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El referéndum que alió a CiU con ERC ahora los divide para gobernar

Artur Mas y Oriol Junqueras llegan hoy al pleno de constitución del Parlament de la X legislatura catalana sin haber logrado cerrar un acuerdo de gobernabilidad, precisamente por su desacuerdo sobre la fecha de la consulta de autodeterminaci&oacu

AITOR LAGUNAS

El pasado 25 de noviembre, en pleno recuento de votos de las elecciones a la Presidencia de la Generalitat, se produjo una situación impensable hace no mucho tiempo: en la sede de CiU los aplausos por cada escaño adquirido se repetían con cada escaño que ERC lograba capitalizar. Y viceversa.

El clima de entendimiento era tal que ni siquiera importaba que un partido fuera de derechas y el otro de izquierdas. Que el primero bajara y el otro subiera. La sensación de frente común era compartida y el terreno parecía fértil para que la relación entre nacionalistas y republicanos creciera con naturalidad, dado el viraje soberanista que había empujado a la primera fuerza a convocar elecciones anticipadas.

El nexo que las dos formaciones tenían en campaña es lo que está ahora frenando la negociación

Este lunes está previsto el pleno de constitución del Parlament (que supondrá la X legislatura catalana, con el reparto de escaños entre los 135 diputados electos en los últimos comicios) y tanto Artur Mas como Oriol Junqueras, respectivos líderes de CiU y ERC, llegarán a la cámara sin haber logrado cerrar un acuerdo de gobernabilidad. Pero lo más paradójico es que el punto que hasta ahora está frenando la negociación no se encuentra dentro del escenario económico (donde las concesiones de CiU en materia presupuestaria y fiscal satisfacen en su práctica totalidad a ERC, aunque el compromiso aún está pendiente de detalles) y sí tiene que ver con la fecha de la consulta para el referéndum de autodeterminación, el nexo que unía a ambos partidos en campaña y un compromiso que las dos fuerzas se encargaron de sellar en sus respectivos programas electorales.

Los matices, en este aspecto, no parecen insalvables pero sí condicionan un acuerdo que a día de hoy chirría, fundamentalmente, en términos de confianza. Por un lado, ERC es partidaria de concretar al máximo el plan de actuación en la consulta de autodeterminación, mientras que CiU no quiere hipotecar el proceso con fechas. Además, y según aseguran fuentes internas del partido nacionalista, existe un cierto temor a dar 'pasos en falso' y quemar etapas antes de tiempo.

De alguna forma, Junqueras quiere un calendario completo que permita saber cuándo pueden aparecer los adversarios más complicados mientras que Artur Mas prefiere ir partido a partido y esperar a ver en qué condiciones se afrontan las dificultades legales que puedan surgir en el camino, sobre todo si el Estado español se opone a la consulta. Esta previsión de posibles escenarios desfavorables a la consulta es la que ERC desea controlar a largo plazo, mientras CIU lo contempla como una hoja de ruta demasiado arriesgada.

No obstante, este fin de semana se han celebrado los consejos nacionales de CDC, Unió y ERC, y las valoraciones sobre el estado de la negociación han llamado a la calma y a la tranquilidad. El secretario general de CDC, Oriol Pujol, manifestaba que 'el entendimiento es posible y Catalunya lo necesita' y que 'el compromiso para realizar la consulta es inequívoco', mientras que el líder republicano, Oriol Junqueras, solicitaba, en tono optimista, el 'tiempo que sea necesario' para alcanzar un acuerdo con CiU.

También la secretaria general de Esquerra y nueva portavoz del grupo al Parlament, Marta Rovira, se dirigió a sus militantes con un acento conciliador: 'Si se pacta la fecha del referéndum para el 2014, no pasa nada si se celebra a principios de 2015'.

Duran ha sugerido que CiU puede empezar a 'buscar alternativas', aludiendo al PSC El compromiso de ERC de votar a favor de la investidura de Artur Mas como presidente es total pero, anticipándose a una hipotético ausencia de acuerdo, el líder de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, tampoco descartó ante el Consejo Nacional de su partido iniciar la legislatura sin el apoyo de los republicanos. Incluso llegó a hablar de 'buscar alternativas', aludiendo sin citarlo a un PSC que observa con recelo la escenificación de un pacto que no llega y que, según su líder, Pere Navarro, ignora a 'la gente que lo está pasando mal en Catalunya'.

Artur Mas ve con buenos ojos demorar la investidura, inicialmente prevista para el próximo 20 de diciembre, si para ello gana tiempo para alcanzar con ERC un acuerdo de gobernabilidad. De hecho, el presidente en funciones así lo prefiere y por lo tanto habría tiempo hasta el próximo 4 de enero, fecha límite que la legislación permite para el debate de investidura. No se descarta, igualmente, que esta investidura se pueda formalizar antes, aunque si no hay acuerdo antes del jueves las festividades navideñas podrían demorar la constitución del nuevo Govern hasta 2013.

Según fuentes de CDC, desencallar la situación depende exclusivamente de Artur Mas y Oriol Junqueras, que volverán a reunirse esta semana para reconducir la negociación. No por ello el diálogo entre ambas formaciones se ha interrumpido y a lo largo de este fin de semana se siguieron sucediendo conversaciones con el objetivo de limar los principales flecos que frenan el acuerdo (sin ir más lejos, el sábado se celebró un encuentro entre Marta Rovira y el portavoz del Govern, Francesc Homs). Un acuerdo que, a pesar de estar cociéndose a fuego lento, cuenta con la predisposición y el apoyo de la plana mayor de las dos principales fuerzas catalanas. Y por lo tanto, parece difícil que no llegue a buen puerto.

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