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"Cualquier movilización social sirve, mucho más si es grande"

ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

Antes de que las Marchas de la Dignidad tomen el centro de Madrid con sus reivindicaciones, Miren Etxezarreta tiene claro que su paso por la capital será provechoso. 'Cualquier movilización social sirve, pequeña y mucho más si es grande. Denota que no estamos de acuerdo con lo que está pasando. Si no reaccionamos, cada día es peor', asegura a Público la economista.

Nacida en 1936 en Ordizia (Guipuzkoa) es catedrática emérita en Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, además de autora de varios libros sobre la materia. Vinculada a varios movimientos sociales,  Etxezarreta es una figura de referencia que desde hace años utiliza sus conocimientos en materia financiera para apoyar iniciativas como la de este sábado, rebatiendo algunas de las ideas que desde Bruselas, el Gobierno de Rajoy o los medios de comunicación se venden como verdades absolutas. 

'Es un error creer que la Unión Europea es una institución inocente. Es un error creer que es una institución hecha para el bienestar de los europeos. No lo es', defiende resuelta, antes de explicar los argumentos que le llevan a hacer esa afirmación. Con prudencia y exactitud, pero sin pelos en la lengua.

Uno de los objetivos de las Marchas es precisamente el rechazo al pago de la deuda. ¿Por qué no hay que pagarla?

Creo que sería muy útil o no pagar la deuda en su totalidad o tener una quita importante, fundamentalmente por dos razones. La primera es que absorbe una cantidad de dinero enorme que no puede ir a otros elementos que nos hacen falta como colectivo. Si calculas que estamos pagando cerca de 40.00 millones al año de intereses... imagina lo que se podría hacer si no los pagáramos. Segundo: la deuda es un mecanismo por el cual hay una transferencia de dinero de los pobres a los ricos. En este país los impuestos los pagamos los trabajadores, y los intereses de la deuda se pagan con los impuestos. Y se pagan a la gente que tiene capacidad de ahorro, a quienes han comprado deuda pública, principalmente a los grandes ahorradores: los fondos de pensiones y los de inversión, los ricos. Pero además hay un tercer punto, y es que la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo se están aprovechando de esa deuda para obligar al Gobierno español a tomar una serie de medidas que están destruyendo las condiciones de trabajo y de vida de la ciudadanía en general, incluyendo las clases medias. Si tienes en cuenta esos elementos, comprenderás que lo que hay que hacer es repudiar esa deuda.

'Decir que vamos a repudiar la deuda no está mal como principio, pero creo que es mucho más importante luchar contra lo que está pasando' ¿Qué es lo que obtiene la UE 'obligando' a España a tomar esas medidas?

La UE es una unión de los grandes negocios del capital. No nos hagamos ilusiones: la UE se rige por los criterios e intereses del capital, que van en la dirección que acabo de señalar. Pero además, Europa tiene mucho interés en construir un mercado de capitales muy potente en el marco de la Unión, sobre todo en Frankfurt, para competir con Wall Street, Tokio y con la city de Londres. Para eso hace falta mucho dinero, y una de las maneras de reunir más dinero es a través de los grandes capitales que inciden también en la deuda. Es un error creer que la UE es una institución inocente. Es un error creer que es una institución hecha para el bienestar de los europeos. No lo es.

¿Todas las decisiones se toman únicamente para producir más dinero?

Fundamentalmente, aunque hay otra cosa. Al estar en unas estructuras democráticas, aunque sean muy débiles e imperfectas, los estados y las instituciones públicas internacionales como la UE también tienen que tener en cuenta parcialmente qué pasa con las poblaciones. A veces tienen que jugar en ese intervalo, pero siempre se inclinan más por el interés de la acumulación, por el interés de los capitales. La prueba es que cuando las cosas van mal se van siempre con el capital, pero estas instituciones tienen que tener también una función de legitimación. Tienen que demostrar a las poblaciones que esto va bien: 'hacemos lo que podemos, tenéis que estar contentos'.

