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La Fiscalía pide año y medio de cárcel para el joven que denunció a los Mossos por "tortura"

El ministerio fiscal acusa a Sergi García de un delito de “atentado contra agentes de la autoridad”. La denuncia del joven, que acusó a los Mossos de “tortura” y “falsedad documental”, ha sido archivada

ALEJANDRO TORRÚS

Un año y medio de prisión por “atentado contra agentes de la autoridad”. Esta es la petición de condena del Ministerio Fiscal para Sergi García, el auxiliar de cámara en paro que fue detenido por los Mossos el pasado mes de julio en una manifestación espontánea celebrada ante la sede del Partido Popular en Barcelona tras el ya célebre “que se jodan” de Andrea Fabra. Sergi García, quien asegura que el testimonio de los Mossos es falso, denunció a los Mossos por “tortura, trato degradante, falsedad documental, simulación de delito y denuncia falsa'. No obstante, su denuncia ha sido archivada por la Justicia mientras que sobre él pesa la petición de año y medio de cárcel.

“Me siento totalmente desamparado por la Justicia. Realmente siento que no existe la justicia o que he tenido la mala suerte de encontrarme con la falta de esta, pero eso quiere decir que no hay justicia para todos. No han hecho ni caso a los testigos que he llevado”, explica Sergi García a Público en conversación telefónica.

La acusación del fiscal recoge de manera íntegra el atestado elaborado por los Mossos. En él los Mossos aseguran que Sergi García lanzó “huevos y botes de cristal llenos de pintura contra el edificio” y se dirigió hacia los agentes de la autoridad en los siguientes términos: “Hijos de puta... mercenarios de mierda... si os veo de paisano con vuestras familias os mato...Esta noche mirad los bajos del coche por si tenéis sorpresa”. Asimismo, el joven es acusado de “romper el retrovisor derecho” de un furgón policial, tasado pericialmente en 322,90 euros. Cantidad, que ya ha tenido que ser abonada por el acusado en concepto de fianza.

Una vez finalizada la manifestación, según el atestado de los Mossos d´Esquadra, los agentes localizaron al individuo abandonando el lugar de los hechos “por lo que se procedió a su identificación”. El joven, según esta versión, se negó a identificarse y “procedió a lanzar golpes con sus brazos y piernas” al tiempo que gritaba: “Ayudarme a escapar de estos hijos de puta... a mi no me cogeréis... no pienso ir con vosotros perros”.

Los agentes aseguran que el imputado los amenazó de muerte Por todo ello, el fiscal solicita año y medio de prisión para García por el delito de  “atentado contra agentes de la autoridad” y una multa de 18 euros al día durante 20 jornadas por “dos faltas de daños”.

Por su parte, Sergio García y su abogada, Andrea Accuosto, han presentado el recurso de defensa ante las imputaciones del Ministerio Fiscal. Asimismo, la letrada del joven presentó dos recursos ante la Audiencia Provincial de Barcelona para que su cliente sea juzgado solo por faltas y contra el auto del juez que archiva su denuncia. “Pienso llegar hasta el final me cueste lo que me cueste. No he hecho nada y no quiero pagar un retrovisor que no he roto ni que pesen sobre mí antecedentes penales que no son ciertos”, asegura.

La versión del joven dista mucho de la recogida por los Mossos d'Esquadra. El joven reconoce haber lanzado dos huevos contra la sede del Partido Popular y haberse encarado con los agentes aunque las declaraciones son muy diferentes de las recogidas por los agentes de la autoridad.

“Sufrí un calentón, perdí el control y les dije a los Mossos: Hijos de puta, vuestros hijos pasarán hambre igual que el mío. Nada más. Ni lancé pintura, ni rompí retrovisor y, por supuesto, no dije que tendrían una sorpresa debajo del coche”, asegura Sergi García.

Una vez terminada la manifestación, 'unas tres horas más tarde de lo ocurrido', el joven se dirigió hacia Plaza Catalunya para coger el metro con destino a casa. 'Estaba mirando el móvil escribiendo a mi mujer. Iba a bajar la escalera del metro cuando apareció una placa de policía y oí: 'Estás detenido, policía'. O algo parecido. Iba a girarme, pero no pude ni darme la vuelta. Ya estaba en el suelo con mucha gente encima mío', precisa Sergi, quien denuncia que en ese momento recibió 'golpes por todos lados' e incluso un puñetazo en la cara del que identifica como el jefe de los mossos presentes en la manifestación.

La letrada del joven critica que el juez actúa con 'falta de imparcialidad'

Posteriormente, el joven fue trasladado a la Comisaría de Les Corts de Barcelona donde permaneció durante dos días. La denuncia que presentó Sergi García y su abogada recoge este momento de la siguiente manera: 'Cinco agentes de los Mossos d'Esquadra sin explicación ni motivo alguno, lo abordaron de espaldas [a Sergi García], tirándole al suelo, golpeándole y pateándole por todo el cuerpo y deteniéndole, cuando únicamente estaba caminando hacia el tren, sin realizar ninguna conducta que racionalmente resultara motivadora de semejante agresión y vulneración de derechos. Posteriormente lo introdujeron en la patrulla insultándole y amenazándole, y permaneció detenido todo el fin de semana, hasta el domingo'.

Para probar su versión de los hechos, García aportó al Juzgado partes de lesiones en el cuello, un hinchazón lateral en la cabeza, un fuerte golpe en la frente, otro en los labios, un hematoma en un brazo, eritemas en el escote y en la nuca, dolor en el tórax y contusiones en una cadera. No obstante, el juez consideró que estas lesiones se deben a la resistencia que el detenido opuso a la acción de los agentes.

En los recursos por el imputado, la letrada critica que el juez está actuando con “falta de imparcialidad” y motivado por razones “ideológicas”. Accuosto recuerda en ellos que seis testigos declararon que García no arrojó el bote de pintura porque venía de otro punto y que un agente rompió el retrovisor.

Asimismo, la abogada reconoce los excesos de su representado por arrojar dos huevos e insultar a los policías pero asegura que el atestado es “falso” el atestado. Por último, la letrada afirma que es contradictorio que su cliente amenazara a los agentes con dejarles “un regalito” bajo una patrulla o que hubiera roto el espejo porque habría sido detenido.

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