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El Real Madrid y el Barça firman un armisticio

Empate sin concesiones en el Camp Nou (2-2). Cristiano y Messi, los bigoleadores del encuentro. Los blancos mantienen la desventaja de ocho puntos en Liga. Exhibición independentista en el feudo azulgrana.

JORGE YUSTA

Dos goles de Leo Messi, dos goles de Cristiano Ronaldo, dos lanzamientos al palo -uno para cada equipo- y un punto para cada equipo. El clásico del Camp Nou supuso una batalla igualadísima que se saldó con un empate (2-2) que mantiene la distancia de ocho puntos en Liga entre el Barcelona y el Real Madrid. 

El equipo blanco dominó la primera parte y fruto de ello encontró el primer gol de Cristiano, que fusiló a Valdés a pase de Benzema. Pero Messi aprovechó a los seis minutos un desajuste en la defensa de los madridistas para empatar el choque. Ya en la segunda parte, el astro argentino se sacó de la chistera un lanzamiento de falta fabuloso para poner en ventaja a los suyos.  Pero esta vez se cambiaron las tornas y a los cinco minutos fue el portugués del Real Madrid el que volvió a equilibrar la balanza tras un pase entre líneas de Özil. Pese a romperse el partido en los minutos finales con dos últimas oportunidades de Pedro, el marcador no se volvió a mover.

En medio de una reivindicación independentista sin precedentes, el Camp Nou vivió esta noche un encuentro de alto voltaje. Y no era para menos. El Real Madrid se asomaba a un abismo de once puntos si perdía en su visita a su eterno rival. Por eso, Mourinho prefirió sacar de inicio a su once de gala, rescatando a Özil y con Benzema en punta. Tito Vilanova, sin embargo, innovó con Adriano de pareja de Mascherano en el eje de la defensa. Finalmente Piqué no llegó ni a la convocatoria.

Pero antes de que rodara el balón, se produjo una imagen que pasará a la historia. El Camp Nou se cubrió con una inmensa senyera formada por 98.000 cartulinas mientras atronaba el himno del Barcelona. Un ambiente catalán que se avivó en el minuto 17 y 14 segundos cuando miles de gargantas gritaron 'In-inde-independencia' mientras ondeaban banderas esteladas.  Un ambiente que podía intimidar a cualquiera. Pero el Real Madrid no estaba para mirar hacia la grada, sino hacia la portería de Víctor Valdés. Y eso es lo que hizo desde el pitido inicial. Gracias a una presión asfixiante disputó el balón al Barça, que se encontró con un panorama que no esperaba. No podía elaborar el juego que acostumbra. Perdía pelotas con excesiva facilidad. Y los blancos apretaban en todas las líneas para recuperar rápido y salir con velocidad con Di María y Cristiano.  

Los de Tito sufrían sin el control del balón. Mientras, los del Mourinho comenzaban a avisar. Primero Benzema con un disparo alto y luego Sergio Ramos con un testarazo. Eran el preludio del gol. El delantero francés recibió al borde del área, se giró ante Mascherano y cedió para Cristiano metiera en raso por el palo que cubría Valdés. Corría el minuto 22 y el marcador reflejaba el mejor arranque de los visitantes, que se vinieron arriba mientras los locales deambulaban por el ring noqueados.

Pudo llegar la puntilla a los dos minutos cuando Di María metió un pase al punto de penalti que Benzema mandó, desequilibrado, al larguero. El posterior rechace del argentino terminó marchándose fuera. Al Barça se le acumulaban las desgracias. Dani Alves se tuvo que retirar lesionado y fue sustituido por Montoya. 

Pero antes de que llegara la media hora, la fortuna sonrió a los azulgrana. En un ataque sin aparente peligro, la zaga madridista encadenó error tras error hasta que un salto de Pepe sin criterio dejó solo a Messi para que rompiera el balón ante Casillas. El Barça empataba con lo justo. Las tablas llevaron la calma al Camp Nou. Los de Vilanova se asentaron y se adueñaron del juego en el tramo final de la primera parte. El Real Madrid veía cómo se había esfumado una oportunidad magnífica para sentenciar el choque y rebajar su desventaja en Liga hasta los cinco puntos.

