Roberto Larralde Urcera era un albañil de 37 años de edad, que se dedicaba en tiempo libre a las tareas de reparación y, cuando podía, al boxeo, su pasión. Las primeras investigaciones apuntan a que fue ejecutado de un tiro en la nuca, disparado a bocajarro, antes de ser trasladado al descampado donde los perros de rescate policiales encontraron su cuerpo el pasado jueves, en Santa Olaja de la Ribera (León).

La Policía ha detenido a cinco personas, entre ellas a su ex mujer y al propietario del teléfono móvil desde el cual recibió la última llamada de su vida, la que le llevó a desplazarse a la cital fatal desde su domicilio paterno, en San Andrés del Rabanedo.

La autopsia revela que el fallecido recibió un disparo a bocajarro en la nuca la misma noche de su desaparición, el pasado sábado. La investigación apunta a que las personas que acabaron con su vida eran conocidas de la víctima, ya que no hay señales de resistencia en su cuerpo, según el Diario de León.

El mismo día que apareció el cadáver, la ex mujer de Larralde sufrió una agresión en Lorenzana por parte de medio centenar de personas muy exaltadas, al parecer familiares del boxeador.

Se barajan dos líneas de investigación: los motivos sentimentales y un posible secuestro que saliera mal. Algunos miembros de la familia Larralde integran bandas de mercheros -vendedores ambulantes- leoneses de historial delictivo de los que él estaba alejado.

La Guardia Civil y la Policía Nacional mantienen un despliegue por la zona del Campo de Santibáñez, donde reside un nutrido núcleo del clan Larrralde y a donde llegan decenas de familiares, en prevención de que los ánimos se solivianten.

Los cinco detenidos pasarán a disposición judicial mañana domingo. Prestarán declaración ante la jueza del Juzgado de Instrucción 3 de León, Blanca Esther Díez, en funciones de guardia.

No se descarta que en las próximas horas se pueda producir alguna detención más, aunque las perspectivas de investigación cambian a consecuencia de la cantidad de contradicciones que se detectan entre los diversos testigos.

El joven atravesaba por problemas económicos, hasta el punto que se quedó sin suministro de luz en su domicilio la semana pasada. Por ello, se había trasladado a vivir al domicilio paterno, según revelaron sus familiares.

Su furgoneta fue hallada junto a un hipermercado con las llaves puestas, una puerta abierta y la cartera de Larralde subre uno de los asientos.