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Erdogan sortea las críticas y los escándalos de corrupción con una victoria en las municipales

AGENCIAS

Ni las protestas antigubernamentales del pasado mayo, ni las acusaciones de corrupción ni su creciente discurso autoritario han pasado factura en las elecciones municipales al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y a su islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP).

El AKP ha vuelto a ser, como en todas las elecciones en los últimos 12 años, el partido más votado, llevándose entre el 45,5% de los apoyos, según los últimos datos de las autoridades electorales con el 98,1% de los votos contados. Para Erdogan es ya la sexta victoria electoral.

Ese resultado tiene una lectura doble: por un lado, mejora el obtenido en los comicios locales de hace cuatro años, pero supone un descenso respecto al 50% que obtuvo en las generales de 2011. En todo caso, las diferencia entre el AKP y sus rivales son muy pequeñas en algunas ciudades, lo que probablemente haga necesario el recuento de votos en ciertas localidades.

El principal partido opositor, el Republicano del Pueblo (CHP), obtuvo el 27,9%, delante del partido de Acción Nacionalista (MHP) con el 15,2% y el prokurdo BDP con el 6,3%. 'No hay ningún problema. Los resultados están bien. Haremos una declaración (sobre el resultado final) lo antes posible', dijo Sadi Guven, presidente de la Junta Electoral Suprema de Turquía. El funcionario turco refutó así las alegaciones lanzadas por la oposición sobre un posible fraude, cortes de energía durante la jornada electoral y ataques cibernéticos.

El CHP perdió la municipalidad de Yalova, en la parte occidental del país, por un solo voto frente al AKP, mientras que en Ankara, la capital, el resultado es tan ajustado que la oposición ha exigido un recuento. Según los datos del diario Hürriyet, con el 78% de los votos escrutados, el AKP habría ganado por apenas 6 puntos de diferencia en Estambul y por menos de 3 en la capital.

El resto del panorama electoral quedó bastante inalterado. El AKP sigue siendo el partido fuerte en las regiones rurales de Anatolia central; el CHP triunfa en las provincias occidentales y sigue al mando de Esmira, ; y el pro kurdo BDP se impone en el sureste, donde vive la mayoría de los 12 millones de kurdos de Turquía, con lo que ha salido bastate fortalecido de esta contienda electoral.

Tanto Erdogan como la oposición habían planteado estos comicios como una moción de confianza a la gestión del Gobierno del AKP. 'Qué os dije. Os dije que si no era el número uno, dejaría la política', declaró ante sus seguidores Erdogan al proclamar la victoria de su partido.

Erdogan criticó las recientes filtraciones de comprometedoras conversaciones que lo vinculan con prácticas corruptas y autoritarias y aseguró que el resultado ha sido un castigo a la 'política no ética, a las grabaciones y a los montajes'. 'De qué hablaría la oposición si no fuera de esas grabaciones y montajes', espetó el jefe del Gobierno. El primer ministro aseguró que Turquía 'es cada vez más fuerte' y prometió que fortalecerá la economía y la democracia, al tiempo que aseguró que en su país existe una democracia que no hay en Occidente.

En su mitin de cierre de campaña el sábado, Erdogan pidió el voto para 'dar una lección' a quienes atacan el Corán y la religión, en referencia al CHP. En las elecciones, además, salió elegida por primera vez una mujer con velo como alcaldesa de una ciudad en la Anatolia central, una región dominada por el AKP. Los comicios se vieron ensombrecidas por ocho muertos y varios heridos en violentos incidentes entre seguidores y candidatos de partidos políticos opuestos en el sur del país.

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