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Católicos progresistas denuncian que el Papa deja a España fuera de su reforma

CARLOS DEL CASTILLO

El plan de reforma de la Iglesia católica que el papa Francisco lleva a cabo desde 2013, que trata de acercar los estamentos eclesiásticos a los pobres y convertir la institución en un ente más humilde y sensible a las necesidades del pueblo, no parece incluir a España entre sus líneas maestras. Esta es la opinión de algunos teólogos, que denuncian que Francisco no ha cumplido con su promesa de hacer más democráticos los nombramientos de dirigentes en el seno de la Iglesia nacional.

Tanto Carlos Osoro como Antonio Cañizares fueron escogidos este jueves arzobispos de Madrid y Valencia por el sumo pontífice, sin consultar la opinión de las comunidades católicas que liderarán a partir de ahora. 'Es preocupante porque refleja la falta de democracia y cauces de participación que existen dentro de la Iglesia católica', manifiesta Juan José Tamayo, director de la cátedra de Teología de la Universidad Carlos III de Madrid.

'Refleja la falta de democracia y cauces de participación en la Iglesia católica'El nombramiento de Osoro ha sido alabado por muchos debido a su carácter cercano y comunicativo, aunque Tamayo opina que 'lo importante no es la personalidad de Osoro, sino el modelo de Iglesia que se quiere imponer. Sería bueno recordar el principio de la Iglesia primitiva: quien debe dirigir a todos debe ser elegido por todos', opina.

Eso sí, reconoce que es muy difícil que 'las cosas vayan a peor, porque el arzobispado de Rouco Varela se ha caracterizado por desarrollar un modelo de Iglesia católica de espaldas al concilio Vaticano II, alejada de la opción por los pobres, insensible a las situaciones más dramáticas dadas por la crisis y con un fuerte componente dogmático y autoritario'.

Rouco, que no dudó en llamar a la Policía para echar de la Catedral de la Almudena a un grupo de personas que protestaba por 'el drama social' que provocan los desahucios, no ha conseguido que Francisco nombre a su delfín Fidel Herráez, como su sucesor.

Un perfil muy diferente a Osoro tiene el nuevo arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares. Arzobispo de Toledo de 2002 a 2008, llegó a considerar más grave el aborto que el abuso de menores, al declarar que 'no es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios, con los millones de vidas destruidas por el aborto'. Cañizares, lejos de representar el estilo de Francisco, se granjeó la amistad de Benedicto XVI, que lo nombró prefecto de la Congregación Vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, uno de los ministerios de la Santa Sede.

'Cañizares es un de los mayores integristas de todo el episcopado español'

Cañizares, que accede a una de las archidiócesis más importantes, 'no será recibido precisamente con palmas como Jesús en el domingo de Ramos', adelanta Tamayo, que lo señala como uno de los miembros más 'integristas de todo el episcopado español y un azote para los socialistas'. 'Estos nombramientos ponen de manifiesto que la reforma que Francisco parece querer para la Iglesia universal se ha detenido en la Iglesia española', concluye el teólogo palentino, cercano a las tesis de la liberación.

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