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España revisará el Myolastan después que Francia haya pedido su retirada de las farmacias

El gobierno de Hollande ha pedido que se abra una investigación científica sobre los efectos secundarios en la piel de los relajantes musculares. En España, de momento, no se retirará de las farmacias

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España es uno de los países que ha puesto en marcha una investigación sobre el Myolastan, un relajante muscular que ha sido denunciado por Francia ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA) por sus posibles efectos adversos en la piel.  El Gobierno de François Hollande incluso ha planteado la retirada del medicamento, lo que ha motivado la revisión, por parte de la EMA, de todos los fármacos de la misma familia que contengan tetrazepam.

Según informa el diario Le Monde, la Agencia francesa del Medicamento (ANSM) habría detectado desde 1969 más de 1.600 efectos adversos provocados por este relajante muscular. De momento, el medicamento está sólo bajo revisión y no se ha retirado del mercado. En España, que junto a Alemania y Francia es donde más se consume Myolastan, no hay de momento ninguna alerta sanitaria, según fuentes del Ministerio de Ana Mato.

No obstante, Sanidad ha iniciado también una investigación, con el fin de determinar si se han dado casos similares en España. Dichas fuentes han asegurado que se trata de un procedimiento habitual que se pone en marcha tras la denuncia de algún país ante la EMA. 'Se inician investigaciones en los países que pueden estar afectados, se reúne la información sobre la relación beneficio-riesgo del medicamento en cuestión y se debate en el próximo Comité de la Agencia', han explicado. Después, se decide qué hacer con el fármaco en función de las conclusiones extraidas de la reunión, que se producirá en los próximos meses.

El Myolastan (comercializado por la compañía Sanofi Aventis) es recetado a personas con contracturas musculares, tortícolis, lumbalgias. Como señala la EMA en un comunicado, el tetrazepam (que se toma por vía oral en forma de pastillas) podría estar relacionado con una serie de reacciones cutáneas graves, que van desde del llamado síndrome de Stevens Johnson (un eritema grave que afecta a la piel y a las mucosas, causando vesículas, úlceras y otras lesiones), la necrosis tóxica epidérmica (que provoca la aparición de ampollas y descamación) y otras reacciones dermatológicas severas.

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