Ni los recortes, ni las carencias sociales, ni la gestión de la crisis económica por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. A juicio del premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, el 'desafío más grande' al que se enfrenta el país es 'el riesgo' por el que atraviesa 'la unidad de España'. Esta reflexión ha sido la que ha constituido en los últimos años uno de los ejes centrales de la acción política de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) que, precisamente, ha presentado esta mañana al escritor como uno de los valedores más ilustres del partido en la campaña de las elecciones vascas y gallegas que acaba de dar comienzo esta pasada madrugada. 

Junto a la portavoz de la formación magenta, Rosa Díez, y al lado de los candidatos del partido en Euskadi y Galicia, Gorka Maneiro y José Canedo, que asentían ante cada afirmación del ilustre literato, Vargas Llosa ha alertado del 'incremento' del respaldo a las formaciones nacionalistas como 'reacción a la crisis económica', y ha asegurado que 'la desintegración del país no beneficiaría a nadie'. 

A pies juntillas con el discurso que ha mantenido la propia Díez desde la creación de UPyD, el premio Nobel de literatura ha advertido de que la clase política española tiene un 'complejo de inferioridad' respecto a los nacionalismos. Lo padecen todos los partidos, ha dicho, 'excepto UPyD', y por eso ha decidido en estos años respaldar a la formación magenta.

España, ha insistido, 'es una democracia consolidada', por lo que la 'devaluación sistemática' del Estado de derecho 'es peligrosa porque da pie a autoritarismos'. Pero el verdadero peligro, ha insistido, son los nacionalismos, ya que hacen peligrar, en su opinión, 'la cultura democrática'. 'Tiene raíces de corte autoritario que siempre acaban manifestándose', ha declarado, ante la atenta mirada de Díez y de los periodistas que han asistido al desayuno informativo que han protagonizado ambos en la sede de UPyD en Madrid. 

Vargas Llosa ha respaldado, además, la política económica del Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, ha insistido en que comparte los puntos de vista de los conservadores respecto a la economía, aunque no 'algunas de sus políticas sociales'. En todo caso, ha considerado que 'no hay alternativa' al mayor tijeretazo social perpetrado por el Ejecutivo desde que llegó al poder. 'Una política que no sea de recortes drásticos es imposible', ha recalcado.