Tras el descanso, el partido volvió a coger revoluciones. Özil reclamó penalti en una caída ante Mascherano y Messi amagó un contragolpe.  Instantes después el que pedía penalti en el área contraria era Iniesta ante Pepe. Tras lo que el partido entró en una dinámica rígida. Los esquemas tácticos se endurecieron, como la actitud de los jugadores, que comenzaban a estar más pendientes de frenar los ataques rivales que de ejecutar los suyos propios.   

En el Barça Mascherano ponía un punto de emoción en cada balón que se jugaba ante los atacantes blancos. En el Real Madrid Xabi Alonso jugaba condicionado por una amarilla. Losa que olvidó al trabar por detrás a Messi cuando corría disparado hacia el área. Una falta peligrosa que le podía haber costado la roja pero que el costó al Madrid el segundo del argentino. Un toque perfecto birló el salto de la barrera y cuando Casillas se quiso dar cuenta ya entraba el balón como un obús.

Mourinho comenzó a introducir cambios sin mover el esquema. Benzema dejó sitio a Higuaín. Y en el Barça Cesc el suyo a Alexis. El chileno se colocó de extremo e Iniesta pasó a la mediapunta.  Pero la alegría le iba a durar al Camp Nou cinco minutos. Los que tardaría en volver a marcar Cristiano, que había avisado con una chilena. Pero en la segunda opción que tuvo no marró. Un robo en el centro del campo propició que el balón llegara a Özil, que metió entre líneas medio gol. El otro medio lo transformó el luso ante la salida indefensa de Valdés. Diez goles en cinco partidos. El crack portugués está de dulce.

Quedaban 25 minutos para el final, pero los dos equipos terminaron de quitarse los corsés. El Barça encontró a Messi para el arreón final. Primero habilitó para que Iniesta obligara a Marcelo a mandar a córner y después volvió a probar en un lanzamiento directo. Pero en el correcalles, Higuaín pudo también marcar el tercero para el Madrid pero se quedó sin huecos ante Valdés.

El Pipa volvió a disfrutar de otra ocasión de oro pero el centro templado de Xabi Alonso desde la izquierda le llegó con el pensamiento en otra parte. Solo faltaban cinco minutos para el final. Mourinho completó el ciclo de cambios dando entrada a Kaká por Özil y a Essien por Di María. Pero las últimas oportunidades del encuentro las tuvo el Barcelona. Montoya remató una jugada de fábula de todo el ataque culé pero su disparo lo repelió el larguero. Y Pedro pudo decantar la batalla con dos ocasiones postreras. En la primera Alexis le desvió el tiro y en la segunda su disparo se marchó rozando el poste de Casillas.  

Barcelona: Valdés; Alves (Montoya, m.27), Mascherano, Adriano, Alba; Busquets, Xavi, Cesc (Alexis, m.61), Pedro, Messi e Iniesta.

Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso, Di María (Essien, m.87), Özil (Kaka, m.80), Cristiano Ronaldo y Benzema (Higuaín, m.61).

Goles: 0-1, m.23: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.30: Messi. 2-1, m.61: Messi. 2-2, m.66: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Delgado Ferreira (Comité Vasco). Mostró cartulina amarilla a Pedro (m.40), Xabi Alonso (m.43), Busquets (m.54), Özil (m.58), Pepe (m.78) y a Arbeloa (m.90).

Incidencias: Asistieron al encuentro 96.589 espectadores en partido correspondiente a la séptima jornada de Primera disputado en el Camp Nou. En el palco se encontraban, entre otros, el presidente de la Generalitat, Artur Mas; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, el director de la oficina de la ONU sobre el deporte para el Desarrollo y la Paz, Poul Hansen, así como el mítico jugador de la NBA, Magic Johnson.

Antes del inicio del partido, el Camp Nou se vistió con un gran mosaico formado por 98.000 cartulinas con la 'senyera' catalana y la palabra 'Barça' como protagonistas. Miles de espectadores lucieron banderas independentistas en las gradas.

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