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Los agricultores alemanes sufren pérdidas millonarias por la alerta sanitaria

EFE

La alerta decretada por las autoridades sanitarias alemanas que aconsejan no consumir pepinos, tomates y lechugas para evitar una infección de la bacteria "E. coli" está causando pérdidas millonarias también a los agricultores alemanes, que no consiguen vender sus productos.

"Nuestros campesinos productores de verduras sufren pérdidas semanales de mas de 30 millones de euros", informó hoy el presidente de la Confederación Alemana de Agricultores, Ged Sonnleiter, en declaraciones al canal de televisión informativo alemán N24.

Tras comentar que la situación para el sector en este país "es dramática", Sonnleiter señaló que la mayor parte de las cosechas de esas verduras para ensaladas son destruidas actualmente sobre el terreno.

"Esta fijación por los pepinos, tomates y lechugas no ha impedido que la enfermedad se extienda y, por otro lado, ha causado daños extremos a la agricultura", afirmó el máximo representante de los agricultores germanos.

En declaraciones a la edición digital del semanario "Der Spiegel", Rudolf Behr, uno de los mayores productores de verdura de cultivo biológico de Alemania con mas de 3.000 hectáreas de superficie, lamentó que en medio de la principal cosecha del año acabe en la basura la mayor parte de la producción.

Tras señalar que actualmente no se importa prácticamente verdura para ensalada por el inicio de la cosecha en Alemania, añadió que en la última semana se ha visto obligado a destruir 40 hectáreas de cultivo de lechuga, el equivalente a 3,2 millones de pieza.

"Cosechamos actualmente el 40 por ciento de las cantidades normales para la época" y el resto se destruye en el mismo campo, señala Bahr, quien comenta que 40 de sus empleados se dedican exclusivamente a liquidar cultivos.

Añade que tan solo el jueves pasado, cuando se inició la alerta sanitaria, "registramos pérdidas de 500.000 euros", ya que toda la mercancía suministrada se quedó estancada en los almacenes y sin posibilidad de salida.

Con 300 empleados fijos y hasta 800 temporeros, Bahr lamenta que su almacén logístico de 10.000 metros cuadrados se encuentre a rebosar y con difícil salida y critica a las autoridades sanitarias por buscar el origen de la enfermedad infecciosa en la verdura, cuando se trata de una bacteria de origen animal "y no vegetal".

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