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Montoro reconoce que la salida de la crisis pasa por una devaluación interna del país

El ministro de Hacienda anuncia de nuevo que 2014 será 'el año de la recuperación económica' aunque reconoce que 'falta recuperar el crecimiento suficiente para crear empleo'.

JORGE OTERO

Quien escuchara a Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, durante el debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 2014 en el Congreso de los Diputados, pudo haber tenido la sensación de vivir en un país distinto al que él dibujó. Durante su intervención inicial, Montoro volvió a hacer gala de un optimismo desmesurado sobre la evolución de la economía española: '2014 será el año de la recuperación económica y será el año de la solidaridad'.

Además, el ministro presumió de haber dejado atrás la recesión, si bien reconcoció que esa recuperación se está haciendo a costa de una devaluación interna del propio país. En este sentido, Montoro fue claro, cristalino como el agua: 'Los viejos debates de revalorización no tienen ningún sentido'. Palabras que todos interpretaron como un mensaje a empresarios y trabajadores: aunque no lo dijo expresamente, la devaluación pasa por seguir bajando los salarios.

Y es que ni el propio Montoro puede ocultar las consecuencias del ajuste del que tanto presume: 'Vivimos lo equivalente a una devaluación pero sin reducir el tipo de cambio y lo hacemos sin inflación. Esto es muy importante, porque la inflación es el impuesto más perjudicial. Hacer un ajuste económico sin inflación es reforzar a nuestras empresas y recuperar la capacidad económica de nuestra familias', dijo. Montoro sacó pecho al recordar que el bajo nivel de precios llevará 'con toda seguridad' a un IPC por debajo del 1% a final de año. 'Es algo que jamás habíamos visto en la historia económica de España'.

Añadió que esta situación permitirá que millones de españoles recuperen capacidad adquisitiva sin ver incrementos en sus nóminas. Todo el mundo pensó entonces en lo mismo: congelación, cuando no bajada de salarios. Una realidad y una palabras que chocan con las que hizo el ministro una semana antes, cuando afirmó que los salarios en España no sólo no estaban bajando, sino que 'crecían moderadamente'.

El ajuste, por tanto, va a seguir: las cuentas públicas de 2014 se van a regir por la austeridad. En ese sentido, Montoro ofreció pocas sorpresas en su discurso: aludió a la herencia recibida y vinculó la salida de la crisis 'al empeño reformista del Gobierno', es decir a más austeridad y más ajustes.

Construyó un relato triunfalista en el que defendió las cuentas públicas porque están 'comprometidas' con la austeridad presupuestaria y encauzan las finanzas públicas hacia la estabilidad, uno de los principales fundamentos de la tan cacareada recuperación. No titubeó todas las veces —que han sido varias— que insistió en su principal mensaje: 'No es que haya luz al final del túnel, es que ya estamos avistando el final del túnel', afirmó. 

Tan seguro se mostró de la fortaleza de la recuperación, que, en un tono altivo y un tanto prepotente, Montoro se permitió aconsejar a la oposición que no niegue lo evidente, que la recuperación ya está aquí. 'Sería muy negativo que algún grupo negara que el año que viene habrá recuperación. Sobra este tipo de debate' dijo. 

A su entender, el debate debe centrarse en cuánto va a crecer el país el próximo año y en si las cuentas que ha planteado el Gobierno son 'útiles y sirven' a dicha recuperación. 'Seguro que es el debate que tendrán todos los grupos, el que no lo haga que no reclame dentro de un año porque puso palos a la recuperación'.

Montoro: 'No es que haya luz al final del túnel, es que ya estamos avistando el final del túnel'

Pero a Montoro no le quedó más remedio que reconocer que ese recuperación necesita concretarse : 'Falta que recuperemos el crecimiento económico suficiente para crear empleo'.

El ministro de Hacienda sólo se refirió a los ciudadanos cuando aludió 'al enorme esfuerzo y sacrificios de la sociedad española'. Empleó su habitual lenguaje grandilocuente, trufado de palabras como 'tesón', 'esfuerzo' y 'sacrificio', pero también de expresiones como 'España es un ejemplo'o 'España es un referente en las políticas de ajuste'. Prefirió, sin embargo, poner el enfásis en 'las reformas' del Gobierno, a las que otorgó un poder casi taumatúrgico: no se cortó al asegurar que la reforma y saneamiento del sector bancario 'es reconocido internacionalmente como el mejor'.

'Estos Presupuestos hacen que España recupere credibilidad y confianza en sí misma por un lado y, por otro, hacen que desde fuera, las instituciones que nos supervisan y los mercados también confíen en nosotros. Eso nos permite financiarnos mejor y alivia nuestra situación patrimonial'. dijo a modo de resumen. Como prueba de que sus palabras contienen un gran poso de verdad puso el ejemplo del crecimiento del IBEX-35, que ha superado la cota de los 10.000 puntos. 'La Bolsa esta reconociendo la labor de las empresas y del Estado en el desapalacamiento de la deuda'.

Eso sí, a costa de que los salarios sigan bajando.

No faltó tampoco una referencia implícita a Catalunya: 'Que nadie salga de Europa porque sólo juntos podemos avanzar', dijo Montoro, quien precisó que si alguien se segregase 'estaría perjudicando el proyecto europeo'.

Durante su intervención Montoro anunció, además, que los funcionarios recuperarán alguno de sus días de libre disposición (conocidos como moscosos) y se mejorarán sus condiciones laborales en cuanto el saneamiento de las finanzas públicas lo permita.

El ministro agradeció 'públicamente' a los funcionarios su 'esfuerzo y su gran servicio' a España y a la recuperación económica tras ver cómo se congelaban sus sueldos. Les trasladó 'la confianza y la seguridad' de que el Gobierno mejorará sus condiciones laborales 'en el momento en que las condiciones presupuestarias lo permita'.

A ese respecto, el ministro dijo: 'La primera intención del Gobierno es recuperar algunos de los días de libre disposición en el momento en el que el saneamiento de las finanzas públicas del conjunto de las administraciones así lo permita'.

Además de la congelación salarial, en julio de 2012 se suprimieron tres de los seis días de libre disposición con los que contaban los funcionarios, los conocidos como moscosos, y se eliminó su paga de navidad ese año.

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