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Detenido un empresario gallego implicado en un fraude millonario de obras de arte en Nueva York

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La Policía Nacional detuvo este viernes en un hotel de Sevilla a Carlos Bergantiños Díaz, un empresario gallego sobre el que pesaba una orden de detención internacional emitida por Estados Unidos relacionada con la venta de obras de arte moderno falsas por valor de 80 millones de dólares (58,9 millones de euros). En el momento de su captura, tuvo que ser atendido por los servicio sanitarios. Su pareja, la marchante mexicana Glafira Rosales, fue juzgada el pasado año en un tribunal de Nueva York acusada de siete cargos de fraude, delito fiscal y blanqueo de dinero por haber vendido más de medio centenar de pinturas falsas que atribuía a algunos de los mayores maestros del expresionismo abstracto del siglo XX.

La marchante de arte, detenida en agosto de 2013, decidió colaborar con la fiscalía federal norteamericana y reveló que todas las obras de arte falsas habían sido pintadas por una sóla persona: un chino que vivía en una modesta casa de Queens y de nombre Pei Shen Qian, de 73 años.

El escándalo saltó en el mundo del arte neoyorquino, tanto por el alcance del fraude, como por el hecho de que exista un pintor capaz de imitar desde su garaje de Queens a pintores míticos como Mark Rothko, Frank Kline, Jackson Pollock o Willem de Kooning.

El pintor chino era capaz de imitar a los grandes artistas contemporáneos. Al parecer, Pei Shen Qian fue descubierto hace 20 años por Carlos Bergantiños en las calles de Manhattan (Nueva York), donde este artista vendía sus obra. Acordaron con él que pintaría lienzos que imitaran a los pintores consagrados, aunque el pintor chino al parecer actuó de buena fe y no ha sido acusado por formar parte de la trama.
La trama pagaba al pintor de Queens 5.000 dólares por pintura, y luego las hacían pasar por obras 'redescubiertas'. Al parecer, la pareja envió a la cuenta de un banco español los 33 millones de dólares que habrían ganado, según confesó la marchante Rosales.

Definida como una persona filántropa y fabuladora, Carlos Bergantiños comenzó a trabajar en España en la construcción junto a su hermano Jesús. Emigró a México, donde conoció a su pareja, y ambos entraron en Estados Unidos de forma ilegal a través de Río Grande.

Este emigrante con un gran don de gentes, llegó a Estados Unidos con escasos conocimientos de inglés y poco más de un dólar en el bolsillo. Bergantiños entró en el ambiente intelectual de Nueva York al convertirse en asistente de una importante galerista, sobrina nieta de la escritora Gertrud Stein. Amplió sus contactos al comprar la revista Art Notes y se convirtió en un afamado marchante de arte con cuentas en Christie's y Sotheby's.

Bergantiños y Rosales residían en Long Island. Su labor filantrópica en apoyo de los afectados por el terremoto de Haiti, recibió varios premios, y la hija de la pareja llegó a dar un concierto de violín en la Casa Blanca ante Bill Clinton y ante el Papa.

Rosales ha confesado que construyó una historia en la década de los 90 frente a dos marchantes de arte, según la cual había heredado una gran pinacoteca de su padre e insistía en permanecer en el anonimato.La marchante reveló que unas 40 de las falsificaciones se vendieron a través de Knoedler & Company, una respetada galería cerrada en 2011. Otras 23 falsificaciones se vendieron a través de un segundo distribuidor en Manhattan, Julian Weissman. Ambas galerías han sido demandadas por clientes que compraron lienzos que resultaron falsos.

Carlos Bergantiños estaba en paradero desconocido desde que saltó el escándalo. El viernes fue detenido en el Hotel NH Viapol de Sevilla.

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