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Físicas o químicas, pero eficientes

MALEN RUIZ DE ELVIRA

¿Física o química? Si alguna vez se hicieron esta pregunta concreta, las cinco investigadoras seleccionadas para las ayudas del programa 'Por la mujer en la ciencia' partían ya de una decisión firme de dedicarse a las ciencias de la materia, un área en las que la mujer está en España todavía menos presente que en biología o medicina. No llegan a un tercio las investigadoras centradas en la física, la química o las subespecialidades de éstas, y son más numerosas las químicas que las físicas.

En su mayoría, las seleccionadas entre ellas para estas ayudas L´Oreal-Unesco, destinadas a menores de 40 años, reflejan el auge de la investigación en alternativas energéticas más eficientes, con su consiguiente repercusión en la sostenibilidad´. Su carrera científica no ha avanzado, por los recortes, más allá de los contratos temporales, tras estancias de varios años en el extranjero para terminar de formarse. La selección de los proyectos que presentan se hace por méritos estrictamente científicos, de forma similar a los que compiten por obtener fondos públicos, por lo que el nivel no se reduce por el hecho de que sean mujeres.

En vez de pensar en ahorrar agua o electricidad para consumir menos energía producida con combustibles fósiles, investigadoras como Eva María Pellicer (37 años, Universidad Autónoma de Barcelona) sueñan en cambiar el modelo energético para hacerlo más sostenible, en su caso a través de materiales metálicos nanoporosos que serían excelentes catalizadores para producir hidrógeno, como combustible en sustitución de los combustibles fósiles. Pellicer, afectada por una grave enfermedad crónica, da la gracias a los doctores que la tratan, pero no piensa en rendirse. Ana Belén Hungría (40 años, Universidad de Cádiz) también se fija en el diseño de catalizadores para facilitar el uso del hidrógeno, en su caso como pionera de la técnica de la tomografía electrónica en el campo de de los materiales.

Otras dos seleccionadas trabajan en mejorar la eficiencia de las células fotovoltaicas que producen electricidad a partir de la energía solar. Elisa Antolín (37 años, Instituto de Energía Solar-UPM) y Rocío Ponce (34 años, Universidad de Málaga) pretenden, cada una con sus métodos, convertir la energía solar fotovoltaica en una forma de producción masiva de energía, abaratando los costes.

La quinta seleccionada, Leticia Tarruell (33 años, Instituto de Ciencias Fotónicas), es una física experimental en el complejo campo de los átomos ultrafríos. Está inmersa en el primer experimento en España para la creación de materiales artificiales. La idea, cuenta, es construir un simulador cuántico para estudiar las propiedades de estos sólidos antes de fabricar verdaderos materiales con estas características. Así ha creado ya grafeno artificial, ese material que tanto interés despierta actualmente por sus posibilidades.

Avelino Corma, uno de los científicos españoles más destacados y premiados internacionalmente, ha querido formar parte del jurado que tiene a su cargo la decisión final, presidido por el físico Pedro Echenique. Lo completan la catedrática de Óptica Josefa Itzuel y la física Pilar López Sancho, del CSIC.

Basadas en la discriminación positiva como medio para alcanzar la igualdad, estas becas, de 15.000 euros cada una y carácter anual, tienen la originalidad de que se pueden dedicar en parte a conseguir conciliar la vida profesional y familiar en un tramo de la vida de las investigadoras en el que esta puede ser la principal dificultad a la que se enfrentan.

En las ingenierías son todavía menos las mujeres que en las ciencias, y los premios de este año a jóvenes investigadores que da la Real Academia de Ingeniería los han obtenido, como es habitual, salvo alguna excepción, dos hombres. Francisco Huera se dedica, entre otras cosas, al diseño bioinspirado, es decir, observar y estudiar las soluciones de la naturaleza para luego aplicarlas a la ingeniería oceánica y aeronáutica. Oriol Gomis trabaja en los aspectos técnicos de la interconexión y el transporte de energía desde los parques eólicos marinos a tierra. Cada premio está dotado con 10.000 euros.

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