El prestigioso bailarín y director de la compañía "Corella Ballet", Ángel Corella, considera que la danza clásica "no ha perdido popularidad porque los teatros se llenan" y, asegura, que "no es tanto que no hubiera afición sino que no había producto" y que ahora, al haberlo y de calidad, "la respuesta es rotunda".

En una entrevista con EFE, con motivo de su presencia en el Festival de Mérida, donde ha representado la composición de cuatro piezas "Diana y Acteón", ha asegurado que aunque la danza clásica "se ha erradicado en este paréntesis de veintidós años, en el momento en que se ha puesto en pie ha continuado como si fuera ayer cuando se acababa".

Hace un año que echó a andar la compañía castellanoleonesa fundada por este bailarín, formado en la famosa escuela de Víctor Ullate, y "ha sido un año mágico desde el primer espectáculo con un éxito rotundo de taquilla y de crítica", por eso, asegura Corella, que su gran reto ahora es que "la compañía coja solidez con el apoyo público, privado y la contratación".

Se muestra orgulloso de la agitada agenda que este año les ha llevado a bailar en los mejores teatros del mundo y ante importantes personalidades como la Doña Sofía y la primera dama estadounidense Michelle Obama, pero la fama no se le ha subido a la cabeza y procura rodearse siempre de su familia y amigos para no olvidar nunca quien es como persona.

"Para mí, salir al escenario a bailar para gente tan importante me merece el mismo respeto que salir a bailar para cualquier persona que ha pagado una entrada", y afirma que "yo sigo siendo el mismo".

Su larga trayectoria ha estado llena de luces y sombras, como cuando recuerda una etapa muy difícil de su vida, "en el colegio, cuando era chiquitito, no tenía amigos porque ser bailarín no estaba bien visto" y comenta sonriendo "pensaban que yo me ponía en puntas como las bailarinas y con un tutú rosa".

Para él, ya se han superado estos prejuicios que, a su juicio, son fomentados por los padres en casa, que tienen un cierto desconocimiento y "si el niño no pega patadas al balón ya no es un macho ibérico".

Ahora piensa que la danza se ve de una forma diferente y con más respeto porque hay programas de baile como "Fama a Bailar" o "Mira Quién Baila" en los que aparecen continuamente figuras masculinas y, sentencia que "la condición sexual no tiene absolutamente nada que ver con la danza".

Corrella, que en el escenario irradia magnetismo, indica que, para un buen bailarín, además de ciertas condiciones físicas, el músculo más importante es la cabeza, el cerebro, y también la pasión y lamenta que "son muchas horas de entrenamiento y a veces no está tan respetado como debería estarlo".

Con el paso de los años, el bailarín se ha convertido en uno de los intérpretes más importantes del mundo de la danza, además de dirigir la única compañía de danza clásica que hay en España y ahora ya sabe "cuánto cuestan unas zapatillas de baile cosas que como bailarín ni siquiera te planteas".

"Corrella Ballet" es para Ángel "una gran familia", los bailarines de diferentes nacionalidades, el 74 por ciento españoles, han sabido resolver en poco tiempo "las diferencias de estilo uniéndolas en uno sólo y en el escenario se aprecia ese lazo personal y artístico".

Cristina Sánchez Correa