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Al menos 75.000 personas continúan desplazadas de sus hogares, según ACNUR

EFE

Un mes después de la crisis que asoló el sur de Kirguizistán, al menos 75.000 personas continúan desplazadas de sus hogares y miles siguen afectadas por problemas de inseguridad, alertó hoy en Ginebra el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

"Al huir, muchas personas perdieron su documentación, tanto personal como documentos de propiedad de sus viviendas, por lo que resulta complicado que regresen a sus hogares", dijo Melissa Fleming, portavoz de ACNUR.

Respecto a la pérdida de documentos de identidad y de propiedad, Flemming explicó que "están trabajando con otras organizaciones para aconsejar a las víctimas sobre cómo recuperarlos" y "discutiendo con las autoridades con el fin de que se haga lo más rápido posible".

ACNUR ha llegado a un acuerdo con el Gobierno de Kirguizistán por el que éste se compromete a reconstruir, por el momento, alrededor de 550 viviendas, iniciativa que el organismo de la ONU espera que "sea sólo el inicio del proceso de realojamiento de los miles de desplazados".

En este sentido, Flemming señaló que "hay escasez de refugios para los desplazados, muchos campamentos se han quedado pequeños".

El conflicto, que se desató entre los días 11 y 14 del pasado junio entre kirguises y uzbekos residentes en el sur del país, causó la muerte de centenares de personas y provocó la huida de decenas de miles de ciudadanos de la etnia minoritaria uzbeka, que se refugiaron en la vecina Uzbekistán.

Según Flemming, aunque el número de desplazados internos sigue siendo alto, "ya no quedan refugiados en Uzbekistán".

La salida a la crisis pasó por la toma de posesión como presidenta de Kirguizistán de Rosa Otunbáyeva, que estará a la cabeza del Gobierno hasta el 31 de diciembre de 2011, periodo de transición que estableció la nueva Constitución aprobada en referéndum a finales de junio.

Las nuevas autoridades acusaron al entorno del depuesto presidente kirguís, Kurmanbek Bakíev, actualmente refugiado en Bielorrusia, de haber organizado y financiado los sangrientos enfrentamientos en el sur del país.

Las ciudades más afectadas por el conflicto, Osh y Jalalabad, están "bajo aparente calma", dijo Flemming, "aunque todavía existen distintos puntos de control policial y toque de queda nocturno".

La portavoz de ACNUR agregó que muchos de los desplazados "temen volver a sus hogares" debido al miedo a que los enfrentamientos puedan brotar de nuevo.

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