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Alerta antiterrorista en Ulster

Los servicios de seguridad creen que el IRA Auténtico prepara un gran atentado

LOURDES GÓMEZ

La alarma saltó ayer en los alrededores de una base militar del Ulster, en el condado de Down, fronterizo con la República de Irlanda, ante el temor de un nuevo ataque de grupos escindidos del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Las fuerzas de seguridad cortaron los accesos al cuartel de Ballynahinch mientras investigaban un paquete sospechoso, que fue destruido en una explosión controlada.

Esta importante instalación del Ejército británico en Irlanda del Norte está en el punto de mira de los disidentes republicanos. A poca distancia de su entrada se descubrió el mes pasado una bomba compuesta por 450 kilogramos de explosivos. Es probable que fuera abandonada por militantes opuestos al proceso de paz al ver que el camino hacia su objetivo se encontraba cortado por controles policiales.

Desde los asesinatos perpetrados el sábado y el lunes, la sensación de amenaza se ha intensificado. Los servicios de inteligencia británicos creen que los terroristas intentarán atacar de nuevo, esta vez con explosivos. El diario The Guardian informaba ayer de que el IRA Auténtico ya ha introducido un potente artefacto en el Norte de Irlanda. Lo transportaron desde el sur de la isla.

El rotativo recogía el testimonio de un veterano agente de seguridad, cuya identidad no desveló, que confirmaba que la 'bomba' cruzó la frontera en el interior de un vehículo. 'La luz roja saltó el lunes y hay pánico', dice el policía anónimo. De acuerdo con la información, los servicios de inteligencia británico e irlandés coinciden al asegurar que el IRA Auténtico ha conseguido trasladar la carga explosiva, pero aún desconocen su destino final.

El IRA Auténtico se atribuyó el atentado del pasado sábado, en la base militar de Antrim, que acabó con las vidas de dos soldados y causó cuatro heridos. El mismo grupo causó una de las mayores matanzas de Irlanda del Norte al hacer estallar un coche bomba en el centro de Omagh, en agosto de 1998. Murieron 29 personas, incluidos dos españoles, un escolar y su profesora, que estaban de excursión en la ciudad.

El control fronterizo se ha reforzado en los últimos días. Irlanda ha desplazado personal especializado a los principales pasos hacia el Ulster. Pero el límite entre ambos países se extiende a lo largo de 360 kilómetros con multitud de accesos por carretera, un larguísimo trazado que queda fuera del control estricto de la Policía. No sería la primera vez que disidentes republicanos mueven explosivos de un país al otro.

Algunos expertos creen que el IRA Auténtico ha desistido de poner bombas en centros urbanos. Apunta sin embargo a lo que sus militantes consideran 'objetivos legítimos', bases militares británicas y agentes de policía de Irlanda del Norte. En los últimos dos años, intentaron detonar, sin éxito, media docena de coches bomba. Pero algo falló.

La repulsa ciudadana ha comenzado a materializarse en las principales ciudades del Ulster. Las cuatro religiones mayoritarias acordaron ayer portar un lazo morado como símbolo de la paz.

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