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Reconstruyen en una sola intervención el pecho, el pezón y la areola, tras un tumor

El Hospital del Bellvitge pone en marcha este nuevo sistema de reconstrucción mamaria, que minimiza las consecuencias de una intervención por cáncer de mama

EFE

El Hospital del Bellvitge ha estrenado un sistema de reconstrucción mamaria integral que, en una única intervención de extirpación de un tumor, permite reconstruir la mama, el pezón y la areola. Los responsables del centro sanitario han presentado esta mañana la nueva técnica, con la que ya se ha operado a 22 pacientes, que minimiza las consecuencias de una intervención por cáncer de mama y que se publica en la revista referente mundial en materia de cirugía plástica, Plastic and Reconstructive Surgery.

El cirujano plástico del Hospital de Bellvitge Joaquim Muñoz ha explicado que la reconstrucción con prótesis mamaria directa fracasa en uno de cada tres casos, 'por lo que siempre optamos por el autotrasplante de tejido para reconstruir la mama'. La nueva técnica se aplica a las pacientes a las que no es recomendable el autotrasplante de tejido por tener un bajo peso o ser fumadoras, por ejemplo. Muñoz ha recordado que más de un 90% de pacientes de cáncer de mama superan la enfermedad, 'pero el objetivo es minimizar las consecuencias y garantizar la mejora calidad de vida de las pacientes'.

'Nosotros no tratamos cánceres de mama, sino a mujeres, y lo que queremos es ayudar a que superen con mayor calidad de vida el problema y el trauma', ha dicho Muñoz. A entre el 25 y el 35 % de las mujeres con cáncer de mama se les tiene que efectuar una mastectomía total del pecho para hacer la resección del tumor maligno. En cambio, el nuevo sistema permite que en el mismo acto quirúrgico de la mastectomía se reconstruya de manera integral la mama, incluidos el pezón y la areola, algo novedoso porque hasta ahora la reconstrucción de estas dos partes se hacía de manera diferida en un intervalo de entre tres meses y un año después de la primera intervención.

Muñoz ha destacado que 'de esta manera evitamos que la paciente se vea con el pecho sin pezón ni areola y además sólo pasa una vez por el quirófano'. La cirugía se lleva a cabo utilizando una endoscopia para extraer el músculo dorsal ancho para ser trasplantado en el relleno de la mama extirpada. 'Trasplantamos el músculo a través de una pequeña incisión en la espalda que deja una cicatriz de una longitud inferior a los cinco centímetros, que queda escondida bajo el sujetador', ha dicho Muñoz. La función de este músculo es hacer de sujetador natural con el mismo tejido de la paciente, así como proteger la prótesis mamaria que da el volumen en el pecho reconstruido.

Finalmente, con una pequeña isla de piel circular de la espalda se procede a la reconstrucción del pezón y la areola realizando un remodelado de la piel. Otra ventaja de esta innovadora técnica que utiliza el músculo de la paciente para reconstruir su mana es la posibilidad de una rápida incorporación a otro tratamiento complementario que deba aplicarse, como radioterapia o quimioterapia. Muñoz ha explicado que 'la prótesis queda bajo el músculo, lo que evita complicaciones en este tipo de tratamientos'. En el caso de la prótesis, ésta va directamente debajo de la piel, por lo que la agresividad del tratamiento oncológico es más perjudicial para la mujer.

El jefe del Servicio de cirugía plástica del Hospital de Bellvitge, Joan Maria Viñals, ha subrayado la importancia de 'poder pasar página en una sola intervención' y ha recordado que 'la paciente solo tiene que sufrir una cirugía'. Una de las pacientes operadas, Leonor Garrido, ha asegurado que 'tenía pánico a la intervención' y ha dicho que 'quería curarme de la enfermedad, pero también quería quedar bien'. 'Ya lo pasas bastante mal durante la enfermedad, que es traumática, para que luego te veas mal y no puedas ir a la piscina o a la playa sin que la gente te señale', ha dicho Garrido, vecina de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) de 47 años de edad.

A la paciente le diagnosticaron cáncer de mama hace un año y tres meses y se sometió a la intervención después de recibir tratamiento con quimioterapia. 'Físicamente me veo bien y el peaje que he tenido que pagar es una pequeña cicatriz en la espalda de no más de cinco centímetros', ha dicho Garrido.

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