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El último geoparque español: una joya geológica, cultural y natural

CRISTINA YUSTE (EFE)

El geoparque de Molina de Aragón y Alto Tajo, el noveno y último que España ha sumado -este mismo año- a la red europea de Geoparques de la Unesco, alberga en sus más de 4.000 kilómetros cuadrados seis ecosistemas protegidos por alguna de las figuras que contempla la Red Natura 2000. En concreto, se trata de los LIC (Lugares de Importancia Comunitaria) Sabinares Rastreros de Alustante-Tordesilos, Montes de Picaza y Sierra de Caldereros, y las ZEPA (Zonas de Especial Protección para las Aves) del Alto Tajo, Parameras de Maranchón, Hoz del Mesa y Aragoncillo y Lagunas y Parameras del Señorío de Molina.

Además, cuenta con 17 Puntos de Interés Geológico (PIG) distribuidos en tres territorios: una zona de geoconservación prioritaria, que engloba todos los LIC de la comarca; una zona de influencia socioeconómica, que abarca el resto del territorio de la misma, y otra de interés potencial para la geoconservación, que incluye enclaves pequeños con elementos de interés geológico que no contaban con protección. Entre los primeros, el LIC Sierra de Caldereros ha completado este año su plan de gestión, requisito fundamental para transformarse en Zona de Especial Conservación (ZEC), en respuesta a la normativa europea.

Dicha normativa obliga a considerar para una ZEC los objetivos de conservación del lugar y las medidas apropiadas para mantenerlo, así como otras de tipo reglamentario para salvaguardar la integridad ecológica del espacio y del desarrollo humano en el mismo. Con una altitud de 1.440 metros, el Monumento Natural Sierra de Caldereros se eleva sobre las parameras del Señorío de Molina; se trata de una alineación de crestas rocosas con singulares formas erosivas que se han desarrollado sobre los materiales de una serie monoclinal del Triásico inferior.

En declaraciones a EFEverde, Juan Manuel Monasterio, gerente del Geoparque, ha explicado que este espacio de la Red Natura 2000 es un magnífico ejemplo de millones de años de arrastre de materiales, de ahí las formaciones a lo 'ciudad encantada' que dominan el valle. Su carácter silíceo ha permitido la existencia de una vegetación diferenciada, dominada por rebollares de gran singularidad, al tratarse de los más orientales de Castilla-La Mancha y de la península ibérica, y por pino rodeno. La fauna más sobresaliente está representada por rapaces, como el águila real, el alimoche, el halcón peregrino y el buitre leonado, y de otras especies de aves, como la chova.

Monasterio ha destacado la cercanía del hombre con este entorno, donde desarrolla sus actividades tradicionales en total sintonía con la naturaleza, de la que hace un uso sostenible de sus recursos. Este hecho le valió a la sierra su inclusión en la red de espacios protegidos más grande del mundo, la Red Natura 2000, 'un sello de calidad', asegura el director del geoparque, que ahora se ve ampliado con el reconocimiento por la Unesco. Recuerda que ser geoparque no implica nuevas restricciones, como tampoco lo pretende la Red Natura 2000; 'se trata sólo de un reconocimiento de los valores que la población ha sabido proteger y donde ha sabido desarrollarse'.

'No implica una modificación de los usos y costumbres, no hay nuevas leyes', insiste Monasterio; 'Europa ha reconocido lo que hemos hecho bien y tal como está es como quieren que siga estando'. Ambas figuras, geoparque y espacio Red Natura 2000, son en suma una apuesta de desarrollo rural, una oportunidad para poner en marcha iniciativas relacionadas con un modelo de turismo sostenible que ayude a dinamizar la economía y a fijar habitantes en esta comarca, tan afectada por la despoblación.

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