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El 11-M: Un caso resuelto

NIEVES ALBARRACÍN (EFE)

El 11-M es un caso 'judicialmente resuelto', pero no cerrado. La sentencia dejó abierta la posibilidad a que hubiera más terroristas implicados y el juzgado de la Audiencia Nacional que investigó el atentado mantiene abierta una pieza con los perfiles genéticos que quedaron sin identificar.

Para el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, es un caso 'judicialmente resuelto' respecto de aquellos que fueron 'juzgados y condenados' en la sentencia dictada en 2007. Aunque, 'puede haber algún otro individuo que no fue identificado y que haya podido participar en los atentados', precisa.

La fiscal del 11-M, Olga Sánchez, sin afirmar 'con rotundidad' que se trate de un asunto cerrado, observa por su parte que desde que se emitió la sentencia no ha habido ningún dato nuevo que haya propiciado la reapertura de un sumario que instruyó a lo largo de dos años junto al exjuez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo.

No se puede revisar una causa cuando 'no hay motivos ni datos que avalen un hecho nuevo', explica en respuesta a las críticas a la instrucción por los atentados del 11 de marzo de 2004, un caso que algunas víctimas han tratado infructuosamente de reabrir en varias ocasiones en la Audiencia Nacional, principalmente con el objeto de practicar nuevas pruebas sobre los explosivos. 'Trabajamos con los medios que tuvimos. Me siento muy orgullosa de la investigación y labor realizada por la Policía. En particular, de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de entonces y de Policía Científica. Así como de la Unidad Central Especial (UCE-2) de la Guardia Civil', destaca.

Algunas víctimas han intentado abrir el caso en varias ocasiones en la Audiencia NacionalDesde que en julio de 2006, Del Olmo dio por concluido el sumario 20/04 'no se ha avanzado mucho más en el caso', añade Sánchez, al incidir en que se instruyó 'con todos los datos aportados por la Policía y la Guardia Civil'. 'Pusimos todo el interés en la instrucción porque era prioritario dar una respuesta a esas personas que lo habían perdido todo' en la masacre, explica la fiscal, que no puede evitar estremecerse al recordar las terribles escenas con las que se encontró en la estación de Atocha y, sobre todo, en la de Téllez, aunque se resiste a hablar públicamente de ello.

Lo mismo le sucede al juez instructor del sumario Juan del Olmo, con el que Efe también se ha puesto en contacto, aunque ha declinado rememorar lo que supusieron para él los dos años de investigación sobre los atentados porque, si bien entiende la importancia mediática que puede tener el décimo aniversario de la masacre, considera que 'el único interés debe estar en las víctimas'.

Y es que, tanto para Del Olmo como para Olga Sánchez, que investigaron codo a codo los atentados por encontrarse ambos de guardia esa fatídica mañana del jueves 11 de marzo de 2004, el protagonismo que adquirieron a raíz de los atentados no deja de ser casual, fruto del azar, 'algo que no buscamos para nada'. 'Nosotros fuimos instrumentos de la Administración de Justicia. Los únicos protagonistas fueron y serán las víctimas, a las que intentamos dar, a través de nuestro trabajo, repuestas jurídicas además de cariño y humanidad', insiste la fiscal.

Muchos criticaron a Del Olmo y Olga Sánchez por haber acordado la destrucción de los trenes

Diez años después ninguno de los dos se encuentra ya en la Audiencia Nacional, Del Olmo pidió en 2008 el trasladó a Murcia tras finalizar la agotadora instrucción que le absorbió por completo y que hasta le hizo peligrar la vista, y Sánchez, al acabar su trabajo en el juicio, que se prolongó de abril a julio de 2007, pasó a ocupar una plaza en la Fiscalía del Tribunal Supremo. Fueron muchos los escollos de todo tipo que encontraron en el camino y pocos los medios materiales con los que contaron para dar forma a la instrucción del mayor atentado perpetrado en Europa.

Las críticas se cebaron con los dos, las principales por haber acordado la destrucción de los trenes y por las pruebas de los explosivos, que finalmente, determinaron en sentencia que las mochilas que estallaron en los trenes estaban cargadas de Goma 2 Eco sustraída por ex mineros en Mina Conchita (Asturias), descartando la intervención de la banda terrorista ETA.

La sentencia no supuso, no obstante, el fin de la investigación, ya que quedaron ocho perfiles genéticos sin identificar y, según señaló el propio Del Olmo en el auto de procesamiento, hasta que fuesen identificados esos ADN anónimos 'el número de presuntos implicados directos en los hechos objeto de esta instrucción judicial no puede cifrarse con la debida certeza'.

Del Olmo viajó en 2007 a Marruecos para tomar una muestra de ADN al presunto terrorista Saad Houssaini, encarcelado en ese país, con el objeto de comprobar si su perfil genético aparece en algún escenario del 11-M, pero éste se negó a ello. En la actualidad,la Policía y la Guardia Civil siguen aportando periódicamente datos de ADN al Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, del que en la actualidad es titular Eloy Velasco, para cotejarlos con los perfiles genéticos sin identificar.

En los atentados participaron 22 hombres: los siete que se suicidaron en Leganés, 14 de los procesados y una persona sin identificar Según la sentencia, en los atentados participaron 22 hombres: los siete que se suicidaron al verse acorralados por la Policía tres semanas después de los atentados, 14 de los procesados (que recibieron penas no superiores a los 15 años de cárcel) y una persona sin identificar.

Los siete suicidas de Leganés, entre ellos Jamal Ahmidan, El Chino, Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino; junto a Zougam y El Gnaoui, fueron quienes colocaron las 13 mochilas cargadas con explosivos que explosionaron de forma simultánea en los cuatro trenes de cercanías. Los dos procesados con las principales penas, Jamal Zougam y Otman El Gnaoui, -condenados a 42.922 y 42.924 años de prisión, respectivamente- fueron considerados autores de los atentados: el primero porque fue reconocido en los trenes y el segundo porque su ADN fue hallado en una sudadera utilizada por uno de los terroristas.

La tercera condena más abultada recayó en el exminero José Emilio Suárez Trashorras, que fue condenado a 34.715 años por sustraer los explosivos y suministrarlos a la célula que perpetró los atentados. Sólo la atenuante de 'anomalía psíquica' impidió que recibiera la mayor condena, ya que fue al único al que, además de los 191 muertos y los 1.857 heridos de los trenes, se le declaró responsable de la muerte del GEO Francisco Javier Torronteras en Leganés.

Una década después de los atentados comenzarán a salir de prisión personajes clave en la trama del 11-M como el exconfidente de la Guardia Civil, el marroquí Rafá Zouhier, que será excarcelado el 16 de marzo tras cumplir la condena de 10 años que le fue impuesta por suministrar los explosivos de los atentados.

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