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Rajoy sólo habla de economía mientras el PP le blinda contra las preguntas

El presidente del Gobierno encabezó un acto sin preguntas en La Moncloa para presentar el Plan de Apoyo a Entidades de Acción Social. Los conservadores usan el rodillo en el Congreso para evitarle preguntas sobre Bárcenas

ANA PARDO DE VERA

Mariano Rajoy se dedica a gobernar e intentar sacar a España de la crisis, según sus colaboradores, mientras la opinión pública intenta conocer su valoración sobre las últimas informaciones relacionadas con la gestión de casi 20 años del extesorero del PP Luis Bárcenas, que apuntan a una presunta financiación ilegal del partido y al pago de considerables sobresueldos a sus dirigentes -incluido el hoy presidente del Gobierno- saltándose las normas de incompatibilidad.

Para que no se produzcan incursiones de la oposición o de la prensa en forma de preguntas sobre estos asuntos que interfieran en la citada labor presidencial de Rajoy, el PP ha desplegado una estrategia de bloqueo a cualquier iniciativa del resto de partidos que pretenda intentar obtener respuestas del jefe del Ejecutivo, por ejemplo, en el Congreso de los Diputados. Así, esta mañana, en la reunión de la Junta de Portavoces, el Grupo Parlamentario Popular ha sacado el rodillo de su mayoría absoluta y ha dicho que no a la comparecencia del presidente del Gobierno para explicarse sobre Bárcenas, pero también a que la semana que viene se celebre una sesión de control en el pleno previsto en el Senado, ya que la Cámara Baja está en obras.

De esta forma, no habrá preguntas a Rajoy en el Congreso hasta septiembre, aunque este lunes, el presidente deberá comparecer en rueda de prensa con el primer ministro polaco, Donald Tusk, tras celebra la novena cumbre bilateral España-Polonia. Será la primera vez que el líder del PP responda a las preguntas de los periodistas (limitadas a cuatro turnos en estos casos) desde que saltaron el domingo pasado las nuevas informaciones sobre la presunta contabilidad B del partido.

Por su parte y protegido por el muro de contención de su mayoría absoluta y el cierre de filas de su equipo (Gobierno y partido, salvo Esperanza Aguirre), el jefe del Ejecutivo sigue volcado en la tarea económica, aislado completamente del resto de la actualidad política. Esta mañana, Rajoy ha presidido la presentación del Plan de Apoyo a Entidades de Acción Social en La Moncloa, que contó también con la presencia de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y una nutrida representación de estas entidades, encabezadas por Luciano Poyato, presidente de las plataformas del Tercer Sector y del Voluntariado en España, que agradeció encarecidamente a Rajoy que haya decidido 'liderar la política social' de nuestro país.

El acto, completamente alejado de la actualidad más polémica relacionada con Bárcenas, supuso la puesta en valor de un Plan que cuenta en esta nueva fase con más de 3.000 millones de euros destinados al pago de las deudas de las administraciones con organizaciones altruistas que se dedican a ayudar a los más desfavorecidos, según explicó la propia Mato.

El discurso del presidente no fue como el de ayer en la factoría zaragozana de Opel, que a pesar de su marcado carácter económico e industrial, dejó la sutil referencia de Rajoy sobre la tendencia generalizada 'a contar cosas que no son importantes' frente a las que sí lo son; esto es, el 'caso Bárcenas' frente a la adjudicación de General Motors a Figueruelas para que construyan el nuevo modelo de coche del grupo alemán, el Opel Mokka.

Esta mañana, sin embargo, nada de nada. El presidente, además de agradecer el trabajo de la entidades de acción social ('Las organizaciones que defienden las causas más nobles' y que llegan hasta donde las Administraciones Públicas no llegan), se limitó a hacer un discurso de recordatorio sobre lo que gastamos en pensiones y prestaciones por desempleo (150.000 millones de euros) y lo que ingresamos, en cambio, vía impuestos y vía cotizaciones, fuertemente descompensado. 'En España, entre 2008 y 2011, los pensionista aumentaron en 700.000 personas y el número de cotizantes de la Seguridad Social bajo en 3'4 millones. Hay que crear empleo para que aumenten los cotizantes y tener un sistema de pensiones más seguro y mejor dotado, concluyó.

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