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El proyecto Castor inyecta gas junto a varias fallas activas

LUCÍA VILLA

El proyecto Castor que gestiona el almacén de gas en el delta del Ebro no es que esté cerca de la falla de Amposta, sino que el proyecto Castor 'es la falla de Amposta'. Son palabras del propio Recaredo del Potro en una entrevista esta mañana en la cadena de radio catalana Rac 1.

La empresa Escal UGS, a cargo de las operaciones, está en el punto de mira después de que todos los indicios científicos apunten a que es su actividad la que está provocando los más de 300 seísmos registrados desde mediados de septiembre en la zona de las costas de Castellón y Tarragona.

El Colegio de Geógrafos de España asegura que aunque la zona no es de especial riesgo sísmico, 'no es la más apropiada'. 'Tiene muchas fallas, es lo que se llama ‘el surco de Valencia', declara a Público el especialista en Riesgos Naturales Joathan Gómez Calero.

Concretamente, el proyecto Castor se ha construido sobre la falla de Amposta, una fractura con 51 kilómetros de longitud y capacidad para producir un seísmo de hasta 7,1 grados como máximo, según se refleja en los estudios del geólogo Héctor Perea compilados por el Instituto Geológico y Minero. La planta de Escal UGS trata de aprovechar para el almacenaje de gas un espacio que antes era un pozo petrolífero que fue vaciado en los años 70. Uno de los límites de ese antiguo pozo es precisamente la falla de Amposta.

No obstante, el epicentro de los terremotos registrados hasta ahora en el delta del Ebro no se ha producido en esta falla, que lleva 'miles de años' sin dar signos de movimiento, sino que se ubican en otras coordenadas donde parece que hay otra falla más pequeña y no cartografiada porque apenas se dispone de información.

'Los terremotos que se han dado hasta ahora son de una magnitud demasiado baja como para poder calcular la geometría de esta falla', señala en conversación con este diario el vicepresidente del Colegio de Geólogos, José Luis Barrera.

Barrera explica que, por los datos que tienen hasta ahora, parece que se trata de una falla normal 'con un cierto complemento de desgarre', es decir, que los dos lados de corteza de la falla se desplazan horizontalmente uno con respecto del otro. En cualquier caso, cree que el terremoto de 4,2 que se produjo en la madrugada del martes, es el más grande que va a haber.

Respecto a las teorías que apuntan a que las inyecciones de gas hubieran podido provocar movimientos en la falla Amposta, la más grande de esa zona, es bastante escéptico. 'Lleva miles de años sin moverse y podrían pasar millones más'. Además, según apunta, no tiene una longitud tan grande como para provocar un gran desastre.

'Es mucho menos peligrosa que la que provocó el terremoto de Lorca, por ejemplo. Los grandes terremotos del mundo están ocasionados por movimientos de fallas de cientos o miles de kilómetros', dice Barrera.

A pesar de que el proyecto limitara con esta falla y del resto que existen en esa zona, el riesgo sísmico no fue incluido ni en el estudio de impacto ambiental elaborado por la empresa ni en el posterior aval del Gobierno socialista a su construcción.

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