Muchas plataformas o agentes han pedido la renuncia al pago de la deuda, ¿cómo puede materializarse eso?

Es que de momento es imposible. Materializar eso requeriría el apoyo del Gobierno a esa decisión, y la Unión Europea no iba a estar de acuerdo. Piensa que a quienes debemos el dinero es sobre todo a los grandes bancos europeos: alemanes, franceses y británicos sobre todo. Aunque el Gobierno quisiera no sería un camino de rosas. Pero el otro punto me preocupa más: ¿qué poder tenemos la ciudadanía? ¿Qué poder para presionar al Gobierno tenemos los ciudadanos que pensamos que no hay que pagar la deuda? En esto prácticamente no tenemos ningún poder. Por eso, más que preocuparnos por las grandes variables, deberíamos preocuparnos por cómo nos afecta la deuda, con los recortes en la sanidad o educación... contra eso es contra lo que tenemos que luchar; esa es otra forma con la que estamos pagando la deuda. Decirle al Gobierno que repudie la deuda es como decirle que entone una letanía. Está más próximo luchar contra lo que nos están haciendo para pagar la deuda. Decir que vamos a repudiar la deuda no está mal como principio, pero creo que es mucho más importante luchar contra lo que está pasando: los recortes en el gasto público, en los salarios, la ley de convenios, la privatización de la sanidad y la salud... Ahí es donde tenemos que atacar, donde tenemos un poco más de fuerza.

Aunque sea un horizonte inalcanzable, en el caso de que el Gobierno estuviese dispuesto a renunciar al pago de la deuda, y simplemente para explicarlo: ¿hay estudios, hay tesis serias que expliquen...?

Todo el mundo puede creer en los reyes magos.

El país 'no quebraría' por repudiar la deuda. 'Pasó en Ecuador, ha pasado en Islandia parcialmente'

¿Quebraría el país por rechazar el pago de la deuda?

No. Pasó en Ecuador, ha pasado en Islandia parcialmente. Los países no se hunden tan fácilmente, pero habría consecuencias serias. Si renuncias a la deuda, ¿Quién te va a prestar dinero para pagar la siguiente compra de petróleo? A lo mejor habría que racionar el uso del automóvil. Por eso no se puede hablar a la ligera de estos temas. No pagar la deuda supone unas consecuencias graves. Puede ser que no sean tan malas como pagarla, pero también que afecten a otras personas, a los que están sufriendo ahora. Como cualquier medida seria contra el sistema capitalista tiene un precio, y la población tiene que saber si está dispuesta a asumirlo. No pagar la deuda es un tsunami. Quizás sería mejor para la cuestión del paro, pero tendría otro coste en otros sentidos, no se puede frivolizar con estas medidas.

Volviendo a las Marchas, ¿participará en la protesta del 22-M?

No, no puedo ir a Madrid. Me gustaría participar en esta lucha, como en tantas otras que hay. Estoy absolutamente a favor de las Marchas, de que hay que luchar con ellas y hay que trabajar, pero la lucha sigue el día después de las Marchas. No nos quedemos en el espectáculo: hay que darlo de vez en cuando, pero siempre suponiendo que se va a continuar al día siguiente. Si no, son fuegos de artificio un día, y al siguiente no ha pasado nada. La lucha tiene que ser permanente, aquí y ahora.

¿Servirá de algo la manifestación de este sábado?

Rotundamente sí. Cualquier movilización social sirve, pequeña y mucho más si es grande. Denota que no estamos de acuerdo con lo que está pasando. No nos hagamos ilusiones: si no reaccionamos, cada día es peor. Hay que mostrar que estamos muy indignados, y que no estamos dispuestos a tolerar lo que están haciendo. También va a servir para que aprendamos a movilizarnos por aquello en lo que creemos. Hay mucha gente que ya lo sabe hacer, pero debemos ser muchos más. Puede ser un estímulo o ejemplo, aunque no vaya a arreglar nada en 15 días.

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