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Alberto Fabra consuma el fin de su matrimonio

JUAN E. TUR

El diario local Las Provincias fue el primero en dar la noticia el pasado domingo. Alberto Fabra, presidente de la Generalitat valenciana y presidente del PP en el País Valencià, se divorciaba de su esposa tras 21 años de matrimonio. La pieza quedaba en el aire un poco más tarde, tras desaparecer sin explicación de la web del diario. No obstante, cerca de 24 horas después y con ambas noticias -la del presunto divorcio y la de la extraña desaparición del artículo- circulando por internet, finalmente la pieza periodística regresaba a la luz en sus mismos extremos y era posteriormente confirmada desde la Generalitat.

Según fuentes oficiales, Alberto Fabra habría firmado el acuerdo de divorcio de su mujer, Cristina Fortanet, hace tan solo unos días, aunque los trámites de separación se habrían iniciado un año antes. Esta información trasciende lo personal al producirse diez meses después de que Fabra creara para la que fuera su secretaria personal, Esther Pastor, el cargo de secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales de Presidencia de la Generalitat.

Desde entonces, la existencia de una relación sentimental entre ambos ha sido dada por hecho por periodistas como Pilar Cernuda o Juan R. Gil, aunque no ha sido confirmada oficialmente. Sí, en cambio, ha sido objeto de numerosos escándalos añadidos al que podría suponer la misma creación de la Secretaría Autonómica.

El más sonado fue el iniciado a raíz de una querella emprendida por la organización Manos Limpias contra Pastor, por haber cargado a las arcas públicas valencianas el pago de ocho estancias privadas en hoteles de Madrid y la provincia de Alicante,  en habitaciones para una y dos personas, entre enero y julio de 2012, cuando Pastor era aún directora general de Organización del Gabinete del presidente de la Generalitat. La querella fue admitida a trámite, y aunque la oposición ha solicitado las facturas para resolver si se cometió alguna irregularidad o no, el diputado de Esquerra Unida Ignacio Blanco informó la pasada semana de que el gobierno Fabra no las ha puesto a su disposición.

Manos Limpias, que consideró que los hechos denunciados pueden constituir delitos de malversación, estafa y falsedad documental, anunció posteriormente una ampliación de la querella tras acceder a decenas de facturas firmadas por Pastor en una tienda de delicatessen cercana al Palau de la Generalitat por alimentos como arreglo de cocido, pollo, tabletas de chocolate o quesos.

Alberto Fabra reaccionó a estas denuncias asegurando que eran 'absolutamente falsas' y 'malintencionadas', pero en lugar de facilitar las facturas a prensa y oposición (según informó Ignacio Blanco, solo han facilitado facturas por compras hasta mayo de 2013) su gobierno emprendió una caza del 'topo' en la Generalitat para determinar quién era el filtrador de las facturas a Manos Limpias. Una caza que, según informó la pasada semana el propio vicepresidente del Consell, se habría suspendido sin éxito.

Al margen de estas denuncias, la estrecha relación entre Pastor y Alberto Fabra ha sido situada en el origen de algunos de los episodios más sonados del líder valenciano del PP, como la fugaz contratación de un 'coach' personal para el presidente a cargo de las arcas públicas ; el nombramiento como asesor político de un cocinero para el Palau de la Generalitat; o la celebración de un fallido acto de autobombo protagonizado por su amiga Cristina Tárrega, que acabó evidenciando la distancia entre Fabra y las fuerzas vivas de la sociedad valenciana.

Carlos Fabra ya colocó a su pareja

Tras confirmarse el divorcio, Alberto Fabra, estaría más cerca de repetir la peripecia sentimental de su padrino, Carlos Fabra. El político condenado por diversos delitos, mantiene una relación de pareja desde hace cerca de una década con la actual vicepresidenta de la Diputación de Castellón, Esther Pallardó, que disfrutó de un ascenso fulgurante en la estructura de poder vinculada al PP desde que, a principios de la pasada década, accediera a llevar la comunicación de Carlos Fabra en la corporación provincial. No obstante, cabe señalar que Pallardó no accedió al segundo escalafón de la Diputación siendo Carlos Fabra el presidente, mientras que Alberto Fabra sí creó el puesto que actualmente ocupa Pastor, en el tercer escalafón de la Generalitat, expresamente para ella.

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