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"Tenemos leyes, normas y herramientas contra el maltrato, pero hay que cumplirlas"

La delegada del Gobierno para la Violencia de Género defiende que los recortes en el presupuesto no afectan a los servicios para mujeres y reivindica la igualdad en el temario lectivo sin especificar cómo se hará tras la eliminaci&oac

PAULA DÍAZ

Llegó al cargo sin tener mucha experiencia en Igualdad, pero su balance de estos dos últimos años, en el que presume de haber hecho un duro trabajo, tiende al optimismo. 'También hay que lanzar mensajes de esperanza', opina Blanca Hernández (Madrid, 1976), que considera que la lucha contra la violencia de género es un 'fracaso permanente' que se hace evidente cada vez que recibe una llamada que le informa de 'un nuevo caso de víctima mortal'. 'Porque violencia de género hay todos los días', recuerda.

Hernández reconoce que su labor dentro del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad consiste muchas veces en 'llamar a las puertas' de otros departamentos, como Justicia, Interior o Educación, para negociar con  sus compañeros de Gobierno la mejor forma de coordinarse en la lucha contra la desigualdad y el machismo cuyas peores consecuencias se contabilizan con 700 mujeres asesinadas en los últimos diez años.

Pero la delegada del Gobierno para la Violencia de Género no quiere ser derrotista. 'Este país, sin caer en el triunfalismo, puede estar orgulloso de sí mismo por haber puesto la realidad de la violencia contra la mujer en un lugar muy destacado de la agenda pública', opina en una entrevista concedida a Público poco antes de conmemorar, este 25 de noviembre, el Día Internacional contra la Violencia de Género.

Hernández —dice— hace lo que puede, 'lo que es viable dentro del presupuesto', y, aunque asume los recortes en su área, asegura rotunda que el tijeretazo no ha afectado a los servicios más importantes de asistencia a mujeres maltratadas. Aun así, con más dinero, 'haría lo mismo, pero multiplicado' y,  aunque reconoce deficiencias en el sistema, su mensaje es positivo: 'Hay salida', insiste, 'hay salida'.

Para empezar, haga balance de sus dos años al frente de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género

Para empezar, he de decir que lo primero que hicimos es reconocer el trabajo anterior, el camino recorrido. Porque este país, sin caer en el triunfalismo, puede estar orgulloso de sí mismo por haber puesto en el primer lugar de la agenda pública la realidad de la violencia contra la mujer y no sólo los malos tratos sino también, progresivamente, otras formas de violencia como la trata de mujeres y niños con fines de explotación social. España se ha convertido también en un referente internacional y nosotros debemos seguir tomando las riendas. Además, España ha construido un buen sistema para atención, protección, prevención. Eso no significa que no sea perfectible, y eso es parte de nuestro trabajo, seguir mejorándolo.

¿Es la falta de coordinación entre todos los sistemas que intervienen en la protección de mujeres maltratadas uno de esos puntos que se pueden perfeccionar?

España ha construido un buen sistema para atención, protección y prevención, pero nuestro trabajo es seguir mejorándoloEn esta materia intervienen cantidad de agentes: Sanidad, Justicia, Interior, Comunidades Autónomas, entidades locales, foros internacionales...Nosotros mantuvimos reuniones con departamentos de todos esos ámbitos para sacar conclusiones sobre qué estamos en condiciones de mejorar, y condiciones realistas, porque tienen que tener asignación presupuestaria. De ahí salió la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia de Género, aprobada en julio por el Consejo de Ministros, en la que hicimos un diagnóstico sobre los problemas a combatir. Nos salieron siete retos muy claros y uno de ellos era el de la coordinación, sí. En las comunidades, lo asistencial y lo policial no están coordinados pero, por ejemplo, con la integración del sistema VIOGEN, se está mejorando eso para que la protección mejore y para que nunca le falle a nadie la información. Porque hay un punto importante: si tú te coordinas bien, no obligas a la mujer a peregrinar de un sitio a otro.  Y el esfuerzo lo tiene que hacer el servicio público, no la mujer. Porque eso es un desincentivo a la hora de denunciar.

