cuando acabó el pleno del Congreso, los diputados pudieron salir tranquilamente gracias al cordón policial que rodeaba el edificio. En ese emplazamiento hubo varias cargas policiales, que fueron precedidas de carreras, gritos y momentos de pánico. También hubo varias cargas en las inmediaciones de la estación de Atocha, donde la policía llegó a actuar incluso en el vestíbulo de una de las paradas. Estos sucesos dejan un balance de 36 detenidos, según han dicho fuentes de Interior a Público, y 64 heridos, entre ellos, 27 policías. Uno de los manifestantes está grave y podría presentar una lesión medular. Según fuentes del Samur, este herido tenía diagnosticada una patología cervical previa que se ha podido agravar debido a una caída o golpe. Gritos de '¡No tenemos miedo!' o '¡Estas son nuestras armas!', así como insultos a los agentes formaban parte de la respuesta que los activistas daban a las cargas policiales.

El centro de Madrid se convirtió en algunos momentos en una ratonera

Para impedir la movilidad de los concentrados, los agentes se organizaron en una formación policial denominada kettle y que consiste en encapsular a los manifestantes en grupos más o menos numerosos. Para ello, la policía se sirvió de furgones y de filas de policías, que iban provistos en todo momento de numerosas protecciones, casco, escudo e incluso pistolas de pelotas de goma, que llegaron a utilizar en los momentos más tensos. Esa técnica provocó que, en los instantes de máxima tensión, el centro de Madrid se convirtiera en una auténtica ratonera, con manifestantes corriendo de un lado a otro pero sin poder escapar del cerco de la policía. De hecho, para escapar de los golpes, algunos de ellos se refugiaron en hoteles o establecimientos de la zona.

El operativo policial, que contaba con alrededor de 1.400 efectivos, cercó desde primera hora de la mañana –cuando no se había producido ningún incidente– las vías colindantes a la Cámara baja. Este despliegue perturbó las actividades diarias de las personas que trabajan en el centro de la capital, que tenía problemas para moverse por la zona, y también de los vecinos, que tuvieron que salir a la calle provistos de sus certificados de empadronamiento o facturas si querían que la policía les dejara a acceder a sus domicilios.

El cordón policial perturbó las actividades diarias de vecinos y viandantes

La respuesta de los políticos a la protesta y a cómo acabó desarrollándose también fue desigual. No obstante, mientras miles de personas se manifestaban fuera, dentro del Congreso los parlamentarios continuaron con sus actividades habituales. Desde la Cámara, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que había que 'distinguir entre las personas que vienen a manifestarse y los que vienen a montar jaleo'. Todos los diputados de IU-ICV-CHA salvo la diputada Caridad García, que permaneció en el Hemiciclo siguiendo las intervenciones del Pleno en representación de todos ellos, se acercaron a la concentración, donde tuvieron la oportunidad de intercambiar opiniones con los manifestantes. El portavoz parlamentario de La Izquierda Plural, José Luis Centella, calificó de 'desproporcionadas' las cargas policiales y acusó al Gobierno de haber generado tensión al 'criminalizar' la protesta.

Durante el día, las actividades propuestas se desarrollaron con normalidad. Las manifestaciones que salieron de la plaza de España y de las inmediaciones de la estación de Atocha transcurrieron de forma pacífica. Antes, los manifestantes que llegaron de otras ciudades fueron recibidos en esos mismos emplazamientos, donde también se celebraron asambleas informativas.

- Texto elaborado con informaciones de Yeray Calvo, Christian González, Daniel del Pino, Paula Díaz, Elena Herrera, Sergio León, Joan Losa, Eduardo Muriel, Ana Pardo de Vera, Juanma Romero y Lucía Villa. 

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