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Rajoy ignora las presiones del PP y de la oposición y se niega a hablar sobre Bárcenas

'En un acto en Zaragoza, el presidente del Gobierno evita las declaraciones y el contacto con los periodistas. Afirma en su intervención que hay que hablar de 'las cosas importantes'

ANA PARDO DE VERA

El presidente del Gobierno ha acudido esta mañana a visitar la planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza) y reunirse con el presidente de General Motors en Europa, tras conocerse que la marca de vehículos de este grupo, Opel, ha elegido la factoría de Zaragoza para fabricar la segunda generación del todoterreno compacto Mokka.

Mariano Rajoy ha evitado pronunciarse sobre el giro que ha dado el 'caso Bárcenas' tras la publicación en El Mundo de los papeles originales del extesorero, un indicio demoledor sobre una presunta financiación B del Partido Popular. Esta financiación, además, tiene a Rajoy y otros ex ministros y altos dirigentes del PP como protagonistas de los cobros irregulares más elevados.

Durante toda la mañana, se han sucedido las declaraciones de miembros del Gobierno y del partido defendiendo la integridad y honestidad del jefe del Ejecutivo, pero en privado, los conservadores van incrementando su enfado y desconcierto ante la actitud de Rajoy, que prefiere seguir sin pronunciarse sobre los papeles de Luis Bárcenas que han salido; mucho menos, sobre los que todos están seguros que quedan por salir.

Ni el plantón de la izquierda al consenso sobre la Ley de Transparencia, ni los reproches y exigencias públicas de Esperanza Aguirre, ni el malestar de los 'barones' y parlamentarios del PP en privado, ni el rechazo general de los militantes y la opinión pública han conseguido que Rajoy enviase hoy desde Zaragoza un mínimo mensaje de tranquilidad, algo en lo que algunos conservadores habían confiado -ingenuamente, a la vista del silencio presidencial-.

No hay precedentes de un nerviosismo similar en las filas del PP, en general, y de su dirección nacional, en particular, como el que está provocando el ingreso en prisión de Bárcenas, pero el presidente del Gobierno y del partido, de momento, se niega a mover ficha.

En el acto en Figueruelas, Rajoy centró su discurso en la buena noticia que supone para la economía española la decisión de General Motors de fabricar el modelo Mokka en la factoría zaragozana, que supone 62,5 millones de euros de inversión. El presidente ha subrayado que, de vez en cuando, hay que hablar de 'las cosas que son importantes' frente a la tendencia a 'contar las cosas que no son las mejores', aunque esto es lo más cerca que ha estado de decir algo que pudiera estar relacionado con las noticias sobre la corrupción que inundan los medios estos días.

Rajoy ha insistido en el mensaje del Gobierno de estas últimas semanas: 'Estamos en el final de esta crisis', hay 'signos esperanzadores', ha asegurado. El jefe del Ejecutivo ha agradecido a las 'empresas que confían en España aun en los momentos más complicados', porque, en su opinión, 'hay muchos españoles que están a la altura de las circunstancias, se esfuerzan y trabajan'.

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