Otro de los problemas reflejados en la Estrategia es el del silencio de las mujeres. Porque menos del 20% de las 45 víctimas mortales de este año había denunciado a su agresor.

El silencio, no de las mujeres, sino de la sociedad, de las familias, de los entornos es un problema evidente. De siempre, no hay más ahora, ni menos tampoco. Pero los estudios nos dicen que las mujeres no denuncian, en un 36,3%, por no conceder suficiente importancia al maltrato.

'Una mujer que sufre malos tratos, por cómo está de machacada, considera normal lo que le pasa. El 36,3% no denuncia por eso'

¿Se sigue justificando el maltrato, entonces?

Sí, el problema se normaliza. Una mujer que sufre malos tratos, por cómo está de machacada, considera normal lo que le está pasando. El 18% no denuncia, obvio,  por miedo al maltratador. Pero la dependencia económica no es una razón importante, es un 8%. Lo gordo es lo de la autodetección.

¿Cómo luchar contra ese silencio social del que habla?

Ahí todas las herramientas de detección, de concienciación, de implicación a hombres en esto...

Cada vez hay más asociaciones de hombres por la igualdad, ¿no?

Sí, en la última macroencuesta [del Instituto de la Mujer] sí había aumentado el nivel de sensibilidad de los hombres. Poco todavía, pero sí había aumentado. Y es un avance que se observe ya esa tendencia.

También aparecía en el último estudio sobre jóvenes y violencia de género que reflejaba la buena influencia entre el alumnado que producía el aumento de profesores hombres implicados en temas de Igualdad...

En ese estudio hay un dato muy bueno y es que el 40% del alumnado recuerda haber tratado en su centro el problema de la violencia del hombre contra la mujer. Pues, oye, nos queda un 60%, que no es poco, pero antes las cifras no eran estas...

Sin embargo ahora la reforma educativa del ministro Wert elimina Educación para la Ciudadanía, ¿cómo se garantizará entonces que se siga concienciando sobre igualdad en las escuelas?

'Educar en igualdad, educamos todos: la familia, los medios y la escuela'La primera forma de prevenir la violencia de género es educar en igualdad. Y educar en igualdad, educamos todos: las familia, los medios de comunicación, y también el ámbito educativo es importante, claro. Y en este ámbito, hay tres patas reflejadas en la Estrategia: el primero, que las Comunidades tienen competencias en esto y hay cantidad de actuaciones de educación en igualdad y prevención de la violencia de género -que van juntos- que están desarrollando ellas. Luego, nosotros [Igualdad] tenemos un Plan de Convivencia Escolar con el Ministerio de Interior. Este año se han realizado más de mil actuaciones, entre talleres, charlas con asociaciones de padres y madres, actividades extraescolares, etc. Eso se ha convertido en una herramienta muy buena para concienciar.  Y también están el Injuve y el Instituto de la Mujer que nos ayudan a llegar a los jóvenes con multitud de programas.

'Pedimos a Educación que no se abandonara la violencia contra la mujer en los contenidos curriculares'Y la tercera pata es la del modelo educativo. Y ahí si pedimos a Educación que esto no se abandonara. Nos da igual que sea una asignatura específica, algo transversal, pero de esto hay que hablar y que hay que trasladarlo a la población más joven. Y, de momento, está la prevención de la violencia de género como uno de los principios de la Lomce [Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa], que también dice que se incluirá la prevención en los contenidos curriculares. Ahora lo que estamos trabajando con el Ministerio de Educación es que la igualdad de oportunidades y la prevención de la violencia contra mujer se incluya en los contenidos curriculares. ¿Que no es con una asignatura específica porque es el modelo que Educación ha considerado oportuno? Bueno, lo importante es que llegue, que se dé. Nosotros seguiremos exigiendo eso en todo el proceso de implantación de la ley.

¿Me está diciendo que hay refuerzo suficiente como para que la supresión de Educación para la Ciudadanía no se note?

Siempre. Pero también depende de los contenidos curriculares que finalmente presente el Ministerio de Educación y nosotros estaremos ahí para insistir en que esto tiene que estar presente. Pero todo esto va llegando y, bueno, también es cierto que si fuera más, mejor.


Los jóvenes son uno de los grupos vulnerables, pero en la Estrategia se han detectado algunos más. ¿Cuáles son?

