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Ayudas de urgencia por el temporal

El Gobierno aprobará un paquete de medidas extraordinarias para socorrer a los afectados por las lluvias de Alicante

ISAAC ALONSO

El Gobierno dedicará un paquete de ayudas extraordinarias para los afectados por la inundación en la comarca de la Marina Alta, en Alicante. Lo anunció ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien expresó su solidaridad e insistió en el 'máximo compromiso' del Ejecutivo por trabajar para 'recuperar la normalidad en los municipios afectados'.

Las ayudas se destinarán a las infraestructuras públicas y las personas y familias afectadas, que han sufrido daños en sus viviendas, enseres o en su trabajo, así como a los agricultores. Además se prevén subvenciones de carácter fiscal a través de la Seguridad Social. El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, lo confirmó ayer desde el mismo escenario de la tragedia. Caldera visitó junto al ministro de Sanidad, Bernat Soria, las localidades alicantinas de Beniarbeig, El Verger y Calp, las más afectadas por el temporal del viernes.

Intervención del Ejército

La primera medida ya está en marcha. Cien soldados de la Unidad Militar de Emergencia (UME) colaboran desde ayer en las tareas de desescombro. El Ejército se encargará de reponer aguas arriba el puente que se llevó el río Girona en la localidad de Beniarbeig.

El aspecto que ofrecían ayer las calles de los pueblos arrasados por la lluvia era desolador. Cientos de vecinos sacaban el agua y el barro de sus domicilios, e intentaban recuperar muebles, electrodomésticos, vehículos, estanterías... En El Verger, uno de los lugares más castigados, alrededor de 200 familias tuvieron que ser realojadas debido al grave estado en que quedaron sus viviendas.

En Calp, 43 personas de una residencia de la Tercera Edad fueron evacuadas ayer por efectivos de Cruz Roja, después de que se inundaran las instalaciones. Y cinco tramos de cuatro carreteras de la provincia seguían cortados al tráfico como consecuencia de los desprendimientos provocados por la tormenta.

Una de las quejas más repetidas por los vecinos se refirió a la gran cantidad de cañas que arrastró el río, que bloquearon los ojos de los puentes e impidieron el paso del agua. Jesús Caldera recordó que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha dedicado este año siete millones de euros más para limpiar los barrancos, pero que 'la cantidad de agua caída, 400 litros, cuando lo normal son 480 en todo el año' hizo 'imposible' evitar los arrastres.

Los técnicos de la Confederación coincidieron en este punto con el ministro. La CHJ reconoció que la precipitación caída el viernes fue histórica. Sólo una vez cada 500 años llueve como lo hizo estos días. La CHJ también confirmó que los embalses impidieron que el efecto de las riadas fuera mucho peor, sobre todo en Gandía.

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