Por primera vez, el Pleno del Congreso de los Diputados votó ayer con luz y taquígrafos, sin cerrar sus puertas, un dictamen sobre las actividades de sus diputados. Con 338 votos a favor, 8 abstenciones y ninguno en contra, la Cámara ratificó la autorización de la Comisión del Estatuto de los Diputados para que 41 parlamentarios desarrollen actividades privadas al margen de su acta. Gracias a un pacto de todos los grupos, estas se hicieron públicas antes de la votación. La transparencia acordada se extenderá pronto a los dictámenes anteriores y todas las actividades podrán ser consultadas por quien lo deseé a través de Internet.

En total, cerca del 75% de los diputados del Congreso declaran complementar la política con otras actividades. En buena parte de los casos estas funciones provienen de otros cargos públicos en ayuntamientos. También es común la pertenencia a consejos de dirección de cajas de ahorros o al patronato de fundaciones.

Unos cuantos comparten, sin embargo, su tiempo con diversos cargos en empresas privadas. Quizá el caso más significativo sea el del diputado conservador Manuel Pizarro que, tras abandonar Aranzadi y Garrigues, conserva aún 14 cargos honoríficos en fundaciones y comités de honor.

Otro de los que acumulan cargos es el ex ministro del PP Miguel Arias Cañete. A sus anteriores cargos une el de miembros del Consejo de Administración de Bami New-Co.

También se le concede autorización para desarrollar otras actividades al diputados Jesús Merino, imputado en la operación Gürtel. En su caso, solicita la compatibilidad de su acta con la administración de las sociedades de Consultoría Dolthins y Serrano-50, además de la participación en el patronato de la Fundación Nacional del Vidrio y la participación en programas de radio.