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"Las animadoras eran la clase social dominante en el High School"

Mamen Mendizábal. Estrella de la comedia.Pasó de brincar por su huerta, a estudiar un año en un colegio de la América profunda. Choque cultural brutal

CARLOS PRIETO

Actuemos como si La vida desconocida de Mamen Mendizábal fuera una trilogía cinematográfica. ¿De acuerdo? Allá vamos. La primera película de la saga se llamaría La hija secreta del padre Mundina. Pese a que el título podría hacernos pensar que estamos ante un melodrama sobre amores prohibidos deudor de El pájaro espino, se trata más bien de una bucólica comedia pastoril sobre una niña llamada Mamen que pasaba sus veranos pegando brincos en la huerta murciana familiar. Esos años dorados proporcionaron a Mendizábal (Madrid, 1976) un amor hacia las hortalizas que ha dejado perplejo a más de un compañero de trabajo. 'Aquí viene el padre Mundina', dicen algunas lenguas viperinas cuando la actual presentadora del telediario de La Sexta inspecciona un vegetal en el almuerzo.

La segunda película sería un musical. La niña cantora de la Pérfida Albión es una deliciosa mezcla entre Sonrisas y lágrimas y Mary Poppins. Y también tiene una explicación: Mendizábal estudió de pequeña en un colegio británico de Madrid donde 'aprendíamos a través de canciones' cosas como 'los números, el abecedario o la vida de Tutankamon', repasa. ¿No es maravilloso? Larga vida al Imperio Británico.

'La cultura del ocio en el centro comercial es una mierda muy gorda'

La apoteósica traca final de esta saga sobre la otra cara de Mamen Mendizábal se llamaría, ay madre, Supersalidos en el High School. Y es exactamente lo que están imaginando sus mentes calenturientas: una comedia escatológica sobre pubertones ultrahormonados. Pero también, ojo, un retrato demoledor sobre el infierno de ser un adolescente en EEUU. Algo que la futura periodista de radio y televisión conoció de primera mano: pasó el curso escolar del 93 en un colegio de Linwood, una localidad de 30.000 habitantes cercana a Seattle.

Mamen recuerda el día que llegó a Linwood con la precisión en el detalle propia de las experiencias inolvidables (léase espeluznantes). 'Mi casa estaba en un residencial interminable en mitad de ninguna parte. No había más que casas, casas y casas, todas exactamente iguales. ¿Dónde estaba? ¿Cómo iba a salir de ahí?'.

El comité de bienvenida, la típica familia media americana, le esperaba en el el hogar. Armados hasta los dientes: 'El primer día, la abuela que tenía unas uñas enormes y se levantaba ya pintada por la mañana me dio un perrito caliente para desayunar. ¿Qué mierda era aquella?', se preguntó entonces. Posible respuesta: aquello se parecía sospechosamente a un diabólico plan para hincharla como a una oca. Sólo la vuelta a España un año después evitó que Mendizábal alcanzara los 5.000 kilos de peso, aunque llegó con 'ocho de más' de su estancia en obesilandia.

'Iban a las fiestas de las casas con el único objetivo de caer redondos'

Pero, lo crean o no, lo mejor estaba por llegar. En su High School pudo certificar que películas como American Pie o Porky's no son, como muchos creen, fantasías disparatadas, sino estrictos ejercicios de neorrealismo. 1) 'Ellas se pasaban todo el rato maquillándose en los descansos. Había una dura competencia por ver quién era la más sexy de la clase'. 2) 'Las animadoras eran la clase social dominante. Si no estabas buena estabas muerta'. 3) 'A aquel que no hubiera perdido la virginidad varias veces antes de los 16 le miraban como si fuera un lunático'.

Linwood era un lugar donde la idea de la diversión era 'ir del colegio al centro comercial y del centro comercial al colegio', un problema para alguien que cree que 'la cultura de ocio en el mall es una mierda muy gorda'.

Pero el verdadero pavor cómico no estaba entre las tiendas del centro comercial, sino en ese clásico de la barbarie llamado: las fiestas en casa del amigo del cole cuyos incautos padres se han ido de viaje el fin de semana. Sí, amigos, Mendizábal, como Conrad cuando atravesó el río Congo, vio el horror de cerca y vivió para contarlo. 'La gente salía de allí completamente inconsciente. Iban allí con el único objetivo de caer redondos', dice rememorando dantescas escenas de nihilismo etílico. Conclusión: si todavía queda alguien que piense que las comedias americanas juveniles no son desternillantes hitos del realismo social, debería hacérselo mirar....

01 Un libro
‘Ebano’, de Ryszard Kapuscinski

02 Una canción ‘Like a Rolling Stone’, de los Rolling Stones

03 Una película

‘La guerra de las galaxias’George lucas

04 Una escapada

Montaña

05 Una prenda

Vaqueros

06 Un plato

Arroz

07 Un icono sexual

Paul Newman

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