Son los menores, las adolescentes y jóvenes, las mujeres discapacitadas, del mundo rural, las mujeres mayores y las inmigrantes. Por los datos que tenemos, la posibilidad de ser afectadas por la violencia de género o de tener más dificultades de salida es mucho mayor en estos grupos que en otros. Por ejemplo, la mujer del ámbito rural es la que menos declara sufrir violencia. ¿Porque hay menos? No, porque no lo dicen.

Y, sin embargo, la reforma local que prepara el Gobierno está siendo muy polémica, precisamente, porque se prevé que afecte a la atención cercana, la primera, que reciben las mujeres maltratadas desde los ayuntamientos. Usted ya ha dicho que se eso va a estar garantizado, pero ¿cómo?

A ver, primero, esta es una ley que aún está en tramitación. Pero sí que lo que dijimos nosotros es que este tema era fundamental. Sí que se ha incluido expresamente la violencia de género como una competencia delegable. Es decir, que se menciona en la ley expresamente la violencia, no sólo de género, sino contra la mujer, para que sea lo más amplia posible. Además, sí se mantienen los servicios en los casos de exclusión social. Que se incluyera la atención a la violencia de género es algo por lo que luchó esta Delegación.

Parece que su departamento tiene que estar siempre negociando con otros compañeros de Gobierno para que no se olviden, en sus áreas, de la igualdad y la violencia de género, como ocurrió con Gallardón y el tema de las tasas judiciales. ¿Cómo se gestiona eso?

'Con Justicia no sólo conseguimos que se eliminaran las tasas, sino que, además, salimos ganando, con el reconocimiento de la asistencia jurídica gratuita'

Sí que tenemos que llamar a puertas muchas veces porque, aunque existe un compromiso general, cuanto más conocen las personas esta realidad, más conciencia toman de ella. Un ejemplo muy claro fue lo que pasó con el Ministerio de Justicia. Con el tema de las tasas se habló mucho con ellos y no solamente se eliminaron todo tipo de tasas, sino que además se reconoció la asistencia jurídica gratuita, que es una de las cosas que importantes que hemos conseguido en la lucha contra el silencio de la mujer del que hablábamos antes. Si una mujer está siendo maltratada y además de enfrentarse a un proceso, con lo difícil que es eso para cualquier persona.... Piensa en un proceso de naturaleza penal contra tu pareja, probablemente con hijos, probablemente con familias que no te apoyen y probablemente con una psique machacada. Por lo menos, que no se encuentren con la dificultad añadida de que le digan ‘Mire, usted puede tener abogado, procurador, siempre que tenga unos ingresos económicos inferiores a tanto'. Pues no digo que la asistencia gratuita vaya a ser la solución, pero pretende que no haya otro obstáculo más para acceder a la justicia. Así que el tema de las tasas no sólo se resolvió hablándolo con Justicia, sino que ellos nos reconocieron también este derecho. Al final, salimos ganando.

En la reforma del Código Penal también hubo otros puntos conflictivos como la desaparición del término 'violencia de género' del texto o la inclusión de la mediación en estos casos. ¿Cómo ha quedado todo esto?

'Me parece buena la reforma del Código Penal' Lo de la desaparición del término, eso se dijo, pero no es verdad. Yo he leído el último borrador y ahora me parece una reforma buena porque castiga el acecho, el hostigamiento, la violencia de género digital y se mejoran los tipos de trata, se agravan. Además, se añade la libertad vigilada en las penas para maltratadores, que es muy importante como medida de seguridad. Y la mediación tampoco está. La mediación está excluida totalmente en violencia de género. No entra. Ni por lo más remoto se plantea la mediación en estos casos.

La custodia compartida preferente, de la que se quejan muchas expertas porque puede afectar a la protección de mujeres y niños, ¿es otra lucha entre su Delegación y Justicia?

Lo que le hemos dicho al Ministerio de Justicia es que cuando hay violencia de género o indicios incluso, no ha lugar a una custodia compartida. Y habrá que ver muy detenidamente el régimen de visitas que se pueda imponer. Porque es verdad que hay muchos casos dramáticos.

