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El Congreso da luz verde al Estado policial que impone la 'ley mordaza'

La mayoría absoluta del Partido Popular aprueba sin problemas la Ley de Seguridad Ciudadana tras su paso por la Comisión de Interior. Los partidos de izquierdas se comprometen a derogarla en cuanto cambie la correlación de fuerzas

ALEJANDRO TORRÚS

Un vez el Parlamento apruebe la Ley de Seguridad Ciudadana, España se convertirá automáticamente en el paraíso del derecho de manifestación y no habrá ninguna identificación injustificada por parte de la policía y, por supuesto, ningún abuso policial. La legítima protesta del ciudadano será 'aún más' libre ya que no habrá lugar para los 'violentos' y las intervenciones policiales serán siempre 'graduales y proporcionadas'. En definitiva, la libertad en grado máximo se asentará definitivamente en el Estado español.

Esta es la idílica visión del proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana que ha defendido el portavoz del PP en la comisión de Interior, Conrado Escobar, en el Pleno de este jueves en el Congreso. Y el que no lo entienda así, como ha asegurado el ministro del Interior, Fernández Díaz, o bien es un 'ignorante', actúa con 'mala fe' o 'las dos cosas'.

El Partido Popular ha defendido de esta manera el polémico proyecto de ley conocido como Ley Mordaza y ha utilizado su mayoría absoluta para aprobarlo con el único apoyo de Unión del Pueblo Navarro y rechazar todas las enmiendas presentadas por la oposición (181 votos a favor y 141 en contra). Ahora el proyecto de ley viajará al Senado, donde se abrirá un nuevo proceso de enmiendas, y se prevé que quede aprobado, definitivamente, a mediados del mes de febrero.

'Esta ley limita el derecho de manifestación, de reunión y el funcionamiento libre de los piquetes sindicales'

Una visión mucho menos idílica de este proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana es la que tiene la oposición. Al completo. Durante el debate en el Pleno se han escuchado continuamente expresiones como 'retorno al franquismo', 'institucionalización del Estado policial', 'ley innecesaria e inútil', 'instauración del estado de excepción' o 'ley del despropósito', entre otras muchas. De hecho, la inmensa mayoría de la oposición se ha comprometido en el estrado a derogar esta ley en cuanto se celebren nuevas elecciones generales y 'el Partido Popular esté en la oposición'.

El Pleno, no obstante, ha estado marcado por la irrupción de la Solfónica en la tribuna de invitados cuando le tocaba intervenir al portavoz conservador Conrado Escobar. El grupo vinculado al movimiento 15-M ha entonado entonces los versos de La canción del pueblo del musical Los Miserables. Los activistas han sido expulsados rápidamente del Pleno. Minutos antes, los diputados de la Izquierda Plural se habían amordazado con un pañuelo blanco para mostrar su rechazo más absoluto al proyecto de ley . '¿No le gusta? Están protestando', le ha dicho Ricardo Sixto, de Izquierda Plural, al presidente del Congreso cuando esté les ha llamado al orden.

El portavoz del PSOE en la Comisión de Interior, Antonio Trevín, ha defendido que el proyecto de ley de Seguridad Ciudadana es 'un retorno a la ley franquista de orden público de 1959' y ha parafraseado a Benjamin Franklin para decir que quien antepone la seguridad a la libertad no merece ni una cosa ni la otra. 'Esta ley convierte al ciudadano activo en un enemigo de la seguridad. Parece que la calle vuelve a ser propiedad del Ministerio del Interior. La calle no es suya', ha espetado Trevín a Fernández Díaz, en referencia a la famosa declaración del ministro franquista Manuel Fraga.

PSOE: 'Quien antepone la seguridad a la libertad, no merece ninguna de las dos' El portavoz socialista también ha denunciado que este proyecto de ley permitirá a Interior 'castigar más' a los ciudadanos 'y con menos garantías' y ha advertido al Partido Popular de que en democracia el Gobierno debe saber 'convivir con críticas y protestas'. 'Al PP le cuesta aceptarlo y prefiere combatir las protestas sembrando el miedo y por eso aluden al derecho a la tranquilidad', ha afirmado.

El portavoz de la Izquierda Plural, Ricardo Sixto, ha señalado que este jueves 11 de diciembre pasará a la historia como una nueva 'jornada infausta para la democracia española' calificando el proyecto de ley de seguridad ciudadana como 'una barbaridad legal' y 'un despropósito'. 'Esta ley limita el derecho de manifestación, de reunión y el funcionamiento libre de los piquetes sindicales', ha denunciado Sixto, que se ha comprometido a hacer todo lo posible para derogar esta ley después de las elecciones generales.

El resto de portavoces parlamentarios también han mostrado su absoluto rechazo a este proyecto de ley. Así, Joan Tardà de ERC ha señalado que este proyecto responde a 'la locura política del PP'; el BNG ha denunciado que lleva a España 'a un estado policial'; Amaiur, que se trata de la 'ley de la impunidad policial'; el PNV ha recomendado a Fernández Díaz que piense 'en el color gris' como nuevo uniforme policial; y CiU ha señalado que aunque estaba de acuerdo en reformar la ley socialista del año 92, este proyecto de ley del PP debe ser 'corregido de arriba a abajo'.

El ministro Fernández Díaz ha aguantado esta serie de descalificaciones a su proyecto de ley completamente impasible y casi en solitario. Hablando por teléfono a ratos, escribiendo en el cuaderno por momentos y hablando con los compañeros de la fila de atrás de vez en cuando, el ministro ha aguantado el chaparrón desde su escaño de los bancos azules, sin intervenir en el debate y con el único apoyo de Alfonso Alonso, nuevo ministro de Sanidad, y de Ana Pastor, ministra de Fomento.


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