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La aristocracia vende su arte y sus reliquias

Los March ingresan casi seis millones de euros en una subasta 

NELA DOMÈNECH

El próximo día 5, en Christies, se subastará un lote con el título Esplendor español. La colección de un marqués español. Se ofertan 168 lotes, que van desde cuatro obras de arte del pintor Ramón Casas y una de Francisco Pradilla hasta espejos, arcones, alfombras, sillas, ceniceros, figuritas de porcelana o relojes. La hoguera arde en honor a la crisis económica.

La venta del marqués secreto tendrá lugar antes que la del duque de Kent y unos días después que la de la colección de Manuel March, celebrada hace dos días. Manuel es miembro de la rama culta y erudita de la familia mallorquina, iniciada por su abuelo Juan March(1880-1962), conocido como el banquero de Franco.

Manuel March vendió los 500 objetos de una de sus casas

Los 500 objetos de Manuel March provenían de la casa Son Galceran, de Mallorca, y recaudaron 5,9 millones de euros, una cifra ligeramente superior a la prevista. Se vendió el 89% de los lotes ofrecidos. El cuadro Tarragona pintado por Joaquin Mir, adjudicado por 334.990 euros, fue la mejor venta, una cantidad cercana a la que obtuvieron dos espejos alemanes del siglo XVI vendidos por 321.646 euros. La Vista de Mallorca del pintor John Singer Sargent, la estrella de la subasta, quedó en 148.174 euros.

La subasta dejó limpia una de las residencias de la familia dividida en dos ramas, dos hijos: Juan (1906-1976), casado con Carmen Delgado y seguidor en las finanzas, y Bartolomé (1917-1998), casado con Maritín Cencillo, patrono de las Artes y las Letras, y padre de cuatro hijos, uno de ellos, Manuel, el vendedor.

La mejor venta fue el cuadro Tarragona pintado por Joaquin Mir

Christies de Londres recibirá el día 20 de noviembre los 336 delicados y valiosos objetos pertenecientes al príncipe George, duque de Kent, tío de la reina Isabel II. Selectos muebles de marquetería, pinturas en miniatura y cuberterías de plata (que no deben usar porque no son a prueba de máquinas lavavajillas) forman parte de los vestigios que saldrán este mes a la venta. Los primos de la reina Isabel II no han tenido problema en identificarse como los herederos y vendedores.

En Christies, en cambio, sí mantienen en el misterio la venta del Spanish marques como 'otra expresión del estilo de vida de la glamourosa aristocracia europea'. La empresa, que cuenta con David Linley, sobrino de la reina Isabel II, como uno de sus directivos ejecutivos o asesores, está acaparando este restringido y exitoso, mercado del fetichismo y los mitómanos de las antiguallas con tintes de alta alcurnia o realeza. La venta de los objetos de la princesa Margarita, hermana de Isabel II, fue la primera señal del delirio que podía provocar una caja de cigarrillos entre potenciales compradores.

Las pertenencias de la princesa salieron a la venta en el 2006. El día que Christies las mostraba a los medios de comunicación avisaron de que las tiaras no podían ser colocadas en ninguna cabeza (plebeya), ni los abrigos de pieles lucidos por las modelos para hacer fotos de promoción. Nadie podía probar lo que había llevado la princesa, aunque fuera a ser adjudicado al mejor postor.

En enero del 2007, salieron a subasta centenares de objetos de la familia real griega, vendidos por una fundación de la cual eran beneficiarios el hermano de la reina Sofía y sus hijos. La casa Christies presentó la venta como De la colección del rey Jorge I de los helenos. Compradores, mayoritariamente griegos, litigaron con ahínco por objetos como un par de saleros o una bandeja de plata que en algún momento del pasado había servido un pastel a la realeza.

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