Desde el Ministerio para el que usted trabaja se ha incluido a los hijos de las mujeres maltratadas también como víctimas. A veces parece que las leyes que se dictan desde uno u otro departamento son contradictorias, que chocan dentro de un mismo Gobierno, ¿es así?

'Nosotros podemos hacer las leyes lo mejor posible, pero son los jueces los que dictan resoluciones'

Para que eso no ocurra estamos trabajando con ellos [con Justicia] para hacerles ver nuestros planteamientos. Pero ahí hay un tema que excede la competencia de la Delegación y de la Administración, en general, que es el tema judicial. Y está el hecho de que el Poder Judicial es un poder autónomo. Pero los jueces tienen que estar muy bien formados para conocer la realidad de la violencia de género, porque son ellos los que dictan resoluciones. Nosotros podemos hacer las leyes lo mejor posible, pero los que aprecian si existe riesgo, por ejemplo, de que una mujer vuelva con su maltratador, son ellos. Por eso deben saber que algunas características de la violencia son que las mujeres se nieguen a declarar, que no se atrevan, que perdonen a su maltratador y reanuden la convivencia... Si eso se sabe es más fácil entender lo que se denuncia.

¿Falta especialización entre jueces, policías, sanitarios que atienden a las víctimas?

Las personas formadas atienden mejor y dan mejores resultados. Y por eso hay que seguir trabajando en esto. Nosotros hemos incluido muchas cuestiones para que se formen, porque las personas que están trabajando ahí tienen que conocer esta realidad y entenderla, aunque eso tampoco es fácil. Hay que entender lo que pasa por la cabeza de la mujer que sufre violencia y, además de la formación especializada, es muy importante la asistencia personalizada.  Cada mujer es un mundo y esto le puede pasar a cualquiera. Hay mujeres con hijos, sin hijos, rurales, mayores, jóvenes...y es el poder público el que de alguna manera tiene que adaptarse a las circunstancias de cada mujer.

¿Y eso cómo se consigue?

En la Estrategia hay medidas que son de inmediato cumplimiento, como la presentación de los últimos estudios, y otras que llevarán tiempo. Por ejemplo, nuestro trabajo es conseguir que las Comunidades se coordinen para poner en marcha planes especializados de intervención o para la puesta en marcha de la Red de Centros de Acogida. Y también hay muchas cuestiones dirigidas a la asistencia como la inserción laboral.

Porque tener trabajo es importante para tener autoestima y salir de la violencia...

Sí, es así, las refuerza mucho. Cuanta mayor autonomía tiene una mujer, menor riesgo tiene de sufrir maltrato o más posibilidades tiene de salir. Por eso es importante la potenciación de la inserción laboral y tenemos un real decreto que establece un sistema de inserción laboral. Tenemos leyes, tenemos normas, instrumentos, herramientas, pero lo que hay que hacer es cumplirlos.

'Tenemos un real decreto que prevé bonificaciones en la Seguridad Social para empleadores de víctimas. Bueno, pues que se haga'

El real decreto prevé bonificaciones en la Seguridad Social para empleadores de víctimas. Bueno, pues que se haga. La previsión normativa existe, pero si las empresas no la utilizan o no la conocen... Por eso se creó la iniciativa Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, que son empresas que se suman al mensaje sensibilizador y que en apenas un año han contratado a unas 500 mujeres, que, en principio, no es una cifra desdeñable.

Hablando de empleo...¿no ha perjudicado la reforma laboral al trabajo de las mujeres?

Eso lo contestaría mejor mi compañera, la directora del Instituto de la Mujer [Carmen Plaza], porque ella sí hace hincapié en temas de empleo de mujeres, conciliación y fin de la brecha salarial.

¿Pero se está destinando dinero a políticas de fomento del empleo femenino?

Sí y se está preparando un Plan de Igualdad de Oportunidades en el que uno de los ejes fundamentales es la conciliación y la brecha salarial.

Parece que hay buenas intenciones, pero ¿cómo llevarlas a cabo si se recorta en Igualdad y Violencia de Género?

'Se ha recortado el presupuesto global pero nunca un servicio dirigido a las mujeres'  Te puedo asegurar que toda la parte asistencial que pertenece a la Delegación, toda, permanece intacta: el 016, Atempro, los brazaletes, las ayudas. Todo eso está intacto e incluso todos los sistemas se están perfeccionando. Y es importante porque ahí es justo donde las Comunidades más están fallando, a pesar de que son ellas las que tienen la competencia asistencial: casas de acogida, servicios de atención psicosocial, etc. También hemos dado casi cinco millones de euros en transferencias a las Autonomías. Es decir, la parte importante de la Delegación no se ha recortado. Se ha recortado el presupuesto global pero nunca un servicio dirigido a las mujeres. Tengo la absoluta tranquilidad de que todos los servicios que pertenecen aquí están intactos. ¿Y en qué hemos recortado? Pues en dietas, conferencias, publicaciones, en las campañas de prevención que, con la colaboración que encontramos nos salieron gratis, en estas cosas.

Y si tuviera más dinero, ¿qué haría?¿Qué planes de futuro tiene?

Lo primero que hay que hacer es cumplir las leyes que ya están. Y luego, la estrategia, que tiene un plano vigencia cuatro años,  y que además incluye medidas que sí tienen financiación. Todas las aportaciones tienen respaldo presupuestario, porque a mí me habría gustado incluir muchas cosas, pero no se ha podido.

¿Por ejemplo?

En esto, mientras sigamos con violencia de género, pues, como lo que decía para Educación. El reto es que se puede hacer, pero si podemos hacer cinco veces más, pues mejor. Que en vez de una campaña podemos sacar diez; que en vez de cinco o diez estudios en una legislatura, 20; es una cuestión de cantidad, si pueden ser más y mejores servicios, mejor. Yo haría lo mismo pero multiplicado.

¿Y se mejorarían así los flecos sueltos que aún quedan por atar?

'Es verdad que hay defectos en el sistema, pero cuando me encuentro con un buen dato, me alegro porque es el fruto del trabajo de mucha gente'

Sí, porque es verdad que hay defectos en el sistema, errores, imperfecciones, profesionales no formados, elementos de descoordinación, sensibilizaciones bajas, todo eso es verdad. Pero no está mal seguir trabajando así. ¿Que hay más cosas que se pueden hacer y que hay que hacer?. Por supuesto. ¿Que aquí nos encontramos con un fracaso en cierto modo permanente?. Sí, también. Pero cuando me encuentro con un buen dato, como que el 40% de alumnos va recibiendo formación al respecto, me alegro porque es el fruto del trabajo de mucha gente. Y también hay que reforzar las partes buenas para ofrecer confianza a las mujeres. Si hay que criticar un recorte por una circunstancia, hay que criticarlo y es lícito y es democrático, pero ¡ojo con los mensajes que puedan hacer las mujeres dudar y desconfiar!. Porque esto se basa en que ellas tengan la suficiente fuerza para salir de ahí.

¿Somos los medios los que cometemos errores en este sentido?

'Hay que mostrar respeto a las víctimas y a sus familias y también mostrar mensajes de salida, porque el 70% de las mujeres consigue salir del maltrato'

Los medios habéis hecho una cosa muy importante que es hablar de esto. Porque al final sois los que tenéis más poder de concienciación, pero es muy importante que demos las noticias bien. Hay que condenar al agresor, no puede salir justificado de ninguna noticia, contar que le han caído años de cárcel, lanzar un mensaje punitivo contra él. Respecto a las mujeres, es imprescindible lanzar un mensaje de muchísimo respeto para ellas y sus familias que es imprescindible porque este caso último...[hace una crítica al informativo de la televisión pública de Castilla-La Mancha que ilustró con una picadora de carne los detalles de un asesinato machista] Y también hay que transmitir mensajes de salida. Y es que hay un 70% de mujeres que sale de la violencia. Y luego, ofrecer datos, porque los datos también sirven para concienciar. El silencio social se rompe cuando tú le dices a alguien que hay 40 niños que se han quedado sin sus madres este año o que cinco menores han sido asesinados por su padres para hacerle daño a sus madres, por ejemplo.

Pero ha habido 700 mujeres muertas en diez años y parece que no se ha llegado todavía al nivel de concienciación suficiente...

Ese dato abruma, ¿eh? Y es verdad que no se llega todavía. Por eso hay que seguir trabajando. Yo creo que es un poco como lo que pasó con tráfico. Yo viví parte de la Ley de Seguridad Vial, y hacer a la gente consciente del horror de las carreteras fue muy importante porque antes no había tanta conciencia como ahora.

Es decir, que es un camino que se recorre poco a poco...

A ver si podemos ir lo más rápido posible, pero es verdad que no es algo de hoy para mañana. Y que, como decimos, nosotros, esto es un fracaso permanente. Porque con cada llamada de víctima mortal...Pero sí que es verdad que con todo ese trabajo acumulado de unos y otros, la concienciación va avanzando Ahora hay que avanzar también en otras formas de violencia contra la mujer como la trata, la mutilación genital o las agresiones sexuales.

Eso mismo se propuso en la Conferencia Política del PSOE y su secretaria de Igualdad lanzaba el guante, hace unos días, en Público, para que el Gobierno propusiera un pacto con todos los partidos para luchar juntos contra la violencia de género. ¿Está dispuesta?

'La conciencia política y pública es muy amplia; esto se ha convertido en una política de Estado'

Yo no sé si ese pacto se ha visibilizado o habrá que visibilizarlo, pero yo creo que eso ya se está produciendo. La comunicación es perfecta entre grupos parlamentarios y la Delegación y el Ministerio. Existe una conciencia política y pública muy amplia; cada vez se impone más que esto se ha convertido en una política de Estado. Hay actitud de ir a la una y eso se ve en la Comisión de Igualdad.  Salvo en cosas que no se pueden ejecutar, que son inviables, imposibles de cumplir,  en general siempre se acuerdan las cosas en esta temática por unanimidad y eso es importantísimo. Y, sin perjuicio de las críticas que puedan vertirse, pero mi sensación es que esa unión cada vez va a más. Y eso es lo que más útil puede resultar en un futuro.

Volviendo al tema de los mensajes públicos de concienciación en igualdad, pregunta obligada: ¿Qué opina de la polémica creada por la publicación, por parte del Arzobispado de Granada, del Cásate y sé sumisa?

Pues que todo lo que hagamos por mandar mensajes de igualdad es un elemento esencial para prevenir la violencia contra la mujer.

Pero en este caso no es así...

Bueno, lo que decimos en esta Delegación es que el mensaje tiene que ser un mensaje de igualdad, de autonomía, de igualdad entre hombres y mujeres en las relaciones de pareja.

¿Incluso cuando el emisor es la Iglesia?

Sí. Y en muchas ocasiones la Iglesia también ha sido muy clara en muchos casos -quizá este es un caso en el que no es así- en temas de violencia contra la mujer. En temas de violencia de género dentro de la pareja sí ha habido preocupación dentro de la Iglesia.

Pero en igualdad quizá no tanto, al menos, hasta uno de los último mensajes del Papa. Y en este libro, sólo con el título...

Además es un libro italiano que ha tenido gran número de ventas en Italia y a mí me preocupa, pero Italia es un país que está muy por detrás de nosotros en estos temas. Pero, insisto, el mensaje tiene que ser de igualdad porque está demostrado que el mensaje igualitario previene la violencia contra la mujer en cualquiera de sus manifestaciones.

Pues lance usted un mensaje a las víctimas

Para empezar, a mí no me gusta hablar de víctimas, prefiero hablar de mujeres que han sufrido violencia porque al final parece que todo recae sobre ella. Es una mujer que lo ha padecido maltrato o lo está padeciendo y habrá que apoyarla para salir de él, pero no es una víctima. Y...¿un mensaje? Pues el de nuestra campaña, que hay salida. Que además es una campaña muy bonita porque está inspirada en las propias mujeres, que nos pedían un mensaje de esperanza. Y, eso, hay salida. Hay salida a la violencia de género. Hay muchas mujeres que han salido de la violencia de género y además recuperan su vida, recuperan su dignidad y no sólo dejan atrás ese horror sino que incluso salen más fuertes. Aunque haya obstáculos, que confíen en el sistema y que luego nos ayuden a contar su historia y construir esa igualdad. Sí, eso, que hay salida.

016. Teléfono de atención a víctimas de violencia de género. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica.

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