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Encierro contra la privatización de la recogida de sangre en la Comunidad de Madrid

Mas de 80 trabajadores del sector se encierran en 'asamblea permanente' hasta el próximo sábado cuando han convocado una manifestación para intentar frenar el acuerdo alcanzado entre la Comunidad y Cruz Roja

DIEGO G. REPRESA

La Asociación de Empleados del Centro de Transfusión de Madrid se ha encerrado desde la tarde de hoy en ‘asamblea permanente’ para reclamar a la Consejería de Sanidad que paralice el convenio firmado con Cruz Roja, el cual supone en la práctica, la privatización de la donación de sangre.

Hasta ahora, tanto Cruz Roja como el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid extraían sangre (en la calle y en sus propios centros), la procesaban, la almacenaban y la distribuían a los hospitales. Con el nuevo convenio, Cruz Roja se encargará exclusivamente de la extracción de sangre en los autobuses y el centro de transfusión asumirá el resto del proceso, además de la extracción que ya practicaba en sus instalaciones.   

En 2014, el Gobierno regional pretende conseguir 219.000 unidades de sangre total, de las que 74.000 procederán de las extracciones de Cruz Roja (el 33% del total). La comunidad pagará por ello a Cruz Roja 9.300.000 millones de euros.

Como protesta por la privatización del este servicio que entrará en vigor a partir del 1 de marzo, 50 trabajadores se han encerrado en el Centro de Transfusión hasta el próximo sábado cuando han convocado una manifestación para intentar frenar el acuerdo. A las 22.00horas de hoy planean incorporarse 30 trabajadores más y alternarán en turnos de día y noche para que su protesta no tenga repercusión en los donantes.

“Queremos que se paralice el convenio que ha firmado la Consejería de Sanidad con la Cruz Roja. Confiamos en que la opinión pública sea consciente que la sangre es un bien único que no se puede fabricar y si la gente no dona, la medida afectará a vidas humanas”, ha comentado a Público su portavoz, Deli Edreira.

El uno de marzo, Cruz Roja se llevará la mitad de unidades móviles de las que dispone el Centro de Transfusión tanto en calle como en hospitales. Ese día sobrarán 8 equipos completos de trabajadores formado cada uno por un médico, uno o dos enfermeros, un auxiliar de enfermería, un auxiliar de obras y servicios y un conductor, además de otros departamentos que también se verán afectados. En total 130 trabajadores serán despedidos o trasladados.  

Para Edreira, la medida es “algo increíble porque se trata de un servicio fundamental que era público y además funcionaba bien siendo público”.

El servicio va a costar ahora a la Comunidad de Madrid 67€ por el almacenaje de cada bolsa de sangre. Además, la Comunidad va a entregar sin coste alguno, las unidades móviles y el material que antes era del Centro de transfusión. Una medida que va a suponer un coste de 2,5 millones de euros al año.

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