Público
Público

El último anacronismo de la Iglesia: sus vírgenes consagradas se reúnen en Salamanca 

La figura de la virgen consagrada existe desde los primeros años de cristianismo pero cayó en desuso en la Edad Media y no se relanzó hasta 1970 con el Papa Pablo VI. 

Imagen que utiliza la diócesis de Salamanca para publicitar el Encuentro Nacional de Vírgenes Consagradas

PÚBLICO

MADRID.- La ciudad de Salamanca acoge desde ayer, por el martes, hasta el próximo sábado una celebración muy peculiar: el vigésimo sexto Encuentro Nacional de Vírgenes Consagradas de la Iglesia católica. Al acontecimiento están llamadas las alrededor de 200 mujeres consagradas que hay en España con el fin de que puedan compartir sus experiencias como vírgenes consagradas y recibirán las conferencias de, entre otros, Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. 

La virginidad consagrada es una de las figuras más antiguas y, a la vez, de las más nuevas de las diferentes formas de vidas consagradas que existen en la Iglesia católica. Se trata de mujeres que rechazan tomar los hábitos y no se integran en ninguna orden religiosa, por lo que no tienen que obedecer los votos de pobreza, castidad y obediencia, pero que deciden mostrar su compromiso con la Iglesia católica a través de su virginidad.

La figura de las vírgenes consagradas, de hecho, existe desde los primeros años de cristianismo pero cayó en desuso en la Edad Media

Según el artículo 604 del derecho canónico, estas mujeres "son consagradas a Dios por el Obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado, celebran desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios y se entregan al servicio de la Iglesia". Asimismo "las vírgenes pueden asociarse, para cumplir su propósito con mayor fidelidad y para realizar mediante la ayuda mutua el servicio de la Iglesia congruente con su propio estado”.

La figura de las vírgenes consagradas, de hecho, existe desde los primeros años de cristianismo pero cayó en desuso en la Edad Media y no se relanzó hasta 1970 con el Papa Pablo VI, primero, y en 1983 cuando el nuevo Código de Derecho Canónico recogió la tradición y animó a los obispos a promover este modo de compromiso en la Iglesia.

El portal infocatólica.com establece como características únicas de las vírgenes consagradas, a diferencia de otras vidas consagradas, que las mujeres “nunca hayan celebrado nupcias y no hayan vivido pública o manifiestamente en un estado opuesto a la castidad”; que se trata de un carisma que nace como respuesta de la virgen a la llamada de Cristo a la Iglesia a ser su Esposa virgen; y que la virgen consagrada no es una religiosa ni puede depender de ninguna orden, convento o monasterio.

La figura de la virgen consagrada recuerda también a otra figura de la Antigüedad como eran las vírgenes vestales en la antigua Roma, mujeres sagradas cuyas funciones eran el mantenimiento y cuidado de la Llama Sagrada en el altar de la diosa Vesta; presenciar varias ceremonias religiosas; la purificación de la tierra del Templo, atesoramiento de ciertas reliquias; y el cuidado de documentos estatales y cartas de suma importancia. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias