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Adolescentes mienten sobre consumo drogas y también sus padres

Reuters

Por Alison McCook

Una gran diferencia entre lacantidad de adolescentes que admite consumir drogas y la queobtiene resultado positivo en un test para comprobarlo es muyevidente, según un estudio.

En el caso de la cocaína, las muestras de cabello deadolescentes tenían 52 veces más posibilidad de dar resultadopositivo en un análisis de consumo de drogas que lo que losadolescentes estaban dispuestos a reconocer, aun trasconfirmarles que la respuesta sería confidencial.

Lo mismo ocurrió en los padres: sus muestras de cabellorevelaron que consumían cocaína u opiáceos 5 veces más de loque ellos lo admitían.

"Está en la naturaleza humana no querer compartir aquelloque otros reprobarían. No me sorprende", dijo la autora delestudio, la doctora Virginia Delaney-Black, de Wayne StateUniversity.

El doctor Robert Williams, de University of Lethbridge,Alberta, que no participó del estudio coincidió: "Lo quesorprende es la poca cantidad de personas que lo informan".

Pero el nuevo estudio demostró que los padres tienden a sermás honestos que sus hijos.

Durante el estudio, publicado en Pediatrics, el equipo deDelaney-Black le preguntó a más de 400 adolescentesafroamericanos de barrios pobres si consumían cocaína uopiáceos, como heroína u OxyContin.

Los autores también le preguntaron a los padres de esosparticipantes si pensaban que sus hijos consumían drogas y siellos lo hacían. Luego, el equipo analizó las muestras decabello de padres e hijos.

Ningún adolescente dijo que consumía opiáceos, aunque casiel 7 por ciento obtuvo un resultado positivo en el test delcabello.

Menos del 1 por ciento admitió que consumía cocaína, peroel equipo halló rastros de drogas en un tercio de las muestrasde cabello. En ambos casos los padres subestimaron tanto elconsumo personal como el de sus hijos.

Delaney-Black dijo que los expertos en adicciones deberíancomprender que el reporte personal no es suficiente. "No sepuede confiar en lo que saben los padres o lo que dice un niñoo adolescente", comentó.

Pero señaló que los adolescentes del estudio vivían enzonas urbanas de alto riesgo, por lo que no representan a losjóvenes de todo el país. Estarían ingiriendo drogas sin saberloo, quizás, a través del humo de otro usuario.

FUENTE: Pediatrics, online 25 de octubre del 2010.

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