Quien haya leído los datos del Instituto Nacional de Estadística sobre los resultados provisionales de la Encuesta de Condiciones de Vida en 2013 estará oscilando entre la perplejidad y la estupefacción. Los españoles manifiestan llegar a fin de mes con mucha dificultad en un porcentaje superior, renuncian a las vacaciones y acumulan retrasos en los pagos en mayor proporción... Y pese a todo la pobreza disminuye o se mantiene.

Tranquilos. Todavía no nos hemos vuelto locos, aunque nos falte poco para comprender las estadísticas oficiales. El resultado de nuestro desvalimiento es consecuencia de que los datos de ejercicios anteriores cambian de año en año, pasando de provisionales a definitivos.

La 'corrección' de los datos provisionales permite que en comparación con los definitivos de 2012 los datos, naturalmente provisionales, de 2013, parezcan mejorar. Pero si comparamos los datos provisionales de este año con los provisionales del año pasado descubrimos:

          - En primer lugar, que ofrecer datos provisionales en noviembre es un pésimo negocio que se acerca más a la pura adivinación que a la estadística rigurosa.

          - En segundo lugar, que comparados con sus correspondientes, esto es, con los datos provisionales de 2012, la mayor parte de los indicadores empeora claramente, y en particular, como viene denunciando UNICEF España en los últimos años, la pauperización de la pobreza amenaza a una generación de niños españoles.

          - En tercer lugar, que las comparaciones contenidas entre datos provisionales y definitivos en la nota de prensa ofenden el buen trabajo de los profesionales del Instituto Nacional de Estadística y ponen en cuestión las estadísticas oficiales por el afán de disimular el impacto corrosivo que sobre la cohesión social tienen los recortes que están aplicando las Administraciones Públicas gobernadas tanto por el PP como por los nacionalistas.

Como el papel lo aguanta todo, veamos en dos tablas sencillas la manipulación denunciada:

En una comparación homogénea, la pobreza en los menores ha crecido un 10%, entre los mayores un 5% y solo los jubilados y pensionistas se libran de la embestida de los recortes, por lo que les ha llegado la hora de la rebaja de sus pensiones. La diferencia entre los datos definitivos y provisionales sugiere de un lado que los datos no tenían la fiabilidad suficiente, y que se presentaron cocinados para el consumo interno. También que los datos empeoran más entre los afectados por la burbuja estadística, y carecen de vivienda en propiedad. De otro lado, que cuando se conozcan los datos definitivos la pobreza superará claramente el 20%, con un crecimiento porcentual del 15% sobre 2009.

¿Recuerdan, amigos lectores cómo se conocían el primer mandato del PP? Eran los tiempos del 'apagón estadístico'. Pero siempre se puede empeorar. Ahora hemos llegado al periodo de los 'datos provisionales'. Naturalmente, falsos.

*Octavio Granado es Exsecretario de Estado de la Seguridad Social