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La hija de la asesina confesa de Carrasco escondía en su casa otra pistola y un kilo de marihuana

AGENCIAS

María Montserrat González Fernández, de 58 años, madre de la otra detenida por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, y esposa del inspector jefe de Policía de Astorga, confesó ayer a los investigadores de la Policía Nacional que fue ella la autora de los disparos que acabaron con la vida de la dirigente popular y que llevaba dos años planeando el crimen.

Fuentes de la investigación han precisado que la mujer declaró a los agentes que la había asesinado por 'inquina personal' desde hace años motivada por el trato dispensado a su hija, que fue despedida de la Diputación de León y mantenía un litigio económico con la Administración.

Además, ha reconocido que planeó cometer el crimen en varias ocasiones pero que, por unas circunstancias u otras, no había podido llevar a cabo sus intenciones hasta el pasado lunes. Sus declaraciones se corresponden con las pesquisas realizadas por la Policía en la vivienda de una de las detenidas, donde los agentes han encontrado indicios de otros intentos de las detenidas de matar a Carrasco.

Concretamente, en el registro del domicilio de la hija se han encontrado, además de una pistola no registrada y marihuana, distintos planos y documentos que indican que hicieron seguimientos a la víctima y hubo intentos previos de asesinarla.

La detenida también ha confesado que tanto el arma que usaron para el asesinato como la que se ha encontrado en el domicilio de la hija fueron adquiridas en el mercado negro en una ciudad del norte de España.

Al parecer, madre e hija se desplazaron a la zona en coche, que dejaron estacionado, y la supuesta autora material del asesinato se dirigió a la pasarela sobre el río Bernesga de la capital leonesa, disparó por la espalda a Carrasco y la remató, mientras su hija la esperaba en el coche.

Juntas se dirigieron hasta un punto concreto y entregaron un bolso con el arma a la policía local Raquel G.R., de 41 años.

Se da la circunstancia de que tanto Montserrat Triana Martínez González como la policía tenían sus respectivos vehículos aparcados muy próximos y en su poder sendos tiquets de la zona ORA de aparcamiento con horarios muy parecidos.

Los investigadores precisan que esa prueba demuestra que ambas mujeres aparcaron sus coches a escasa distancia y en un intervalo de tiempo muy reducido.

El arma del crimen fue entregada la noche del martes por la agente de la policía local amiga de las detenidas en la comisaría de la Policía Nacional en León, donde fue arrestada y más tarde puesta en libertad pero imputada y pendiente de pasar a disposición judicial.

Según dijo esta mujer, el arma había aparecido en el asiento trasero de su coche particular, un Volkswagen Golf, concretamente dentro de una bandolera.

La agente alegó que se la había dejado ahí la hija de la sospechosa de ser autora material del crimen, que es amiga suya. Según su versión, no fue hasta ayer martes cuando se percató de que la pistola se encontraba ahí.

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