Los pilotos de Aerolíneas Argentinas levantaron la suspensión de la salida de sus vuelos internacionales y domésticos, informaron hoy fuentes sindicales y empresarias.

Los pilotos se habían negado a volar tras la renuncia del gerente de Operaciones, Daniel Ribas, que ahora se ha reincorporado a sus funciones, "por lo cual la situación se ha normalizado", informó en rueda de prensa el presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Jorge Pérez Tamayo.

El dirigente aclaró que la negativa de los pilotos a volar "no fue ni una huelga ni una acción de tipo sindical".

Portavoces de APLA explicaron a Efe que las leyes determinan que si una aerolínea no tiene un responsable de operaciones en funciones, "no están dadas las condiciones técnicas de seguridad mínimas para operar".

"Fue una determinación absolutamente legal, no una acción de tipo gremial", reiteró Pérez Tamayo.

La negativa de los pilotos a volar había impedido esta mañana la salida de vuelos de Aerolíneas, del grupo español Marsans, tanto internacionales como domésticos, que ahora han sido reprogramados y los pasajeros ya han comenzado a embarcar.

El conflicto se desató cuando Ribas renunció luego de que la Justicia ordenara la reincorporación del asistente de línea de A-310, José Luis Bailac, que había acudido a los tribunales tras ser desplazado por la empresa.

Aerolíneas dijo en un comunicado que la Secretaría de Transporte y la Administración Nacional de Administración Civil han instruido "suspender toda medida que modifique o implique una alteración en las actuales estructuras del personal" y "garantizar en todo momento la seguridad y el normal cumplimiento de las operaciones y servicios".

"Por lo tanto, la empresa ha dejado en suspenso la reincorporación del jefe alterno-asistente de la flota A 310, tal como lo disponía la sentencia dictada por el Juzgado interviniente, por lo que la gerencia de operaciones permanece en funciones", explicó la compañía.

La suspensión de vuelos se prolongó durante poco más de dos horas y afectó a las operaciones de varios vuelos internacionales y cinco vuelos nacionales.

El Estado argentino tiene el cinco por ciento del capital accionarial de Aerolíneas Argentinas y sus subsidiarias, controladas por el grupo Marsans desde octubre de 2001.

Desde mediados del pasado año, tanto Aerolíneas como sus filiales han soportado múltiples conflictos por convenios laborales y ajustes salariales.