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Rajoy desembarca en Catalunya con toda la munición antinacionalista

El PP apuesta por sumar las tesis de Aznar y de Sánchez-Camacho para superar el 25-N los 700.000 votos de 2011. El presidente conocía el discurso de su antecesor en FAES y lo respaldó con su presencia

ANA PARDO DE VERA

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, clausarará mañana, en Barcelona, la XIX Unión Intermunicipal Popular que reúne a todo el poder conservador -desde la cúpula nacional del PP a sus alcaldes- y cuya celebración comienza hoy. El PP tiene en la actualidad el mayor número de alcaldes de su historia (más de 3.500) y aunque no estarán todos, sí una representación importante, junto a María Dolores de Cospedal, que la inaugura hoy; Carlos Floriano, Javier Arenas, Esteban González-Pons o Soraya Sáenz de Santamaría, que cierra esta tarde la primera jornada. El presidente del Gobierno la cerrará mañana.

La Intermunicipal se ha desplazado estratégicamente a Barcelona después de que se hubiera cancelado su celebración en Galicia el pasado mes de julio. Esto es lo de menos: Alberto Núñez Feijóo ya no necesita el apoyo de los suyos para ganar unas elecciones y Alicia Sánchez-Camacho los necesita todos para superar los 700.000 votos que el PP de Catalunya logró hace casi un año, en las generales del 20-N.

También al contrario que en la campaña gallega, donde su presencia fue muy discreta al decidirse el reelecto presidente de la Xunta por una campaña personalista, Rajoy pretende dar todo lo que su agenda le permita en la precampaña y campaña catalanas para los comicios del 25 de noviembre. En cuanto a presencia y en cuanto a discurso. 'Vamos a dar la batalla', dijo a los suyos en el Comité Ejecutivo del PP el lunes. Y no ha parado de desplegar una estrategia muy calculada contra Artur Mas, contra los nacionalismos y contra sus aspiraciones, desde el más autogobierno hasta la soberanía plena.

En el entorno conservador aseguran que el incendiario discurso de José María Aznar en la entrega del Premio FAES de la Libertad 2012 a Mario Vargas Llosa 'en absoluto' ha sido un aviso a Rajoy por su presunta tibieza con los nacionalismos. Es más, garantizan que el presidente del Gobierno conocía perfectamente el contenido del texto de Aznar y quiso apoyarlo con su presencia, la cual no estuvo garantizada completamente hasta el mismo día: la agenda de Rajoy recogía su asistencia al Círculo de Bellas Artes el pasado viernes, pero la Agenda del Gobierno del miércoles 24, no. Finalmente, acudió y escuchó a un Aznar en estado puro.

En Génova nadie duda de que Aguirre hará campaña con el discurso de Aznar

Tampoco, por tanto, las conciliadoras palabras de Rajoy para con Catalunya y su situación política, en su presentación de la candidata catalana del PP ayer, en un desayuno-debate, no son ninguna 'corrección' a las del ex presidente, garantizan las mismas fuentes. Al contrario, 'todas tienen encaje en una campaña que busca sumar y sumar'. Los consultados ponen como muestra que Esperanza Aguirre haya confirmado que apoyará a Alicia Sánchez-Camacho en Catalunya durante la campaña. Nadie duda en Génova de que la ex presidenta del PP desplegará un discurso en la línea del de Aznar, 'aunque con su estilo y en un mitin'.

En el PP hay un alma anti-nacionalista y dos formas de exteriorizarla, recuerdan sus propios integrantes: la de Aznar y la de Sánchez-Camacho; no la de Rajoy, que se amolda a ambas, consciente de que beneficia sus intereses electorales en Catalunya. Ayer, en el desayuno, se mimetizó con su candidata pidiendo 'diálogo' y elogiando a los catalanes. Pero el martes, en el Senado, desplegó un discurso muy duro, acusando al presidente de la Generalitat de proferir amenazas y chantajes con sus propuestas. Sus palabras dieron munición y fueron muy aplaudidas por el sector del PP y los medios de comunicación más duros con el nacionalismo catalán. Como las de Aznar al día siguiente.

Su objetivo, en cualquier caso, pasa por intentar evitar la mayoría absoluta de CiU y, para aquellos que crean que las declaraciones de unos y de otros son contradictorias y reflejan un cierto caos en el mensaje, desde el PP se garantiza que al contrario: el contenido es el mismo y, en realidad, se trata de una estrategia muy cuidada que busca aglutinar a todo el voto conservador y a todas las sensibilidades del PP. A un mes vista del 25-N, 'todavía no hemos oído nada', ironizan.

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