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La oposición, salvo UPyD, reprueba en el Congreso a Wert, que no asiste a un descafeinado debate

La iniciativa socialista no desata el entusiasmo en el conjunto de la cámara; tampoco entre la propia bancada.

JUAN ANTONIO BLAY

La segunda reprobación del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, planteada en una moción del grupo parlamentario socialista, se ha desarrollado a lo largo de un debate ante el pleno del Congreso de los Diputados en el que no se han expuesto grandes argumentos ni se han desatado las pasiones políticas. Un debate que, sencillamente, ha sido descafeinado y no pasará a la historia de los mejores episodios del Diario de Sesiones de la Cámara baja.

El propio grupo socialista, a través de su portavoz, Soraya Rodríguez, anunció la pasada semana a bombo y platillo que su formación iba a emprender una dinámica de acoso al ministro Wert e iba a finalizar con una reprobación justo cuando se va a aprobar definitivamente la Lomce, una de las leyes estrella de la primera mitad de la gestión del Gobierno de Rajoy. Pues bien, al parecer el debate de la reprobación, condenada al fracaso debido a la mayoría absoluta de los populares en la cámara, no ha estimulado ni a los propios socialistas que han encomendado sostener las tesis de la condena al polémico ministro al portavoz adjunto del grupo en la comisión sectorial, el gallego Guillermo Meijón. Este parlamentario ha descalificado globalmente a Wert afirmando que ha estado 'protagonizando un película de terror' con su gestión.

El resto de los grupos parlamentarios de la oposición han criticado también a Wert y han manifestado su intención de apoyar la moción reprobatoria socialista, pero sin grandes entusiasmos. Tanto Bosch (ERC) como Sánchez (PNV), García Álvarez (La Izquierda Plural) y Barberá (CiU) han proferido multitud de quejas sobre la gestión del titular del ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pero siempre sectoriales o territoriales.

La excepción la ha protagonizado el diputado Martínez Gorriarán quien, en nombre de UPyD, ha dicho que se iban a abstener en la votación, no por benevolencia hacia el ministro puesto en tela de juicio sino 'por no ser partidarios de las reprobaciones individuales. Debe ser el presidente quien destituya al ministro, aunque él no es el problema; el problema es la LOMCE', ha dicho.

La portavoz popular, Marta Torrado, ha proclamado —la verdad es que sin excesivo entusiasmo, leyendo un papel con el guión— que el ministro Wert 'ha dedicado todos sus esfuerzos a la sostenibilidad y calidad del sistema educativo público español. Pero la verdad es que así, como estábamos, no podíamos seguir', ha dicho para justificar al miembro del Gobierno y su ley.

Ciertamente el debate se ha producido 'deslocalizado': debió realizarse ayer y a continuación la votación correspondiente, pero se ha trasladado a hoy porque en la jornada vespertina del martes se produjo la votación en urna y el posterior recuento de papeletas para certificar la elección de los nuevos miembros del Consejo General del Poder Judicial, trámite que alargó considerablemente el horario habitual de las sesiones de los martes. Y como los miércoles no hay votación de iniciativas parlamentarias —se destina al control del Ejecutivo— la votación de la moción de reprobación se ha trasladado a la sesión del jueves. Total, un lío que ha descafeinado, en términos políticos, la iniciativa de reprobar a Wert. Cosas del anquilosado reglamento que constriñe la actividad parlamentaria en el Congreso de los Diputados.

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