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Un centro para solucionar el rompecabezas del cerebro

MARÍA RUÍZ (EFE)

Granada cuenta con el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), un espacio único en España en el que trabajan 27 grupos de investigación punteros y más de 200 especialistas para desentrañar los misterios del cerebro y el funcionamiento de la mente. El filósofo francés René Descartes resumió sus teorías con un 'Pienso, luego existo'. Otra cosa es entender cómo se piensa y tratar de desvelar los recovecos del cerebro, su funcionamiento y los factores que condicionan el comportamiento humano.

Para desentrañar los mecanismos del cerebro y conocer cómo funciona la mente, la Universidad de Granada cuenta con los 7.200 metros del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), un espacio pionero en el que 27 grupos afrontan los misterios neuronales para tratar dolencias, prevenir comportamientos o dar explicaciones científicas a actos cotidianos. ¿Un bebé de nueve meses percibe los errores? El departamento de Neurociencia Cognitiva y Desarrollo del CIMCYC ha demostrado que el cerebro de un niño detecta si las piezas de un pequeño puzzle se colocan correctamente y, aunque no pueda quejarse porque aún no hable, su mente reacciona, mira más tiempo el objeto mal colocado.

'Se pone al bebé una malla para un electroencefalograma y ves la reacción del cerebro al error con una pieza del puzzle, porque desde los nueve meses reconocen los fallos. Sirve para enfermedades como el autismo o la hiperactividad que si no, no se podrían diagnosticar a esas edades', ha explicado a Efe la responsable del departamento, Charo Rueda. La tecnología de este centro granadino, con parte del instrumental único en Europa, permite analizar el impacto de diferentes drogas en el cerebro, las posibilidades de una recaída en el consumo, el efecto de una valla publicitaria en la conducción o medir el cansancio de un controlador aéreo.

La vicerrectora de Políticas Científicas y Investigación de la Universidad de Granada, María Dolores Suárez, ha destacado que las investigaciones han convertido al centro granadino en el segundo más relevante del país en número de publicaciones en un amplio abanico de campos como la psicología clínica, la industria o las adicciones. El completo equipo de resonancia magnética del centro ha permitido por ejemplo comprobar la reducción de materia gris en consumidores de cocaína o conocer que los adolescentes con obesidad desactivan áreas cerebrales implicadas en la toma de decisiones cuando se enfrentan a situaciones injustas, lo que no ocurre en chavales con peso normalizado.

Un sistema de electrodos sirve en el Centro para analizar los procedimientos de recuerdo, lo que ha revelado que las personas bilingües tienen más facilidad para recordar o por qué el envejecimiento dificulta reconocer caras familiares. El 'eye tracker', otra de sus apuestas tecnológicas, mide el movimiento ocular y ha permitido conocer cómo se dilatan las pupilas para mejorar la atención o medir el cansancio de médicos o controladores aéreos tras sus turnos de trabajo por la velocidad a la que se mueven sus ojos.

Los simuladores de conducción, estimuladores de la corteza cerebral, cascos con electrodos y un sinfín de maquinitas sirven para adentrarse en el cerebro, con líneas de investigación destinadas a desvelar misterios actuales como la influencia de la composición cerebral en la obesidad o la violencia de género. Aunque el rompecabezas que representa la mente sea complejo, en este centro granadino van colocando piezas que dan mucho en qué pensar.

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