Unos tres millones de niños y niñas son utilizados en conflictos armados en el mundo, tanto de soldados como en funciones de espionaje o realizando labores domésticas para los grupos guerrilleros, según los cálculos de ACNUR.

Así lo ha indicado hoy a EFE el representante en España del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Agni Castro Pita, que ha precisado que son sólo datos estimativos, ya que no existen cifras oficiales sobre esta problemática.

Castro Pita, que hoy ofrece una conferencia en Alicante titulada "Infancia y conflictos armados. Desplazamiento y refugio", ha señalado que la utilización de menores en las guerras "es uno de los mayores problemas que hay" en el mundo, pues "en las últimas dos décadas" ha provocado la muerte de "dos millones y medio de niños".

Según el representante de ACNUR, en los últimos años "algunos Estados han disminuido el reclutamiento de menores", sin embargo, "el problema son los grupos irregulares, como paramilitares, guerrillas o facciones que defienden determinados recursos naturales, por ejemplo el tráfico de diamantes, que sí involucran a los niños" en su lucha.

La incapacidad de los menores para decidir por sí mismos convierte a los niños en uno de los colectivos más "vulnerables" y, junto a las mujeres, son "la expresión de la pobreza".

El 60 por ciento de los refugiados que viven en campamentos son mujeres y niños que quedan en una situación de "desamparo" ante la marcha del hombre de la familia a combatir en el conflicto armado.

En el caso de las mujeres, además, tienen que enfrentarse a "costumbres tradicionales muy complicadas" y a la "incomprensión de la sociedad", ha explicado Castro Pita, pues aquellas que son violadas, "muchas veces por los integrantes de la propia facción a la que apoyan, no por el grupo opositor, sienten el oprobio de su familia".

Por ello, los programas especiales que se impulsan desde las ONGs para paliar estas condiciones de vulnerabilidad "no sólo deben ir orientados hacia los menores, sino también hacia los adultos, pues lo que les pasa a los niños es consecuencia de las decisiones que toman los adultos", ha afirmado el representante de ACNUR.

Asimismo, Castro Pita ha mostrado su preocupación por el retroceso que algunos países han registrado en los últimos años en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), pues "la riqueza sin desarrollo no conduce a ningún lado".

Para Castro Pita, "lo importante es que con la generación de riqueza de un país se pongan en marcha una serie de instituciones dedicadas a conseguir los Objetivos del Milenio, que tienen como finalidad central la dignificación del ser humano".

En este sentido, ha señalado que estos objetivos, planteados por la ONU para el año 2015, como la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación y a la salud para todas las personas o la protección de la infancia, "están comprometidos por los nuevos conflictos y por los efectos que se están produciendo a nivel ecológico".