Bajo los escombros que el tifón Bopha ha dejado a su paso por el archipiélago filipino no dejan de aparecer nuevos cuerpos. El Consejo Nacional de Desastres cifra en 342 las personas muertas y en 379 los desaparecidos después de que las riadas y los desprendimientos de tierra asolaran el sur y el centro del país.

Bopha, que llegó a Filipinas el pasado martes con rachas de viento de hasta 195 km/h, a provocado 401 heridos. Más de 229.734 personas se han visto afectadas por la tormenta,  sobre todo en las regiones de Mindanao (sur) y Visayas (centro), golpeadas entre el martes y el miércoles.

Surigao del Sur, Davao Oriental y el Valle de Compostela en Mindanao se encuentran bajo el estado de calamidad, con cientos de aldeas anegadas y numerosas vías de comunicación cortadas por las riadas.

Varias zonas han quedado aisladas por el corte de la carreteras y por el hundimiento de los puentes. La electricidad y las comunicaciones han quedado interrumpidas y los equipos de búsqueda y rescate del Ejército ven dificultadas sus taras for la fuerza del agua que aún corre por los ríos.

'Bopha' tocó tierra ayer al amanecer y ha registrado vientos sostenidos de 175 km/h que han causado inundaciones y corrimientos de tierra que han destrozado casas, derribado árboles y dañando el tendido eléctrico, dejando más de 120.000 desplazados.

Arthur Uy, gobernador de la zona del Valle de Compostela, la más dañada por la tormenta, afirmó que las fuertes corrientes de agua y el barro desprendido de las montañas, han destrozado colegios, ayuntamientos y centros de salud donde había personas refugiadas.

Cerca de 150 vuelos han sido suspendidos, así como servicios de ferry han en el sur y centro del país, al tiempo que escuelas y algunos comercios han cerrado. Miles de personas se encuentran atrapadas en los puertos tras la orden de la guardia costera de que el servicio de transbordadores permanezca parado hasta nuevo aviso.

El tifón cubría unos 500 kilómetros y se estaba moviendo en dirección oeste-noroeste. Ya Ha perdido fuerza hasta convertirse en una tormenta tropical y se dirige hacia el Mar de China Meridional, aunque aún puede dejar copiosas lluvias en el extremo occidental de Filipinas.

El archipiélago sufre cada año los efectos de unos 20 tifones que con frecuencia  dejan muertos y un reguero de destrucción. En el 2011, el tifón Washi provocó la muerte de 1.500 personas también en Mindanao.