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Un 'curso' para ser prostituta indigna a sectores feministas catalanes

JAIRO VARGAS

'Ser puta no es fácil', aseguraba la semana pasada en el programa La mañana de la 1 de TVE Conxa Borrell, una profesional del sexo desde hace siete años y presidenta de la ONG Aprosex. Basándose en esta afirmación, su organización ofreció un curso en Barcelona el pasado 22 de febrero en el que enseñaba en cuatro horas las claves del oficio. El curso Prostitución: nociones básicas para la profesionalización proponía una especie de máster en el que la interesada aprendería a evitar riesgos, ser mejor profesional y desenvolverse mejor en el mundo de la prostitución. Todo por 45 euros.

Borrell acabó abandonando el plató tras la intervención de la abogada y feminista Lidia Falcón, que aseguró que 'la degeneración ética de nuestra sociedad' permitía que se impartiera ese curso. La presidenta de Aprosex afirmaba que era el 'estigma puta' lo que 'realmente duele'. 'El sentirte avergonzada, porque te lo dice la sociedad, defendiendo la dignidad de las profesionales del sexo', afirma Borrell. Una defensa que excluye, según dice, a las mujeres víctimas de trata, en manos de las mafias de la prostitución.

Ver vídeoLa mañana - Polémico curso de prostitución

Sin embargo, sectores feministas de Catalunya, entre los que se encuentran la propia Lidia Falcón y otras mujeres del campo de la política, el periodismo, la psicología o la cultura han iniciado una campaña que pretende llevar al Parlament su crítica no sólo contra el curso en cuestión, sino contra el tratamiento informativo que ha recibido en medios de comunicación públicos. También pedirán explicaciones a la Generalitat sobre si esta ONG recibe subvenciones públicas y la cuantía de éstas.

'Es un tema que se ha llevado con absoluta normalidad por los medios, como si la prostitución tuviera algún aire de libertad, cuando el 95% de las prostitutas son víctimas de la trata de mujeres', explica a Público Maria Àngels Viladot, licenciada en Filosofía y letras y doctora cum laude en Psicología social por la Universidad de Barcelona, una de la impulsoras de la iniciativa. Lo mismo sostiene Carme Freixa, periodista, quien afirma que se han hecho 'publirreportajes' del curso, algo 'indecente', dice, porque 'no puede ser que los medios públicos publiciten este tipo de iniciativas que atentan contra los derechos de las mujeres, fundamentalmente el de igualdad de oportunidades'.

'En este momento de crisis, el curso hace apología de la prostitución'

Según explica Freixa, están intentando reunirse con la presidenta del Parlament de Catalunya, Núria de Gispert, para hacerle llegar una carta con las críticas a esta iniciativa. 'Es preocupante que no se tomen medidas serias y que una señora salga diciendo que se tiene que normalizar la prostitución', añade Viladot. Según recalca, la ONG pone como excusa la actual situación económica en la que cada vez más mujeres jóvenes deciden ejercer. 'En este momento un curso así hace apología de la prostitución', sentencia, a pesar de las justificaciones de Borrell, que imparte el polémico curso. 'No hay un efecto llamada. La que no quiera ser prostituta no lo será. Nos dirigimos a las que están iniciadas', sostuvo en el debate de TVE.

'España tiene que dejar de ser el prostíbulo de Europa'

La polémica coincide con la votación en el Parlamento Europeo de resolución sobre explotación sexual y prostitución y su impacto en la igualdad, para la que la plataforma catalana por el derecho a no ser prostituidas —que también participa en esta iniciativa— ha enviado cartas y mails a los eurodiputados para que voten a favor de su aprobación.

La abolición de la prostitución en Europa es el principal objetivo de este grupo de mujeres que pide una legislación europea  para que 'España deje de ser el prostíbulo de Europa, que se persiga a los clientes y a las mafias', explica Freixa. La prostitución 'no puede entenderse como un trabajo, no es digno', afirma, a pesar de ser consciente de que esa postura no es aceptada por todo el espectro feminista. 'Siempre ha habido una postura a favor de la regulación de la prostitución, pero entiendo que se debe a que esas feministas sólo siguen las directrices del partido político al que están afiliadas', apunta Freixa.

Entre las mujeres que pretenden llevar el caso al Parlament hay varias que pertenecen al PSC, como Marina Geli, exconsellera de Salud de la Generalitat, María del Mar Serna, exconsellera de Trabajo, o la diputada Lourdes Muñoz; pero también arquitectas, historiadoras, escritoras, psicólogas o abogadas.

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