Público
Público

Un año por delante para bajar el paro

El nuevo patrón económico creará menos empleo. El optimismo anima a buscar trabajo

BELÉN CARREÑO

El próximo año será el de la recuperación económica y también el del desempleo. Según los expertos, ambos fenómenos convivirán durante bastante tiempo, superponiendo las imágenes de las cada vez más largas colas del paro a titulares de manidos brotes verdes y optimismo económico desbordante. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción?

En primer lugar, hay que entender cómo funciona la tasa de paro, que se calcula al dividir el número de ocupados por la población activa; esto es, los que pueden y quieren trabajar. 'Aunque los ocupados suban, la tasa de paro puede no variar, o incluso crecer, si la población activa (el denominador) también sigue creciendo', recuerda Sara de la Rica, investigadora de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA).

Precisamente, en opinión de Alfredo Pastor, profesor del IESE Bussines School, una de las primeras reacciones que se registran cuando se percibe una mejora de la economía es la de que los 'desanimados, aquellos que ya habían dejado de buscar empleo, recuperan el optimismo y vuelvan a inscribirse' en los servicios de empleo.

Primero mejoran las ventas, luego la producción y después el empleo

La economía sumergida también influye en la dificultad de cuantificar la tasa real de paro y su evolución. Según la economista de la Escuela de Negocios del IE Gayle Allard, 'alrededor de un millón de personas' han pasado a la economía sumergida durante la crisis y la población activa crecerá a distinto ritmo dependiendo de los trabajadores que sean capaces de incorporarse de nuevo al mercado formal.

Para compensar este factor crecimiento de la población activa los expertos aseguran que es necesario que la economía española crezca a tasas superiores al 2%, lo suficientemente dinámicas como para generar el empleo que absorba tanto a los parados actuales, como a los que se incorporen a rebufo de la recuperación.

Según las previsiones del propio Gobierno, es poco probable que España alcance una tasa de crecimiento similar hasta 2011. Sin embargo, desde el Ejecutivo aducen que el ritmo económico necesario para crear empleo puede haber cambiado a raíz de la crisis, ya que es una variable muy ligada al tipo de actividad económica que desarrolla un país. Así, otras economías, como Francia o Alemania, han crecido a tasas próximas al 1%, lo que no les ha impedido crear empleo durante el mismo periodo de tiempo. Además, la tasa de paro de estos países ha variado con mucha moderación en la crisis.

Los empresarios necesitan estar muy confiados para contratar

'España ha sido un país muy dependiente del factor trabajo, es decir, muy intensivo en mano de obra', argumenta Sara Baliña, experta de Analistas Financieros Internacionales (AFI), para explicar por qué cuando la economía crece, el empleo lo hace desaforadamente. El vapuleado sector de la construcción fue uno de los catalizadores de la brutal subida del empleo (como ahora lo es del paro) pero también el sector servicios, que demandaba mucha mano de obra estacional.

Por eso, si el cambio de patrón económico que el Gobierno ha comenzado a diseñar es exitoso, el empleo no crecerá a las fréneticas tasas de la última década. 'El crecimiento del empleo será menor al crecimiento del PIB, o dicho en otras palabras, el PIB crecerá más por la calidad del factor trabajo que por la cantidad', explica De la Rica. Esto hará que el crecimiento del empleo sea menor, pero de mayor calidad, 'lo que posibilitará que España mejore en términos competitivos internacionales', puntualiza la economista.

Así las cosas, un aparato productivo más tecnificado requerirá menor mano de obra y, sobre todo, de un trabajador con una cualificación diferente a la actual. Por eso, también tendrá que pasar un tiempo hasta que la oferta (los parados) y la demanda (los nuevos puestos de trabajo) se acoplen con las nuevas necesidades de formación.

Con todo, existen otros aspectos que influyen en el lapso de tiempo que discurre entre la recuperación de la actividad y la generación de empleo. Allard recuerda que la confianza en la sostenibilidad de la recuperación es clave a la hora de que un empresario contrate. 'Hasta que no se confirma la tendencia alcista no contratan. En España, hacer un contrato es una inversión, como comprar una máquina, y no lo van a hacer sino están seguros', matiza.

Pastor resalta un elemento de encaje puro. En el punto más álgido de la crisis (en España se dio este verano) hay un exceso de capacidad en las empresas que se va liberando. 'Primero se recuperan las ventas, luego la producción, luego mejora el empleo y luego baja el paro', desgrana el profesor. Estas Navidades puede darse el punto de inflexión de las ventas, según los comerciantes.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias